Capítulo 4

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Me puse corrector de ojeras porque dormí poco, me quedé haciendo anotaciones de observaciones antes de olvidármelas, y cuando me di cuenta eran las tres de la mañana y tenía que estar en el restaurante a las seis.
Entré a la cocina con el pelo recogido y me puse el gorro de cocina, saludé a cada persona que me cruzaba.
-Hola-me saludó Juan Pedro, se paró al lado mío mientras me lavaba las manos- ¿me parece o estas maquillada? No creí que eras esa clase de chica..
-¿Porqué crees que estoy maquillada?-me reí- ¿vos también te maquillas?
-Así que estas maquillada-elevó sus cejas y me sonrió haciéndose el lindo- no.. solo sé reconocer si alguien tiene maquillaje porque salgo mucho, y no entiendo la obsesión que tienen las mujeres con el maquillaje... tu piel es lisa, no necesitas nada
¿Acaso ese comentario fue un halago? Me reí.
Agarré un repasador para secarme las manos y lo miré a los ojos.
-Gracias, ¿te paso el número de mi dermatóloga?-lo jodí porque me gustó que hoy no este siendo un ser humano molesto, hoy estaba mejor predispuesto, no me retaba y disfrutaba de mi manera de boludearlo- sólo tengo corrector de ojeras
-Así que sí ocultas algo... desde que llegaste estoy intentando descifrar que era lo distinto-me sonrió y suspiró- bueno, seguimos conversando más tarde.. o a la noche, podemos hacer algo
-Todo va a estar cerrado, y tengo vida social Peter, tengo amigos, tengo mucha gente con la cual compartir mi tiempo, bastante que te di un tiempito ayer-elevé mis cejas divertida- nuestro tiempo es este, el del momento de laburar, hoy no puedo
-Ok... esta bien-me lanzó una última mirada y se volvió serio, después me dio la espalda.
-¿Vos decís que realmente le pego en el ego el hecho de que le rechace su oferta?-le hablé a Gastón mientras tomaba un vaso de agua.
-No... no creo.. seguro de alguna manera u otra se sale con la suya-me advirtió y me reí-¿qué?
-Decí que tengo una paciencia casi infinita, creo que voy a poder con él, va a entender que conmigo no se jode, dentro del ámbito laboral no se jode, y voy a decirle que sé que todo el mundo no tiene mi misma paciencia, que no se haga el vivo-me atoré con el agua porque lo vi a Peter venir desde enfrente.
-¡Cómo les gusta hablar de mi!-Peter nos miró con diversión y después lo miró con seriedad a Gastón- a lo tuyo-le dio una orden-y vos-me habló a mi- y yo cuando terminemos con el día vamos a tener una charla seria
Me quedé congelada porque él se volvió serio también conmigo, Peter pasó de un humor a otro, ¿podría ser un poquito bipolar?

Salí del restaurante toda cambiada con mi misma ropa que al llegar por la mañana, en la puerta debajo de un techo Peter Lanzani estaba esperándome, de fondo se veía caer de manera furiosa a la lluvia, ¿cuando arrancó a llover?
Peter me pasó un cigarrillo y me lo quedé yo, me evaluó con la mirada, lo apagué en un cenicero y lo tiré al tacho.
-Hoy no viniste con tu auto-me dijo su primera observación- te llevo
-Ok-no me resigné porque era eso o pedir un taxi o un auto con una app.
-¿Tan mal tipo crees que soy?-soltó su primera pregunta cuando ambos subimos a su auto apresurados para no mojarnos.
-Se dicen cosas... sos famosísimo en todo el restaurante-encendí la luz que estaba dentro del auto para verlo mejor- pero no famoso por tu excelencia cómo chef... sos bueno cocinando, eso nadie lo puede negar, pero tu fama de espantar personal y generar conflictos dentro de la cocina opaca todo lo bueno-le hablé con firmeza- yo siento que en la vida hay que dar segundas oportunidades
Peter se rió con ironía.
-Llegaste esta semana y te crees la jefa, a ver.. si fueras la jefa del restaurante, ¿me despedirías?-elevó sus cejas desafiándome- yo si fuera jefe sí te despediría, estas juzgándome solo por lo que se dice... ¿acaso te hice algo?
-No... no me hiciste nada, solo te hiciste el lindo-me reí con sarcasmo- y justamente creo en las segundas oportunidades, y si fuera una jefa de un restaurante te daría una segunda oportunidad... porque tenes potencial, pero tu problema es que pensas con lo de abajo-me atreví a señalar sus jeans y se rió, ¿le pareció gracioso mi manera de ser sutil?
-¡¿Y?! ¡¿Nunca te relajas?! ¡¿Hace cuanto no estas con alguien?!-de un momento a otro pasamos de hablar de él a hablar de mi.
-Te sentís atacado-se lo hice ver- sabes que es verdad... y sólo quiero que haya paz entre nosotros, que reine la paz en la cocina, nada de inconvenientes, sólo somos empleados de una cadena de restaurantes soñado... y la buena convivencia es gran parte del éxito
-Hablas cómo si supieras del tema... ¿estudiaste algo que tiene que ver con los negocios y te bocharon? Ya que terminaste supuestamente estudiando gastronomía, porque claramente ahora estas trabajando en la cocina, no en una oficina manejando más de un restaurante
Y el hijo de puta sin saberlo adivinó un par de cosas, estudié administración de empresas, me recibí pero nunca terminó de ser lo mío, mi verdadera pasión es la cocina, y estudiar gastronomía lo vengo posponiendo.
-Algo de eso-admití la verdad a medias- estudié un poco de administración de empresas, después dejé
-¿Y decidiste ser chef?-me miró interesado.
-Estas sacando el foco de la conversación de donde lo puse yo-me reí, esta vez porque la situación me dio gracia, ¡y me llama manipuladora a mi! ¡Él es un manipulador, dio vuelta toda la conversación!
-Me interesa conocerte, porque tenes sentido del humor y no recuerdo la última vez que hablé con una mujer con sentido del humor-¿me halagó otra vez?-y no.. mis palabras ahora mismo son sinceras, no lo hago para que sola quieras que te lleve a mi cama-tenía que cagarla.
-Sos un estúpido-apagué la luz- pone en marcha el auto
-¡¿Me salí con la mía sin planearlo?!-celebró-¡vamos!-aceleró el motor y me reí.
-Estas mal de la cabeza, vamos... vamos a , ¿me llevas a lo de una amiga?-no podía decir a mi casa- y me dejas a mi, a mi sola... vos no venís, vos y yo no vamos a hacer nada
-Me había ilusionado, y me parecía raro el que me hayas dicho que sí de un momento a otro, no va con tu personalidad-sonrió para si mismo sin dejar de apartar su mirada del frente, por lo menos sabía manejar bien.
-¿Y cual es mi personalidad?-me dio curiosidad escuchar su respuesta.
-Sos una persona correcta.. auto exigente... te gusta todo prolijo, llegas a cortar una verdura un centímetro más chico y te la comés porque no soportas que se vea mal, y necesitas que desaparezca de tu vista -me sorprendí porque realmente me había estado observando- y me siento identificado en eso, también busco la perfección-paró el auto en el semáforo-¿a donde te llevo? ¿Me pones la dirección en el GPS?
-Claro-asentí con la cabeza y puse una dirección- ¿terminaste con tus palabras para definir mi personalidad?
Peter volvió a poner su auto en marcha.
-Sos buena madera, generosa con tus compañeros en la cocina... los ayudas y ellos te ayudan
-¿Todo eso lo observaste en una semana?-seguí sorprendida y se rió.
-Cuando pongo los ojos en algo estoy en todos los detalles..-apartó el auto en el cordón de la vereda al llegar a la dirección que le di- ahora me debes un favor, te traje
-No pienso deberte ningún favor..-saqué mi billetera de mi mochila y le di un fajo de plata-gracias-abrí la puerta para bajar.
-Es la mitad del sueldo que todavía no cobraste-Peter se preocupó y bajó del auto, me lo devolvió, lo puso dentro se mi mochila, mientras las gotas de la lluvia caían de manera más fuerte- me mata que te estes resistiendo a caer en mis encantos
-Soy una persona coherente Peter, y no mezclo las cosas-negué con la cabeza- voy a.. voy a tocar el timbre
Me alejé para tocar el timbre de la casa de mi amiga Candela, puse su dirección en el GPS de Peter sin haberle avisado nada, toqué el timbre y nada.
-¿No te estaban esperando?-Peter se burló de mi, se acercó y lo miré mal.
-Vamos a... llueve mucho...-caminé debajo de la lluvia y a las corridas para meterme en su auto- hay que esperar a que pare y seguro mi amiga viene-intenté consolarme porque todo estaba saliéndome mal.
Quise abrir el auto pero estaba trabado, Peter lo destrabó y ambos nos subimos, él estiró uno de sus brazos hacia el asiento de atrás y me dio un buzo.
-Para que no tengas frío-me miró de reojo-no desconfíes, no pienso mirarte, me doy vuelta-se dio vuelta y aproveché, me saqué la remera y me puse el buzo- me hago el picante porque la mayoría de las veces me sale bien, pero no me aprovecho de la gente... si me dicen no es un no-me miró a los ojos y esbozó una pequeña sonrisa, una.. ¿tímida?- sé respetar aunque no lo creas... solo me tiro el lance, y normalmente siempre me sale bien, el deseo es compartido, pero si no queres relacionarte conmigo de ese modo lo respeto Lali-asintió con la cabeza, me quedé boquiabierta- no me mires así que te ves linda
Peter me decía una cosa pero sus gestos otras, me miraba la boca, así cómo yo le miraba la boca, porque era una muy linda boca.
-No intentes impresionarme cómo un pavo real-elevé mis cejas y me reí jodiéndolo- y gracias por el buzo-miré por la ventana de su auto, poco a poco l lluvia iba dejando de ser tan intensa.
-Hagamos algo porque no puedo más-soltó de la nada y abrió la puerta de su auto- y no de la manera convencional en la que yo normalmente lo haría
Desconcertada lo miré y no sé porqué le hice caso, bajé del auto y me tomó de la mano, me atrajo a su cuerpo.
-Desde que... quiero..-no dejó de tartamudear y me reí-¡no te burles! ¡Estoy intentando no ser primitivo y hacer las cosas "bien"!-cambió completamente de actitud, se enojó pero no conmigo, consigo mismo-te respeto-repitió lo mismo que antes- ¡¿podes darme el beso que me debes?!
Y la lluvia se volvió nuevamente intensa, acercó su cara a la mía y me quedé quieta, pensativa... no... no podía aflojar en tan solo una semana, pero una escena así no se repetiría otra vez en la vida.
-Sólo porque siempre quise algo así debajo de la lluvia, entonces
Me besó, Peter me besó mientras agarraba mi cara con sus manos, fue un beso hot y ansioso.
-Sí que la espera valió la pena-Peter celebró sonriente.
-¡¿Le decís espera a una semana?!-me reí y después me reí del nerviosismo al darme cuenta de lo que había dejado en evidencia: terminé siendo cómo las demás, una "rapidita"- pero NUNCA más-se lo advertí- sólo soy una chica crecida con historias de Jane Austen y fan de The notebook, ese es mi justificativo a lo que pasó-le di una palmadita en el hombro y me aparté de su cuerpo- mejor, mejor me pasa a buscar un taxi-cambié rápidamente de tema.
Peter intentó persuadirme para que no pida un taxi y para llevarme a mi casa él, pero lo último que me faltaba es que descubra que mi papá es el dueño de la cadena de restaurantes.
Entonces Peter se quedó esperando a que llegue mi taxi, y huí de la escena del crimen.
Al llegar a mi casa me saqué los zapatos en la entrada y subí las escaleras hasta mi habitación, me saqué la ropa y la puse en un canasto.
Entré en la ducha y mi cuerpo entró en calor.
Una vez lista para dormir vi varias llanadas de teléfono perdidas.
-¿Sí?-atendí.
-Quería saber si llegaste bien-Peter suspiró.
-Llegué bien... ¿y de donde sacaste mi número?
-Soy el jefe de cocina, tengo que tener el número de todos-me respondió lo obvio- y dormí bien, mañana es un día arduo
-Lo mismo digo, descansá-corté la llamada.
Cerré mis ojos y me costó conciliar el sueño, ¿porque me dejé cometer una estupidez?

Distintos (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora