Capitulo 3.

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Amargo cumpleaños.

Janice.

Mantengo la vista clavada en las estrellas pintadas en el techo, recuerdo la reprimenda que me dió el rey al darse cuenta que había hecho algo sin su permiso, quiso taparlas pero la súplica de Lily por que me dejara tranquila lo hizo cambiar de opinión.

Nunca he logrado entender porqué me trajo aqui, ¿Por qué no sólo me abandonó como suelen hacer los hombres con sus bastardos? ¿para qué traerme y hacerme sentir tan despreciada toda mi vida?

Observo a mi lado el reloj en la mesa de noche, faltan dos minutos para las 12 y de sólo pensarlo me dan ganas de vomitar.

Nunca me han gustado los cumpleaños, ni los míos, ni los de otras personas. Siento que son días tan tan extraños, tan personales, que apesar de estar cumpliendo un año más de vida no quita el hecho que desde pequeña me sienta no merecedora de ello.

Si he podido soportar 19 años fue gracias a Gia y las chicas, Susan y Lily, quienes se han esmerado porque cada cumpleaños yo me sienta cómoda y feliz.

Escucho el clic del reloj marcando las 12 y tapo mis ojos con la almohada ahogando una maldición. Ya, es el día en que desgraciadamente tengo 20 años y...

La puerta se abre despacio, veo una luz y luego distingo los rostros de Susan y Lily que vienen con un pequeño pastel y una vela.

—Feliz cumpleaños a ti...—canturrean al unísono y sonrío tratando de ignorar el nudo en mi garganta—Feliz cumpleaños, Janice, que los cumplas feliz...

—¡Sopla la maldita vela que el pastel se derrite!—se exaspera Lily, me burlo con los ojos llorosos y soplo dejándonos a oscuras—¿Y la luz?

Enciendo la lámpara en mi mesa de noche, ambas sonríen y se sientan en la cama depositando el pequeño pastel en ella. Aguanto las ganas de reir viendo que apesar de los años, aún no aprenden a como hacer un pastel.

—Oh por favor, ya deja de burlarte, es culpa de Susan que no sabe decorar.

—¿Mía? ¡Tú no parabas de apurarme alegando que ya iban a ser las 12!—se queja y Lily jadea sorprendida.

—¡No, tú...!

—Chicas, por favor. —callan viéndose mal, es lo mismo cada año—Está hermoso todo y apuesto a que sabe muy bien como los demás años.

Ambas sonríen felices y no puedo evitar sonreir con una presión rara en mi pecho. Me parece tan increíble como ellas se han esmerado tanto en hacerme sentir que tengo un hogar aqui, que tengo alguien que me quiera y no puedo estar más agradecida por ello.

Desde hace años, cuando me perdonaron y se dieron cuenta de haber sido algo malas conmigo, cada día de mi cumpleaños vienen hasta mi habitación con un pastel caliente y mal decorado, cantando en voz baja. No sabía lo que era que tuvieras un pastel para ti, que te cantaran cumpleaños o que llegaran a tu habitación a primera hora para felicitarte por un año más de vida. No hasta que ellas me lo demostraron.

Desde entonces, sé que al menos dos personas si se alegran de que yo tenga un año más de vida.

Soplo las velas, con el cuchillo que trajeron nos pico un pedazo a cada una y Susan se alegra comiendo. Ama los dulces.

—No puedes quejarte, la torta queda muy fea, pero al menos queda sabrosa. —dice Lily con la boca llena, Susan asiente repetidas veces.

—Nunca me he quejado.

—Lo he visto en tus ojos. —me señala con un dedo cerca de mi rostro—en tu mente dices: "Oh Dios mio, que torta tan fea preparan estas ineptas. Aunque es culpa de Susan que no sabe como decorar una..."

PODER: El Libro De Las Siete Maldiciones. [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora