Capitulo 38

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—Esto parece que será bastante grande. —murmuró Felix, tomando asiento junto a Hyunjin en el salón de conferencias del edificio de la Policía Metropolitana.

Frente a ellos, el capitán esperaba pacientemente a que todos los asientos se llenaran para comenzar con la reunión. En los casi nueve años que Felix llevaba trabajando como policía, podía contar con los dedos las veces que había sido necesario reunir a todas las fuerzas en aquel salón, el único del edificio donde podían juntarlos a todos. Ninguna de esas veces había sido precisamente para buenas noticias. Usualmente se trataba de trabajo, y a gran escala.

Hyunjin resopló, disconforme, mientras miraba por enésima vez la hora en su teléfono. Parecía incómodo en su asiento, como si aquel sitio se le hiciera desesperante. No había que ser muy perspicaz para entender la razón de su aparente prisa, así que, inclinándose cerca de su hombro, Felix murmuró nuevamente.

—Deberías dejar de mirar la hora. Probablemente esto nos tome todo el día y puede que la noche.

El menor bufó, bloqueando el aparato para guardarlo en su bolsillo.

—¿No podían escoger otro día?

—Ciertamente tienen muy mala puntería —Lee volvió a su posición, relajado en su asiento—, estaba esperando con ansias mi día de descanso. Tenía videojuegos que jugar.

La voz gruesa e impaciente del capitán los interrumpió, haciéndoles prestar atención al frente. Al parecer ya estaban todos, o casi todos, por lo que comenzarían ya con la reunión.

—Seré breve —habló, recostándose al atril—, hemos movilizado a todas las unidades excepto a la guardia para apoyar en una operación de narcóticos.

Un murmullo in crescendo recorrió la sala ante lo cual el capitán alzó una de sus manos, pidiendo silencio.

—Ya sé que estas cosas suelen ser peligrosas e incómodas de manejar. Usualmente ellos se encargan, pero esta vez la escala es demasiado grande. Necesitan el apoyo. Ahora les explico. —Se dio la vuelta, acercándose a la computadora portátil que había detrás suyo para poner las diapositivas necesarias.

—Creo que deberías avisarle a Changbin que volverás tarde. —El tono con el que Felix susurraba sonaba casi divertido, haciendo que Hyunjin rodara los ojos, hastiado.

—Detesto las operaciones de narcóticos. —gruñó.

—¿Quién sabe? Podrías salir con tu primer disparo.

—No juegues con eso —Hyunjin lo miró, ofuscado—, algunos podríamos incluso morir.

—Eso es cosa de todos los días —Felix se encogió de hombros—, deberías tenerlo presente cada mañana. No hoy que vamos a apoyar a narcóticos.

—Lo sé... —El menor dejó salir el aire, relajándose—, pero no deja de ser molesto.

—Bien —de nuevo la voz del capitán los interrumpió. En la pantalla del proyector podía observarse el mapa de una mansión y un par de fotos de los exteriores—, este es el sitio. Como de costumbre, los de narcóticos no dieron muchos detalles. Se supone que esta noche habrá una fiesta aquí, una bastante grande, como pueden ver. La mansión tiene tres salidas, la entrada principal, la entrada trasera donde está el aparcamiento, y una lateral, más discreta. Debemos cubrir esos puntos y los alrededores. El dueño de la casa es un traficante importante, de los peces más gordos de la zona, esta fiesta es la oportunidad perfecta para llegar a él y arrestarlo. Un informante nos dio la localización, los detalles sobre la fiesta y evidencia suficiente para mantenerlo bajo custodia hasta que podamos encontrar pruebas definitivas en su vivienda. Eso ya es trabajo de la gente de narcóticos. Ustedes —quitó la imagen y cambió a fotografías más detalladas de los alrededores, los locales y zonas ornamentales de toda la manzana—, como de costumbre, tendrán el trabajo más duro: Irrumpir en la mansión y arrestar a todo lo que se mueva. No importa quién sea o cómo se vea, si es del catering, limpia pisos, mujer, niño, anciano, perro, gato... lo que sea. Deben ponerlo bajo custodia. No sabemos cuántas personas trabajan para él o cuántos estén involucrados directamente con el tráfico. Basta con que estén en una fiesta donde se está distribuyendo droga de forma ilegal para ponerlas bajo custodia. Así que ya saben.

Opium - Changjin/HyunbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora