Capítulo 9

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LALI

Con mi mochila al hombro caminé hasta el auto de Peter y me senté en el asiento de copiloto, por las dudas antes de arrancar el día guardé ropa demás, mi plan era caer en la casa de alguna de mis amigas.
Peter manejó hasta su lugar y entramos, se acercó con una botella de vino tinto en la mano y llenó dos copas, agarré una luego de sentarme en el sillón grande.
-¿Para ahogar penas?-lo miré curioso, él negó con la cabeza.
-¿Necesitas ahogar penas?-elevó sus cejas y negué con la cabeza-¿entonces que anda pasándote?
-¡¿Ahora vos sos el que va a ser mi consejero?!-esbocé una pequeña sonrisa.
-No soy bueno aconsejando, pero así cómo vos me dijiste que ibas a escucharme yo también quiero darte la misma oportunidad, puedo escucharte-sus palabras me sorprendieron, también me sonrió- puedo intentarlo
-Intentarlo... por lo menos podes intentarlo, hay mucha gente que ni siquiera se esfuerza en la vida, y no solo en esto de escuchar a un otro-aclaré, Peter curioso se quedó expectante a lo que iba a seguir diciendo- valoro mucho a la gente que por lo menos intenta las cosas... que tal vez le cuesta cocinar y lo intenta, o escribir con la mano derecha cuando en realidad escriben mejor con la izquierda-a Peter se le formó una pequeña sonrisa- los que intentan aprender otros idiomas y los que intentan salir adelante aún después de haber sido golpeados por varias desgracias-hice una pausa y Peter soltó un suspiro- así que te admiro, porque intentas.. en vez de no arriesgar lo haces
Peter Lanzani se me quedó mirando intensamente a los ojo y llevé mi copa a mis labios, tomé un buen sorbo.

PETER

Me voló la cabeza su manera de hablar, su manera de ver la vida y parte de sus valores, Lali bebió de su copa e hice lo mismo.
-Gracias...-no supe exactamente que decirle- y... hay algo de cierto en lo que dijiste-hice una pausa- eso de seguir intentándolo aún después de haber sido golpeado por la vida...-me arrepentí de lo que dije en el preciso instante en el que su carita cambió-no
hace falta que indagues el porque dije lo que dije-me "atajé" de entrada.
-Puedo escucharte...-elevó sus cejas.
-Yo también puedo escucharte-la imité.
Lali dejó la copa de vino vacía en la mesita ratona del living.
-Así que te llamas Mariana...-la miré con curiosidad y ella asintió con la cabeza- ya me parecía que Lali no podía ser un nombre, ¡¿porque ocultarlo?! Si suena hermoso
Ella soltó una carcajada y me sonrió.
-Gracias por tu halago a mi nombre... y no lo sé, todo el mundo siempre me dijo Lali, creo que hasta yo misma olvidé el hecho de que me llamo Mariana-bromeó y nos reímos juntos- ¿vos sos sólo Juan Pedro?
-Sí... sólo Juan Pedro, y no tengo porque esconder otros nombres-elevé mis cejas siendo coqueto y ella negó con la cabeza-¡¿qué?!
-¡Estas haciéndolo de nuevo!-me señaló con uno de los dedos de su manos.
-¡¿El qué?!-me hice el tonto.
-Dejá-me sonrió nuevamente- y gracias por esta charla
Me encogí de hombros.
-¡Pero todavía no quiero terminar nuestra charla!-me quejé y terminé el vino de mi copa.
-Entonces vas a contarme el porque estuviste raro todos estos días...-de manera sigilosa acercó una de sus manos a la mía y la aparté-Peter-me llamó y levanté la mirada- ¿tiene que ver con lo de tu terapia?
La respiración se me aceleró y me reí irónicamente.
-Te estas metiendo en un terreno que no te conviene-la advertí- y ya te dije que por tu salud mental no te metas
-Mi salud mental está igual de sensible que la tuya en este momento-nos señaló a los dos- y sólo quiero escucharte...
-¿Estas lista para escuchar acerca de mi pasado?-salté a la defensiva- ¿de donde crees que proviene mi origen?
-De una semillita que fue regada-bromeó para intentar hacerme reír y negué con la cabeza, inmediatamente se volvió seria, entendió que había algo mal.
-Una infidelidad-solté esas palabras y se me puso la piel de gallina- fui el resultado de una jodita de una sola noche, a mi mamá le salí bastante "caro", pero más caro me salió a mi el perdonarme por no haber sido deseado... el perdonar al papá que ni se hizo conocer, porque fui uno de los mayores errores de su vida, lo leí en una carta-no pude evitar que se me caigan algunas lágrimas de los ojos y me quejé-¡odio llorar! ¡Lali mejor volvé a tu casa o andá a otro lado! No tengo ganas de que me veas debilucho, normalmente no soy esta persona-me señalé y la voz se me quebró.
Ella no me hizo caso, me abrazó, rodeo mi torso con sus brazos.
Descansó su carita sobre mi pecho y ese contacto me relajó, poco a poco mi respiración se calmó.
-No te creas que mi vida es perfecta...-me habló en voz baja al cabo de un rato- puedo intentar ponerme en tu lugar, pero nunca voy a poder sentir con la misma intensidad lo que vos sentís por tu pasado... pero puedo empatizar-agarró mi cara con sus manos para que la mire bien- y es entendible tu tristeza.. tus ganas de llorar..
-Pero ODIO llorar-me quejé nuevamente- los hombres no lloran
-Los hombres también lloran, no sólo las mujeres-Lali elevó sus cejas sin dejar de mirarme- yo también soy vulnerable.. y eso no es malo
Ella hizo una leve caricia en una de mis mejillas y apartó sus manos de mi cara, me quedé mirándola, sus pestañas largas... su nariz chiquita... y su boca...
Entonces lo hizo, rozó sus labios con los míos lentamente y se apartó.
-Mejor me voy... mañana.. arrancamos temprano
Se puso de pie y me puse de pie, la agarré del brazo deteniéndola.
-Podes dormir acá... y no, no pienso aprovecharme, además los dos tenemos la cabeza en distintas cosas-aclaré y ella dudó.
Terminó asintiendo.
-Bueno... Pero, ¿me dejas tu cama?-me puso a prueba.
Asentí y a ella se le formó una pequeña sonrisa.
-Puedo ser amable-me auto halagué y ella se rió- y para mañana tengo algunas prendas de ropa
-¡No gracias!-no me dejó terminar- tengo ropa para mañana en mi mochila, mi plan era dormir en lo de mis amigas
-Pero terminaste durmiendo conmigo-elevé mis cejas coqueteándole y ella se rió.
-No cómo vos quisieras, en tu casa, en tu cama pero sola-me dejó bien en claro eso y le sonreí, no protesté, accedí a cederle la cama.
La dejé cambiarse en el baño y cuando salió nos chocamos en el pasillo.
-Ups-le sonreí y ella empujó mi pecho suavemente con sus manos para apartarnos el uno del otro- ¡mala mía!
-Chau Peter-sonriente ella dejó un beso en mi mejilla y me dio la espalda, siguió su camino cómo si nada.

LALI

No me costó mucho dormirme, haber pasado momentos de estrés me cansó mentalmente, por suerte tuve una buena conversación antes de conciliar el sueño, Peter se abrió y me contó el motivo de su cambio repentino de humor.
Y no pude evitar el querer cuidarlo... cuidarlo de sus propios pensamientos.
Me sorprendí de mi misma, nunca fui de mostrarme vulnerable con una persona que conocí hace medianamente poco, y un "algo" me permitió conocerlo a Peter estando se sensible.
Al despertar al día siguiente suspiré y caminé hacia el baño, me lavé los dientes y aproveché a darme una ducha, salí de ahí adentro cambiada.
-¿Puedo usar mi baño?-Peter elevó sus cejas con una mini sonrisa pícara.
-Es tu baño-me reí y me aparté para que pase.
-Hay tostadas hechas en la cocina, y también hay café
Iba a decirle "gracias" pero me cerró la puerta del baño en la cara.

Miré la pantalla de mi celular mientras Peter manejaba para ir a trabajar, y vi varias llamadas perdidas de mi papá, me escribió para vernos.
Le agradecí a Peter por haberme traído y fui directamente hacia la oficina.
Toqué la puerta y escuché un "pase".
-Hola Enzo-miré firmemente a mi papá.
-¡¿A qué estas jugando Mariana?! ¡¿Te volviste loca?! Ayer no volví a verte... y no me atendiste, ¡y tus amigas no tenían idea de donde estabas! ¡Con tu mamá nos preocupamos!
-Enzo ya no soy una nena chiquita, además me lo dejaste bien en claro eso, me trataste cómo a una adulta... y no una cualquiera, cómo a una empleada
-¡Vos no sos mi empleada!-soltó un suspiro- vos sos mi hija
-Soy tu hija, pero para todos soy una simple empleada, así que mejor sigamos con esa farsa, estoy haciendo mi trabajo MUY bien-me puse firme- voy a demostrarte de lo que soy capaz, ¿o te olvidaste de mi buen desempeño en España?-elevé mis cejas molesta- así que voy a seguir acá, y vos a solucionar lo que sea que haga falta solucionar para que estemos en el top 10 de los mejores lugares para comer en la argentina
Mi papá todo serio asintió con la cabeza, supe que no le gustó nada lo que le dije porque se puso a mirar una pila de papeles ignorándome.
-Enzo-lo llamé por última vez y levantó su mirada- no pienso seguir quedándome en casa, voy a pasar mis cosas y pienso mudarme-él se quedó estático- ya es hora de que viva en mi propio lugar
-¿Pensas usar la tarjeta corporativa para pagar eso?-me desafió.
-No.. siempre fui una visionaria, y tengo mis propios ahorros-le sonreí- mejor me voy, tengo muchas cosas por hacer en la cocina
Me volteé para irme, y por suerte mi papá no me dijo nada más.
Me até el pelo, me puse un gorro y un delantal, me lavé las manos y lo vi a Peter revisando la mercadería que habían traído los proveedores, todavía no había llegado más gente, éramos solo nosotros.
-¿Está todo?-me acerqué y él asintió con la cabeza-¿te ayudo a lavar los vegetales?
-Sí.. si no tenes nada por hacer-me miró y le sonreí con una sonrisa chiquita-¿donde estabas?
-Nada... meditando un par de cosas, tengo pensado un plan de cambios en mi vida
-¡¿Pensas abandonar la cocina?!-saltó de golpe, me reí y negué con la cabeza.
-No pienso abandonarte Peter... ni a vos y ni a nadie de ese lugar.. siento que tengo mucho por aprender y obviamente voy a sacar provecho de eso-le sonreí con amabilidad.
-¿Y cuando aprendas todo vas a irte?-me acorraló con esa pregunta, me sentí rara, porque tarde o temprano iba a tener que dejar de trabajar en la cocina, e iba a tener que ir de jefa encubierta a otra sucursal, o a otro país.
-No...-mentí y me sentí mal, a él se le formó una pequeña sonrisa que se le ensancho.
-Entonces prestame atención en cada minuto que pases conmigo, vas a salir buena-me tuvo fe.
La actitud de Peter cambió completamente después de nuestra charla profunda, y eso me hizo sonreír, me tuvo paciencia y dejó de ser arrogante, es más, lo encontré interesante, realmente sabía mucho y para sorpresa mía le gustaba compartirlo.
-Nunca salí con una chica a la que le interese la cocina-soltó cómo si nada y pestañeé varias veces completamente descolocada- creo que se acostaban conmigo no sólo porque soy el mejor-volvió a demostrarme su ego- sino para husmear en mi heladera y ver que sobras tenía.. nunca no tengo comida hecha por mi en la heladera-me miró coqueto y eso me hizo sonreír- vos no husmeaste mi heladera
-¿Se supone que tengo que hacerlo?-me reí fuerte y se rió conmigo- y no estamos saliendo-le di una palmadita en el hombro- que haya ido dos veces a tu casa y me haya quedado a dormir una no significa que soy tu chica de turno
-No sos mi chica de turno, sos mi colega-agregó y me besó una mejilla- pero me gusta besarte, que lástima que no quiera compartir mi cama conmigo
-¡Peter!-le di una palmadita en el culo cuando intentó levantarme del suelo.
Por suerte me dio bola y me soltó, nuestros primeros colegas llegaron y hice cómo si nada hubiese pasado.
Fui hacia mi isla y lavé varias verduras y frutas para utilizar a lo largo del día.

Distintos (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora