Capítulo 8

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LALI

Otra semana llegó a su fin, y el Lunes me tocó descansar de mi trabajo, así que lo aproveché saliendo con mis amigas, Eugenia paró en cada negocio del shopping mientras que Candela la jodía por ser así.
-¡No es mi culpa amar la moda!-Eugenia nos miró mal y con Candela seguimos riéndonos.
-Llevamos tres horas seguidas en este lugar-Candela se quejó- Euge ya está, es un día hermoso, está soleado pero tampoco hace un calor de la puta madre, amiguémonos con la naturaleza
-Coincido con ella-miré a Eugenia de reojo- además tengo algunos chismes... y no pienso hablar de eso acá-elevé mis cejas y ellas hicieron lo mismo.
El interés pudo más que las ganas de seguir comprando de Eugenia, y por suerte abandonamos el shopping.
Fuimos a "tomar el té" a un hotel bien lindo y nos quedamos en el jardín interno del lugar, todo estaba lleno de flores y podía respirarse la sensación de paz.
El mesero nos trajo té y cositas ricas para comer, Candela atacó los scons y untó uno con queso crema y dulce de durazno casero.
-¿Y el chisme?-Eugenia me sonrió con una sonrisa maliciosa- nos prometiste chismes..
-Ustedes saben que estoy de infiltrada en el restaurante familiar-ambas asintieron- y que estoy de bajo la mirada del jefe de cocina-asintieron nuevamente- él anda raro.. y el otro día finalmente dejó de ser arrogante y me pidió perdón-mis amigas abrieron ampliamente sus ojos- creo que debajo de toda esa coraza inquebrantable hay una buena persona... sólo tiene que dejar de hacerse el duro-solté un suspiro- me trajo una torta de chocolate y la compartimos en su casa... y lo puse a prueba, lo jodí con eso de que quiere llevarme a su cama y me sorprendió..-hice una pausa- me dijo que me respeta demasiado cómo para no haberlo hecho conmigo en ese momento, según lo que entendí no quería desquitarse conmigo por tener mambos suyos en su cabeza... y él es constantemente contradictorio porque estuvo tratándome mal, haciéndose el "capo" y de golpe dijo esas palabras que me dejaron pensando toda la noche..
Candela elevó sus cejas y se le asomó una pequeña sonrisa sobre sus labios.
-Le gustas tonta-dijo lo obvio- y le gustas lo suficiente cómo para respetarte
-Por lo menos un poco-Eugenia completó a Candela- es una persona interesante Lali, es.. atípico, nunca sabes con que se va a salir
-¡Él me ofreció quedarme a dormir y al día siguiente ir a trabajar con prendas de ropa que se olvidaron sus amantes!-intenté "despertarlas"-los hombres así son complicados de rehabilitarse... y creo en que eso puede pasar, pero Peter es complicado... y no tengo tiempo para perder, mi misión es hacer que haya un clima laboral bueno en el restaurante-suspiré- eso incluye que investigue a mis trabajadores, que me implique en sus vidas pero no tanto
-Lali es imposible manejar lo que pueda o no llegar a pasarte al conocer la vida de tus empleados-Candela se cruzó de brazos al terminar de comerse su segundo scon- sos una persona humana y sensible
-Y eso es buenísimo, pero en ocasiones no es una buena combinación de cualidades-coincidí y asentí con la cabeza- voy a manejarme cómo solamente yo se hacer, llegue a pasar lo que llegue a pasar, yo misma voy a encargarme de no pasar las líneas... soy la futura heredera de la cadena, y tengo que tratar de desviarme de mi misión principal, en España hice todo bien-suspiré.
-Los argentinos somos distintos La-Candela me sonrió- somos cálidos...
-¡Bueno basta! ¡Ya terminó el momento de los chismes! ¡¿Podemos cambiar de tema?!
Algo desilusionadas mis amigas asintieron, y pude cambiar de tema.

Llegué a mi casa y vi en el medio del living varias valijas, eso significaba una sola cosa: mis papás volvieron.
-Hola chiquita-mi mamá Alondra me rodeó con sus brazos y me llenó la cara de besos justamente cómo cuando yo era chica.
-¡Lali!-mi papá Enzo hizo lo mismo y les sonreí a los dos.
-Te trajimos regalitos-mamá toda entusiasmada fue sacando bolsas de una de las valijas.
-Nos fuimos de "luna de miel" pero con tu mamá no dejamos de pensar en vos, así que te trajimos muchos regalos-mi papá me sonrió.
-No hacía falta, pero gracias-les di otros abrazos.
-Hay una cosa de lo que necesito hablar con vos-mi papá me miró ahora con seriedad.
-Enzo recién llegamos, después hablan de lo suyo-mi mamá se quejó.
-Es solo un rarito, y después podemos ponernos al día con temas familiares-mi papá le respondió serio.
Mi intuición me hizo adivinar lo siguiente:
-Necesitamos hablar de negocios-mi papá me hizo señas para que lo siga a su oficina, le hice caso y cerró la puerta- me enteré de que durante un día vos fuiste la jefa de cocina, ¿qué pasó con el chef Juan Pedro? ¡Él nunca faltó a trabajar!
-¿Crees que es mi culpa?-elevé mis cejas, ¿era mi culpa?- sólo estaba con problemas personales y lo cubrí, tal vez te llegó el rumor de que él me derivó su cargo a mi, pero yo se lo propuse-mentí, decidí salvarle el trasero a Peter Lanzani cómo él lo hizo conmigo.
-Entiendo tu humanidad y tu bondad Lali... ¡pero la cocina pudo haber sido un desastre! ¡Nunca te enfrentaste a algo así sola, tampoco estudiaste gastronomía!-me lo recordó y eso me cayó MUY mal.
-¡¿Estas dudando de mi profesionalismo Enzo?!-lo confronté- no soy chef, pero preferí ser humana y ayudar a un colega... di lo mejor de mi-eso último es cierto- me costó HORRORES pero terminó el día y logré superar esa adversidad
Mi papá se quedó mirándome inexpresivo.
-Necesito que entiendas algo Lali... él no es tu colega, ninguno de los que están en el restaurante son realmente tus colegas... vos sos la jefa Lali, bueno todavía no, ¡pero estas por encima de ellos! Y no tenes porque salvarle el trasero a esa gente-la actitud de mi papá me recordó que a veces podía ser medio sorete- ese Juan Pedro me rogó para tener el trabajo, me prometió ser profesional y rompió su promesa, voy a tener que tomar cartas en el asunto
Y me agarró miedito, ¿podía mi papá llegar a despedirlo?

PETER

Pasó lo que nunca creí que iba a pasar, el dueño de la cadena de los restaurantes pidió encontrarse conmigo.
Caminé hasta la oficina que mi jefe tenía dentro del restaurante y nervioso toqué la puerta, estaba por entrar solo al escuchar el "pasen" cuando Lali se metió conmigo.
-¡Ups!-me miró- necesitaba hablar con vos-me miró frente a nuestro jefe.
-Hola-Enzo nos saludó serio- Juan Pedro la idea era que hablemos solos, no con la presencia de Mariana-dejó en claro y giré mi cabeza para mirarla a Lali, así que su verdadero nombre era Mariana, le sonreí con una sonrisa chiquita que se me borró cuando Enzo me llamó- ya que ella está acá quiero que escuche sobre cómo nos manejamos en esta cadena
-¿Pasó algo?-me quedé desconcertado, últimamente no dejaban de lloverme halagos por mi trabajo cómo chef.
-Me enteré que ella-señaló a Lali- te salvó cuando te tomaste el franco, y no podías tomarte el franco así cómo así Juan Pedro, tenías que pedir eso un mes antes así mandaba a un chef profesional a cubrirte
¿Acaso Lali no era una chef profesional?
-Perdón... no recordaba eso-me sinceré.
-Si tenes algún problema necesario tenes que comunicárselo a Ruperta que va a comunicarse conmigo, y vos me prometiste tomarte tu trabajo enserio-Enzo elevó sus cejas y su mirada inexpresiva me dio miedo- sé de tu mala fama... e ignoré ese hecho, porque a pesar de todo la cocina siguió funcionando bien, pero no voy a permitir una irregularidad más-suspiró.
Asentí con la cabeza intimidado.
-Entendido jefe
-Y vos Mariana-Enzo la miró a ella con la misma frialdad- abstenete de hacer cosas que no te pertenecen hacer
Enzo nos dijo que nos retiráramos, completamente desconcertado caminé pasos lentos hacia la cocina, el jefe NUNCA se había mostrado así, siempre era un hombre macanudo y divertido, pero esta vez me puso los puntos.
Estaba por entrar a la cocina cuando la escuché a Lali llorar, volteé y la vi con sus ojitos brillosos, eso me sorprendió mucho.
-¿No estas acostumbrada a estas cosas?-me acerqué y fui impulsivo, le di un abrazo, ella se aferró a mi.
-Sí... sólo que... se trata de él, no de cualquiera-me respondió algo que no entendí mucho, lo dejé pasar.
-Vamos, seguro hay un postre en la heladera que no se comió ayer, si te pones las pilas es tuyo, podes ganártelo-hice mi intento por animarla y ella asintió con la cabeza, se apartó las lágrimas de su cara con sus manos y de un momento a otro cambió de actitud.
Me quedé observando a Lali por momentos mientras ella cocinaba, así que no era profesional y su nombre no era su nombre era otro.
También me cubrió, me cubrió cuando el único irresponsable fui yo.
Al terminar el día la esperé con el postre envuelto.
-Te lo ganaste-se lo di y ella se rió, una lagrimita se deslizó sobre una de sus mejillas y se la aparté con la mano-¿te sentís mejor?
-Sí-asintió con la cabeza- trabajar distrae.. y... quiero ser mejor, quiero demostrarle al "jefe"-¿dijo con ironía?- el porque estoy donde estoy, soy capaz de muchas cosas-toda molesta se rió- detesto que duden de mi
-Pero nadie dudó de vos...-intenté calmarla.
-El jefe dudó de mi capacidad, y no soy una mina que se rinda fácil, antes de estar acá estuve en otros lados y cumplí con cada una de mis misiones-elevó sus cejas todavía cabreada.
¿Sus misiones?
-¿Tenes un cigarrillo? Hoy no traje los míos
Le di uno y ella se lo puso en la boca, se lo encendí con un encendedor.
-Me cubriste-saqué a la luz el tema que me sorprendió.
-Confío en vos Peter... en tu talento y en que sos responsable, tuviste un desliz tras un momento de quiebre emocional y te mandaste una, pero todos cometemos errores... sobretodo cuando no estamos del todo bien-soltó el humo cerca de mi cara y me acerqué más.
Agarré el cigarrillo, se lo aparté de la boca y lo apagué en la pared de ladrillo, en vez de dejarla fumar la besé.
No sé el porque sentí que esa era la mejor manera de animarla, pero definitivamente funcionó, rodeó mi cuello con sus brazos sin dejar de mirarme.

LALI

Me dejé llevar porque necesitaba dejar de pensar en todo lo que había sucedido, mi papá me hirió, y encima jodió a Peter.
Tuve un lapsus en el que se me ocurrió que a lo mejor estaría bueno revelarme, ya que toda la vida fui demasiado correcta, tal vez, para "crecer" y hacerme notar, lo mejor que podía hacer era de ahora en más llevarle la contra a mi papá, hacer todo lo que él no querría que haga, que mis empleados se conviertan en mis colegas y que cocine en la cocina que tanto cuida a la hora de contratar personal, todo eso no descuidando mi trabajo.
Dejé de besar a Peter Lanzani y nos quedamos mirándonos a los ojos, cerquita, su nariz rozándose con la mía.
-¿Ahora te sentís mejor?-a Peter se le formó una sonrisa pícara y me reí, asentí con la cabeza y me reí-¿te llevo a tu casa? No viniste con auto...-observó.
-No quiero ir a mi casa... no ahora mismo-negué enfáticamente.
Peter me miró con curiosidad y me ofreció su mano.
-¿Y si venís a la mía?-me invitó.
-Puede ser...-entrecerré mis ojos sin dejar de mirarlo.
Él me sonrió y entusiasmado tiró de mano para que lo siguiera hasta su auto.

Distintos (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora