Capitulo 33

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Extrañar... Sí, ¿cómo no?

Dios, había sido un completo idiota. Tal vez incluso más. Lo que fuera que se encontrara por encima de la idiotez. La categoría más superlativa que existiera. Tal vez allí era donde debería ubicarse. El epítome de la imbecilidad.

Al llegar a su oficina, Changbin dejó salir un gemido de vergüenza por la que probablemente fuera la enésima vez esa mañana mientras se dejaba caer en el asiento de su escritorio, consciente de que estaba casi una hora tarde, la resaca sacando lo mejor de su expresión mañanera y el recuerdo demasiado nítido de la idiotez que había hecho.

La historia con el video de él y Chris ya había sido borrada. Era lo segundo que había hecho esa mañana. Lo primero fue gritarle a Chris por no despertarlo y haberlo dejado dormir hasta las ocho. Mientras corría para asearse, vestirse y hacer algo con la cara de destrucción que tenía, Chris simplemente había desaparecido de su apartamento probablemente rumbo al suyo o directo al trabajo, era difícil saber.

Lo único que sabía a ciencia cierta, era que Hyunjin había sido el primero en ver su historia y que, contrario a lo que habían pensado, no había tratado de contactar con él ni una sola vez en toda la noche y lo que iba de mañana. Ni siquiera un mensaje de buenos días como a veces le escribía cuando sabía que pasaría la noche con otra persona. Ese mensaje tímido y levemente territorial de siempre hubiera sido miles de veces preferible a ese silencio.

Al gemido de vergüenza le siguió un gruñido casi infantil para, luego de dejar caer su cuerpo en la silla, hacer lo mismo con su cabeza sobre su escritorio. Su jefe lo había visto entrar y sabía que no tardaría en llamarlo a su oficina para preguntarle el porqué de su llegada tarde. No sabía cómo iba a lidiar con eso porque, lo único que su mente podía procesar en ese momento, era un sincero "estuve toda la noche bebiendo con mi amigo el Sargento Bang con quien, además, tengo sexo ocasional. Todo normal. Por cierto, ¿vio el trozo de casi porno que subimos a Instagram? Tengo futuro en esa industria, ¿no cree?"

Ni siquiera le dio gracia pensarlo. Y eso que su sentido del humor era bien simple.

—Changbin... —sintió que lo llamaban, lo cual provocó que se enderezara como si hubiera un resorte en su trasero.

—¿Qué? —inquirió, con un tono agudo que denotaba un estado de franco nerviosismo. Tal vez esas dos tazas de café no habían sido la mejor idea. Su compañero de cubículo lo miró, pestañeando rápidamente ante la enérgica respuesta, sorprendido.

—Te llaman —contestó finalmente, señalando hacia la puerta de la oficina.

Changbin hizo una mueca, dejando salir un suspiro que le sirvió para prepararse mentalmente antes del sermón que estaba a punto de recibir. Se dio la vuelta entonces, dispuesto a levantarse.

Sin embargo, quien lo esperaba en la puerta de la oficina no era su jefe obeso de camisa apretada.

Oh, no. Para nada.

Hwang Hyunjin nunca había lucido tan fiero a los ojos de Changbin como lo hizo esa mañana. Uno de sus hombros recostado al marco de la puerta, sus brazos cruzados en su pecho y la mirada gélida, casi cortante. Dios. Changbin sabía que no estaba de buen humor, pero si no tuviera la resaca que tenía probablemente se hubiera excitado solo con verlo ahí, así, mirándolo de aquella forma que prometía, al menos, un poco de brusquedad.

Tragó en seco mientras se acercaba. Para él, no era usual estar nervioso, sin embargo, no podía evitarlo esta vez. ¿Cuál sería la reacción de Hyunjin? Había estado esperando para saber. Era inevitable que sintiera un leve escalofrió bajar por su espalda a medida que se acercaba. Podía notar la vista de las demás personas de la oficina detrás de él. La tensión sembrándose en el espacio que ocupaban, casi haciendo pesado el aire.

Opium - Changjin/HyunbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora