El sol del mediodía calentaba las calles dejando que un vaho caliente subiera desde el concreto o desde la claridad que se reflejaba en los cristales de los edificios, haciendo que estar en la calle fuera francamente molesto. Sin embargo, a Changbin no le molestaba mucho. Salir de la oficina, del papeleo y de las aburridas quejas del personal siempre era agradable para él, más cuando su mente no estaba ni remotamente enfocada en esos asuntos de trabajo.
—Es inusual encontrarte aquí.
Changbin levantó la mirada del billete con el que jugueteaba. La voz de Chris a sus espaldas lo distrajo de sus pensamientos, llevándolo a sonreír levemente y girarse para encontrarle a unos pasos, acercándose con expresión algo cansada.
—El café de la máquina expendedora no me gusta —contestó, señalando con el mentón hacia la cafetería frente a la cual estaba sentado, esperando a que le trajeran su orden—. Pero a ti sí, lo que hace que encontrarte a ti aquí sea aún más inusual.
Dejó el dinero sobre la mesa y separó una de las sillas, ofreciéndole asiento a Chris. En pleno mediodía, se agradecía más el aire acondicionado del local. Sin embargo, Changbin había preferido las mesas de afuera. Algo calurosas, cierto. Pero, en aquel horario convulso, estaban mucho más tranquilas que el abarrotado interior de la cafetería.
Chris se sentó, con un suspiro, recostándose descuidadamente contra el respaldo del asiento. Su mirada se fue a la distancia, perdiéndose en contemplar las ventanas del lateral del edificio de la policía que se alzaba, algo imponente, del otro lado de la amplia avenida.
—Vengo con frecuencia —afirmó—. El café de la oficina es para cuando no tengo tiempo. Solo los chicos que patrullan suelen beber ese por la prisa que llevan.
—Tienes un punto. —Changbin apoyó su codo sobre la mesa, sujetando su rostro para dedicarle una mirada divertida a Bang, quien no tardó en notar la curiosidad brillando en aquellos traviesos ojos.
—¿Qué? —inquirió, incómodo.
—Quieres contarme algo, ¿cierto?
Chris levantó una de sus cejas.
—¿Ahora te crees adivino?
—No —negó, sin inmutarse ante el tono arisco del oficial—, pero con lo ocupado que sueles estar, se me hace raro que en vez de ir al mostrador y pedir directamente tu orden, te hayas sentado aquí conmigo.
—Tal vez no estoy tan ocupado.
—O tal vez quieres hablar —ripostó Changbin, sabiendo ya que estaba en lo correcto. Su sonrisa se tornó triunfal al ver como Chris bufaba y sacudía su propio cabello, apartando nuevamente la mirada.
—Pasó algo.
—Pensé que la parte en la que te aclaraba que yo no era adivino había sido bien comprendida. Vas a tener que dar mas detalles.
—Solo cállate un segundo —Chris sonó frustrado, cubriendo su rostro con las manos—. Yo... creo que dije algo estúpido.
—¿Le confesaste tus sentimientos a Jisung? —Changbin ignoró deliberadamente su petición de silencio, aquel tema siempre era uno que le resultaba entretenido.
—No exactamente. Le dije que quería follarlo hasta volverlo sumiso y obediente.
Sus palabras salieron en tropel, como si supiera que, de dudar, terminaría sin decir nada. Changbin se quedó inmóvil, mirándolo fijamente con sus ojos un poco más abiertos de lo normal.
—Contigo no hay punto medio, Bang.
—Ugh... —Chris metió de nuevo sus manos en su cabello, obviamente estresado— No quiero pensar en eso, pero llevo días sin poder conciliar el sueño como es debido. No tenía que haber dicho eso.
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Opium - Changjin/Hyunbin
FanfictionHyunjin es adicto al sexo. Aún si no lo admite, su adicción está al punto que no puede llevar a cabo su rutina diaria si no ha tenido una buena sesión antes. Él adora hacerlo, en cualquier oportunidad, cualquier modo, cualquier persona. Por lo tanto...