Capitulo 32

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—Oye... ¿No crees que ya nos estamos excediendo?

La protesta de Chris fue ignorada gustosamente por Changbin, quien quitó el flojo corcho de la botella para servir nuevos tragos en ambos vasos. Por el rubor en sus mejillas y su obvia embriaguez, estaba claro que ya se habían excedido. Sin embargo, no era como si Chris pudiera hacer algo más que protestar con pocos deseos. Después de todo, él también se encontraba en el mismo estado.

—No seas marica —contestó Changbin, extendiéndole el vaso.

Chris se bajó del sofá y se sentó junto a él, sobre la alfombra, apartando un paquete vacío de bocadillos. El salón de la casa de Changbin era, ahora, un pequeño desastre gracias a ellos. Algunas latas se enredaban con botanas a medio comer y una botella ya vacía acompañaba a la que Changbin aún tenía en su mano, todavía a medias, sobre la pequeña mesa que allí había.

—No estoy siendo marica... al menos ahora no —Chris tomó el vaso y bebió un sorbo, a pesar de sus protestas—. Mañana tenemos que trabajar.

—¿Será tu primera vez trabajando con resaca? —Changbin elevó una ceja mirando con escepticismo en su dirección. Empujó el vaso de Bang con su mano libre, ese gesto bastando para obligarlo a beber más. Chris se atoró ligeramente, devolviéndole una mirada levemente irritada, ante lo que Changbin solo sonrió.

—No seas pesado, anda. Acompáñame a beber mis penas.

—¿Qué penas? Llevas toda la noche hablando de Hyunjin, de lo bien que folla, de lo bonito que es su pelo, de la cantidad de lunares que tiene en su espalda...

—Exacto —interrumpió Changbin, ante lo que Chris se quedó dudoso.

—¿Exacto qué?

—Esas son mis penas.

—Y una mierda, Changbin —Chris le arrebató la botella para rellenar su vaso casi vacío—. No sé por qué rayos le das tantas vueltas al asunto. Estás enamorado de él. Punto. Díselo y sean felices de una vez.

—Mira quién habla.—Changbin tomó la botella de vuelta, solo por quitársela—. Tú tampoco le has dicho nada al hamster atrevido ese que tienes por crush.

—Shh —Chris se llevó un dedo índice a los labios, aun si tuvo problemas para ubicar en qué parte de su rostro estaba su boca—, estamos hablando de ti y de los lunares de Hyunjin. No me cambies el tema. Solo admite que te gusta y que tienes miedo a confesarte porque llevas toda tu vida jugando al playboy y ahora, cuando quieres algo serio, no sabes qué hacer.

Changbin le sostuvo la mirada, sus labios estirándose suavemente en un puchero.

—No ha sido toda mi vida —Desvió su mirada, su expresión tornándose levemente melancólica, casi triste—. Sé lo que es tener una relación seria... sé lo que se siete estar enamorado de alguien.

—Bueno —Chris notó la repentina incomodidad, sin embargo, no quería simplemente dejar el tema ahí—, y entonces... ¿Es amor lo que sientes por Hyunjin?

Changbin se encogió de hombros.

—No estoy seguro. Me confunde.

—¿El qué?

—El sexo. Es... es confuso. Además... está claro que él no quiere nada formal. Y aun si lo hubiera... para él no es nada raro serle infiel a sus parejas. Lo ha hecho antes. Nada lo detiene de hacerlo conmigo... si tuviéramos una relación... A mí me importa poco lo que pase si estamos en una relación abierta pero... cuando realmente quiero a alguien...

—No, no, no... —Chris dejó su vaso sobre la mesa y agarró las mejillas de Changbin entre las palmas de sus manos— Mírame bien, Bin. No puedes pensar en el peor desenlace incluso cuando ni siquiera has iniciado la historia. Si Hyunjin te gusta... y tú le gustas a él, entonces ya sea toda la vida, o unos años, o unos días, o incluso un revolcón de pocas horas... deberías disfrutarlo.

Opium - Changjin/HyunbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora