Capítulo 1

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LALI

Finamente llegué a Buenos Aires después de pasar un año entero trabajando en Madrid.
-¡Mi chiquita!-mi papá Enzo me vino a recibir a la terminal de aviones, lo abracé fuerte feliz-¡estas divina! ¡Te extrañé mucho!
-¡Yo también te extrañé!-mi mamá Alondra me sonrió.
-Hola ma-le correspondí a su sonrisa emocionada-¡los extrañé mucho! Tengo veinticinco años pero siempre voy a ser su hijita
-Obvio mi vida-mi mamá me miró con amor y mi papá se rió.
-Vamos-mi papá arrastró el mismo mi valija, lo tres caminamos juntos hasta el estacionamiento.

Entré a mi casa de la infancia, todo parecía estar igual que siempre, limpio, luminoso y ordenado.
Aproveché para pasar por la cocina y saludé a Susana la cocinera, una señora que me enseñó sus secretos mejores guardados en ese área.
-¡Hola!-salté por detrás para sorprenderla y en lugar de eso se asusto, dio un salto para atrás-ups, perdón Susi
-¡No puedo creer que ya hayas llegado! ¡No terminé de cocinar!-se escandalizó.
-Todo bien Susi, puedo ayudarte-elevé mis cejas- estuve trabajando en varios restaurantes que abrimos con mis papás, y tuve que hacer de jefa encubierta.. y eso me enseñó mucho, a conocer a mis empleados.. a ver con cuanta pasión cocinan, pero la persona más apasionada en la cocina sos vos-la halagué y Susana me sonrió-¡te ayudo!
Agarré un delantal de cocina y me lavé las manos, piqué verduras y Susana las cocinó con salsa de soja para que terminen dentro de un wok.
-Que pinta Susi-mi mamá le agradeció por la comida.
-Hoy tuve la ayuda de una persona especial-Susana se lo aclaró.
-Y que pinta Lali-mi papá asintió.
Comí y sentí un placer, no solo era comer comida rica, era hacerlo en mi casa y con mi gente.
Al abrir mis ojos lo dice porque mi papá me llamó.
-Lali, ¿cómo están funcionando nuestra cadena de restaurantes en España?
-Bien.. todo bien, la gente se va conforme y vuelve, al principio habían irregularidades con el personal, pero lo solucioné-agarré mi copa con vino y bebí.
-¿Te descubrieron mi amor?-mi mamá se interesó en el chisme- quién iba a pensar que  la jefa iba a estar trabajando de manera encubierta como otra más
-¡Todavía no soy la jefa!-aclaré y me reí fuerte- en realidad me fui de España y todavía no lo saben, al parecer fui convincente, me creyeron, el hecho de que supuestamente tengo un título en gastronomía
-Deberías estudiar gastronomía-mi papá elevó sus cejas- sé que siempre te digo que el negocio familiar es prioridad, pero también quiero que seas feliz.. veo que te gusta cocinar, por eso mismo estas de jefa encubierta.. así podes estar dentro de las cocinas y controlar todo
-Tal vez estudie gastronomía en algún momento, ahora se mucho más que cuando me fui sola a Europa, ¡y estoy ansiosa por un nuevo desafío! ¿Vas a derivarme al restaurante de Puerto Madero?
-Ese mismo-mi papá asintió con la cabeza-¿crees que estas lista para algo así? La gente acá es distinta... muchas veces no son tan educados
-No hables mal de nuestra gente-mi mamá le paró el carro.
-Entiendo a lo que vas, la gente muchas veces se desubica, y el argentino es apasionado, suele ir de frente-hice una pausa y suspiré- pero yo tengo paciencia, mucha paciencia... y sé que el cliente siempre tiene la razón, eso no corre igual para los empleados, necesitan disciplina, aunque en un principio no pienso interferir desde ese lado, quiero evaluar como se manejan
-¿Entonces podes arrancar mañana?-mi papá me miró expectante, asentí con la cabeza y le sonreí.
-Mañana mismo-asentí nuevamente.

PETER

Hace tres meses que arranqué como el chef principal de una grande cadena de restaurantes gourmets, pasé por varias instancias hasta que me dijeron que me gané el puesto.
Si hay algo con lo que no jodo es con el trabajo, siempre intento superarme y superar a los demás.
En el medio otras dos chefs renunciaron porque se pelearon por mi culpa, tuve varios encuentros con las dos, por separado pero se terminaron enterando, y claramente todo terminó mal.
Las mujeres que llevaban una vida entera siendo amigas y que estudiaron gastronomía juntas se pelearon por mi, por eso mismo me gané el odio del bachero que limpia las vajillas y de los únicos dos chefs hombres.
-Hola a todos, buenos días-apareció Ruperta, la mujer más mayor del restaurante, la gerente, nos saludó a todos los trabajadores- quiero que le den la bienvenida a Lali-presentó a una chica linda, morocha, bajita, pestañas largas y con una boca pronunciada- ella es una profesional en la cocina, así que va a trabajar en tu área Juan Pedro-Ruperta me miró con hartazgo- comportate
-Siempre me comporto-le respondí haciéndome el gracioso y nadie me lo celebró, la única persona que lo hizo fue la nueva, Lali.
-Perdón-avergonzada Lali agachó su cabeza, Ruperta por suerte no fue dura.
-Ya les presenté a Lali, cada uno vuelva a sus puestos-Ruperta se alejó.
Volví a la cocina para ponerme mi delantal, y cuando estaba lavándome las manos vi a Lali asomarse.
-Gracias por tu risa-la miré de reojo y ella elevó sus cejas-me celebraste el chiste
-No te lo "celebré", simplemente me pareció un gesto desubicado, y Ruperta es tu superiora
-¿Ahora vos vas a decirme que es desubicado o no? ¿Tengo que recordarte que el jefe en esta cocina soy yo? Vos sos la nueva-le sonreí.
Ella me miró con detenimiento a los ojos, y sin inmutarse se rió y me sonrió.
-¿Cual fue tu promedio cuando estudiaste para chef? ¿Acaso ganaste alguna estrella michellin?-me jodió- yo vengo de trabajar en Europa
-¿Y porque volviste a Sudamerica?-me reí-¿te confundiste y te despidieron?
-No... prefiero trabajar en el país que nací y estar cerca de mi familia, muy linda la experiencia, pero extrañaba estar en casa-suspiró y se acercó a la pileta para lavarse las manos, después me salpicó tirándome las gotitas de agua en la cara, rápidamente cerré mis ojos y la escuché reír.
-Espero que al trabajar juntos trabajemos bien-me habló por última vez.
Después se puso a hacer sociales con el resto de los que trabajábamos en la cocina, ella parecía ser simpática, demasiado.
-Así no se hace-la interrumpí al ver que estaba picando algo mal-¿realmente trabajaste en un restaurante importante?
-Aunque no lo creas sí-me desafió con su mirada- y es mi propio estilo, picas las verduras así, es una imprenta mía-se defendió.
Me reí, me tomé con humor la estupidez que me había dicho.
-Vas a salir buena, por ahora sos mi aprendiz-agarré las verduras y le expliqué con paciencia cómo picarlas cómo lo haría una persona profesional.

LALI

Miré a Juan Pedro con detenimiento, en mi cabeza ya hice mi primera nota mental: controlarlo de cerca.
¿Algo que escribí al volver a mi casa?
Que es un arrogante, no dejó de refregarme por la cara que él es mejor que yo, y según lo que percibí nadie en la cocina y en el resto de los puestos del restaurantes lo soportan, por lo tanto tengo que averiguar porque y hacerlo cambiar, o voy a tener que despedirlo, odio hacer esas cosas, pero tomar esas decisiones demuestran que yo puedo heredar la empresa familiar al ser capaz.
Aunque mi primera opción es intentar cambiar por mi misma lo que sea que hace que el restaurante no prospere para bien, y si es necesario quedarme en la cocina como jefa encubierta por más tiempo que la última vez eso definitivamente va a ser una realidad.
Por la noche me fui a dormir pensando, pensando en muchas cosas a la vez.
Al día siguiente desayuné un rico desayuno hecho por Susana.
-Gracias por esto-le agradecí- es muy temprano, y te despertaste solo por mi
-Sos la mimada de esta casa, y si bien ya estas grandecita y te vas a trabajar quiero que sigas desayunando acá-Susana me sonrió tan amable como siempre.
Terminé mi taza de café y me puse de pie, la saludé y manejé un auto alquilado hasta el restaurante de Puerto Madero.
-Tarde-el tonto de Juan Pedro me molestó a penas me vio.
-Si Ruperta no me dice que es tarde lo que vayas a decirme vos no tiene porque importarme-le sonreí y Ruperta se acercó a mi.
-Tarde-Ruperta me lo dijo y ahí si quise morirme, porque si hay algo que no soy es irresponsable.
-Perdón-avergonzada agaché mi cabeza- nunca más va a pasar
-Espero que nunca más-Ruperta se mostró firme- Lanzani, controla que llegue temprano, SOLO ESO
¿Porqué ESA aclaración?
Cuando Ruperta se fue Juan Pedro elevó sus cejas, y su sonrisa fue la típica que hace una persona cuando se sale con las suyas.
-Vos y yo no empezamos muy bien que digamos, así que me presento con la mejor de las ondas, soy Juan Pedro pero me podes decir Peter-me miró con firmeza.
-Lali-le di la mano y él me dio la suya.
-¿Sólo Lali? Ese no es un nombre..-elevó sus cejas coqueteando conmigo.
-Sólo Lali-me limité a darle información de mi vida privada.
-No es un nombre, voy a averiguar el tuyo-siguió haciéndose el cocorito y me reí.
-Sos algo patético-le sonreí- no puedo creer que pretendas que aprenda de vos...
-¡¿Vos quién te crees que sos?! Tenes que pagar derecho de piso por ser la nueva-siguió peleando conmigo pero solito.
Si tan solo supiera quién soy estaría ahora mismo portándose cómo un ser humano del bien, no cómo el cancherito que se cree lo más.
-Bueno saberlo... no estaba enterada-lo miré divertida y eso lo dejó desconcertado por unos segundos- voy a lo mío, y vos andá a lo tuyo-me giré para alejarme e ir por mi delantal.
-Hola Lali-me saludó un Rubio de ojos claros- soy Gastón, no me presenté-me sonrió.
-Lali, que bien conocer a otra persona con mejor energía-le sonreí.
-Te doy un consejo nomás, la única manera de tenerlo a Juan Pedro controlado y con los humos más bajos que de costumbre es si lo tenes agarrado de las pelotas-Gastón hizo un gesto sugestivo con una de sus manos y me sorprendí- desde que él llegó dos mujeres dejaron de trabajar acá y una se tomó licencia por salud...-hizo una pausa breve-mental
Así que el ambiente vino de mal en peor con la llegada de Juan Pedro.
-Gracias por el consejo, igual no pienso agarrarlo desde ahí...-hice una seña con una de mis manos- solo quiero trabajar en paz, y ojalá el clima laboral cambie para bien
-Ojalá-Gastón asintió con la cabeza nada seguro.
Volví a mi puesto de trabajo y arranqué con la primera tarea que me dio mi "superior" el jefe de cocina.
Lo noté esmerarse para impresionarme, estaba comportándose cómo un pavo real macho que quiere impresionar a la hembra.
Restándome importancia a su show saludé a todos los trabajadores del restaurante antes de irme, y a Juan Pedro solo le di un choque de puños.

Distintos (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora