Las manos de Chris parecían querer estrangular el volante del auto. Se notaba claramente en el relieve de sus venas a lo largo del dorso de cada una, subiendo por sus antebrazos hasta perderse en el doblez de las mangas de su chaqueta, un poco antes de sus codos. Jisung adoraba fijarse en sus manos, eran, de todos los detalles de Chris, uno de los que más le atraían. Aunque había otros, muchos otros, que pudo mirar mientras el mayor conducía en silencio por las calles desiertas, bajo la tenue luz del amanecer. Estaban su ceño fruncido y el cabello que constantemente corría hacia atrás con sus dedos; la rara visión de sus piernas en jeans, sus labios, algo hinchados del constante mordisqueo de sus dientes. Había mucho, muchísimo para mirar, un festín para la vista de Jisung, quien se encargó de verle con descaro durante todo el camino, consciente de que el mayor lo sabía y, simplemente, no le decía nada.
Cuando llegaron a la mansión de Jisung, solo hubo ese silencio durante casi un minuto. El menor mantuvo sus manos quietas sobre su regazo, las esposas aun envolviendo sus muñecas, siendo su tintineo lo único que, de vez en cuando, había interrumpido el monótono ronronear del motor.
—¿Solo te vas a quedar ahí sentado en silencio? —Fue Jisung quien interrumpió los pensamientos del mayor, desviando su mirada de los primeros rayos del amanecer para enfocarla en el rostro severo del oficial— Hay otras cosas que podrías estar haciendo.
Chris apretó ligeramente el volante antes de soltarlo. Giró su cuello, mirando por primera vez a Jisung desde que habían salido de la estación.
—¿Realmente lo quieres?
Una ceja del tailandés se levantó y una expresión de fingida ignorancia adornó su rostro ante esa pregunta.
—¿Querer qué?
—Todo lo que te has estado buscando...
—¿Sexo? ¿A eso te refieres?
Chris negó.
—No es solo sexo... al menos no sexo convencional. Las cosas que quiero hacerte... las que pareces querer que te haga... ¿Realmente las puedes tomar?
—¿Por qué haces este tipo de preguntas tan de repente? —Jisung esbozó una mueca, desviando su mirada nuevamente hacia el exterior— Vas a matar el humor.
Sin embargo, el agarre duro y sorpresivo del mayor sobre su rostro, le hizo soltar un quejido, obligándolo a verle nuevamente. Chris se había inclinado cerca, dejando ver esa fiereza en su mirada que varias veces había hecho a Jisung sentir sus piernas débiles.
—Escucha, Jisung... No sé con qué mierda de hombres te hayas relacionado hasta ahora, o qué tan sencillo sea para ti entregarte de esa manera, pero si algo tengo claro, es que no voy a hacerte nada sin tener tu consentimiento. No importa lo mucho que me provoques, ni lo mucho que parezcas pedirlo... Te mereces un mínimo de respeto, y al preguntarte esto, te lo estoy mostrando. Sé que no eres estúpido, sé perfectamente que sabes lo mucho que deseo ponerte en tu lugar... pero no lo haré si no me dices claramente que me das permiso para hacerlo.
Jisung solo le sostuvo la mirada, por un instante sintiéndose absolutamente perdido. No esperaba que Chris llegara a decir algo así, mucho menos a él. Esperaba que lo tratara como una escoria, eso era lo usual, solo aprovecharía ese odio mezclado con deseo que parecía sentir el mayor hacia él y ya. Entonces, ¿por qué de repente Chris decía esas cosas que solo diría alguien que se preocupaba por él, alguien que lo veía como más que una escoria irritante?
¿Acaso...?
—Sargento... —musitó, aun sin saber exactamente qué contestar— Yo... Estoy bien... quiero lo mismo que tú.
—Podrás detenerme si quieres... —Chris suavizó el agarre en su rostro, pasando de algo rudo a lo que casi se sintió como una caricia— Aun si puede parecer lo contrario... el control lo tendrás tú, ¿de acuerdo?
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Opium - Changjin/Hyunbin
FanfictionHyunjin es adicto al sexo. Aún si no lo admite, su adicción está al punto que no puede llevar a cabo su rutina diaria si no ha tenido una buena sesión antes. Él adora hacerlo, en cualquier oportunidad, cualquier modo, cualquier persona. Por lo tanto...