Capítulo 7

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PETER

-Juan Pedro-me llamó Lali al agarrar mi bolso para irme del restaurante- ¿podemos hablar?
-Quiero irme a dormir, estoy cansado-evadí su mirada y ella no me dejó irme así cómo así, me detuvo agarrándome del brazo-¡¿qué?!
-Algo te pasa... algo muy profundo te pasa..-me miró firmemente a los ojos, ¿preocupada?- hoy escuché una conversación a medias.. y todo el día actuaste raro-elevó sus cejas.
-¡¿Acaso queres saber más de la vida privada del playboy mala fama que trabaja en una cadena de restaurantes?!-me reí con ironía- eso NO va a pasar
Me mostré firme, me solté del agarre de Lali.
-Peter sé que tal vez no es horario para hablar de esto, que seguramente estas cansado, y yo también estoy cansada, ¿podes no gritar?-me miró con carita linda y suspiré- no lo merezco..
-No lo mereces, y por tu salud mental y la mía hablemos mañana, al final me pedí franco
Lali se quedó desconcertada.
-¿Vos? ¿Pedirte un franco?-se extrañó.
-Soy una persona que normalmente no sabe parar, y lo arreglé con Ruperta, VOS vas a estar a cargo, así sabes lo que ea sudar por intentar hallar la perfección en cada plato.. de a partir de esta nueva experiencia nunca más me vas a criticar y ningunear-salté odiado.
-¡¿Qué yo qué?!-se puso pálida-¡y nunca te ninguneé! Jodí, pero sos un gran chef..
Iba a seguir diciéndome cosas y puse mi mano sobre su bocota.
-Suerte, o rompete una pierna-¿soné buena onda?
La boca de Lali se quedó entreabierta, y por suerte dejó de hablarme, seguramente la traté mal... ¿pero cómo iba a poder tratarla bien si mi cabeza era un infierno?
Manejé en mi auto y al llegar a mi casa me desplomé en la cama.

Timbre, sonó el timbre y semi desnudo abrí la puerta que daba al exterior.
-Mamá-me sorprendí y corrí para ponerme una remera- ¿qué haces acá?
-Ayer me llamaste.. bueno por la madrugada-se le frunció el ceño- y me hiciste un planteo.. borracho.. tomaste, me lo dijiste y se notó en todo lo que duraron tus palabras-sus ojos se llenaron de lágrimas- me dijiste cosas horribles... que gran parte de tu falta de sentimientos es mi culpa, porque yo fui infiel y tu papá se borró... nunca supiste bien quién era tu papá y que con toda la razón del mundo nunca vas a ser capaz de amar-la respiración de mi mamá se aceleró- y siempre ocultaste todo esto... nunca me lo dijiste de manera directa, sabía que cómo madre te había desilusionado... pero tampoco tanto
Y se me partió el alma al verla llorar por mi culpa, ¡¿cuantas estúpidas cosas más hice por la madrugada?!
-No sos.. no sos tan mala madre-intenté animarla.
¿Sensibilidad? Esa materia claramente me la llevé a Marzo todos los días de mi vida, sobretodo con la gente que quiero,  aunque esa gente es muy poca, tal vez ni me quieren.
-Voy a... voy a tener una charla con vos en otro momento-le prometí- no quiero verte mal por mi culpa
-Sé que tengo algo de culpa... no hace falta que seas amable-mi mamá se acercó y dudó en abrazarme, lo terminé haciendo yo-no te merezco
La saludé con la mano después de que ella abandone mi casa.
Miré a mi alrededor y cada rincón de mi casa heredada estaba decorado con colores cálidos y cosas hogareñas, tal vez mi inconsciente consciente me llevó a hacer del lugar en el que vivo el lugar con el que siempre soñé de chico, un lugar que tiene la vibra de familiar, un lugar en el que podría vivir una familia feliz.
Volví a mi habitación y me metí en la cama.

LALI

Peter realmente me dejó a cargo de la cocina y entré en pánico, si tan solo mis papás se enteraran de esto me culparían a mi, todo estaba "bien" hasta que yo llegué, sin mi llegada el chef estrella Peter Lanzani seguramente estaría ahora mismo en mi puesto, SU puesto.
Tartamudeé, me mandé cagadas y transpire mal.
Entré en una crisis de llanto, y traté de calmarme.
Los integrantes de la cocina me ayudaron, porque el gorro de chef, el de la estrellita dorada bordada me quedó grande, no solo de tamaño, sino cómo cocinera que tiene que liderar.
Agotada pude respirar tranquila al salir del restaurante, terminó mi jornada laboral y me fumé un cigarrillo antes de irme a mi casa en mi auto.
-Lali-Peter Lanzani me llamó y levanté mi mirada- perdón
-¿Porqué?-tenía mil motivos para pedirme perdón, pero me interesaba saber porqué me lo estaba pidiendo.
-Por haberte dejado sola en la cocina así de un día al otro, no fue responsable de mi parte, además sos la nueva..-suspiró, todo nervioso se acercó- y por haberte hablado... mal.. y... traje postre-me dio una caja blanca- hice una torta de chocolate que es una bombap
-No podes comprar mi perdón con comida, por mucho que ame la comida..-quise hacerle ver que no puede andar por la vida con malos tratos- igual, esta vez te perdono.. y sobretodo porque te noto mal, no nos conocemos mucho, pero es cuestión de mirarte a los ojos y...
Hice una pausa.
-¿Y?-quiso saber.
-Hablan-fui sincera- tus actitudes hablan... algo tuvo que pasar para que el Peter Lanzani que se me presentó el primer día dé un cambio abismal pero para mal
-¿Vas a seguir atacándome?-saltó nuevamente a la defensiva y negué con la cabeza-¡¿qué queres de mi?!
-Quiero que vuelva el chef a la cocina... fue jodido dar órdenes... y que todo salga bien... y que vuelvas a joderme con tus joditas desubicadas si es necesario, pero que recobres esa picardía-esbocé una pequeña sonrisa, la seriedad de la cara de Peter se borró por unos segundos y se rió- te doy rienda suelta para que me digas obscenidades, o lo que se te cante, ¡pero volvé a reírte chabón!-lo codeé y la sonrisa chiquita le creció- ¡así! ¡Sos un lindo pibe Peter! ¡Sonreí que te queda lindo!
Él sonrió ampliamente y me hizo caras graciosas, también le sonreí.
-Así que soy lindo..-justo se aferró a eso, quise morirme- lindo pibe, vos también sos una linda piba-me halagó y solté una carcajada.
-Mejor... prefiero escucharte así-le besé la mejilla y giré para irme- gracias por el postre
-Era para compartir..-Peter me cortó el paso- no vine en auto, ¿me alcanzas a mi casa? Y podemos comer la torta.. después te podes ir
-¿Estas invitándome?-elevé mis cejas y asintió con la cabeza- bueno, es un paso que tengo que dar para nuestra tregua, vení Peter, te llevo
Siguió mis pasos y subimos a mi auto, puse en marcha el motor y Peter llevó durante todo el viaje la torta en sus piernas.
-Hogar dulce hogar-Peter abrió la puerta de su casa y me sorprendí porque estaba todo distinto a la primera vez que la vi, estaba revuelta, cómo si una persona nerviosa hubiese arrasado, algunas cosas en el suelo- no pasó ningún terremoto, aunque no lo creas ordené bastante
-Peter, no me debes explicaciones.. pero si necesitas hablar o contarle a una persona cosas acá estoy-me señalé y él se quedó mirando mi mano, después levanto su mirada y la dejó clavada en la mía- podemos ser.. confidentes
-Podemos ser confidentes... pero tengo otro plan mucho mejor para los dos-agarró mi cara entre sus manos y buscó mi boca con la suya, esta vez sí me tomó por sorpresa, me besó y lo besé, la temperatura corporal se elevó y mis mejillas terminaron rosas, Peter se rió.
-Sigo teniendo mi encanto.. te traigo muerta Lali-se burló de mi y le hice fuck you- vos me diste rienda suelta para poder decirte las cosas que se me cantan
-Te di la mano y terminaste agarrándome del codo-dramatice y eso le sacó una sonrisita chiquita y linda.
-¿Podes dejar de hablar tanto y enfocarte en nosotros? Y el ahora..-me miró con firmeza.
-No hay un nosotros, pero si hay un ahora-lo corregí.
Se rió y rodeó mi cintura con sus brazos, me miró la boca.
-Tengo que admitir que me muero por olvidar mis mambos pasándolo genial con vos en mi cama, pero no quiero eso para nosotros..-sus palabras me sorprendieron- no te ilusiones, no quiero enamorarme ni vas a enamorarte.. pero hoy... quiero remediar lo mal que seguramente te hice sentir
-¿Entonces estás siendo bueno no intentando llevarme a tu cama?-elevé mis cejas.
-Ya te robé un beso, esta vez ya me doy por realizado solo con eso-hizo una caricia delicada en una de mis mejillas- y te estoy respetando, lo cual en mi universo es mucho..
Elevé mis cejas sin esconder la sorpresa que me causaron sus palabras y algo nerviosa me reí.
-Definitivamente algo te pasa..-cambié de tema, Peter elevó sus cejas-¡no vas a llevarme a la cama! ¡Ni hoy ni nunca!-lo jodí y él me sonrió-¡no me mires así tarado!
-¡¿Qué pasó Lalita?! ¡¿Te dieron ganas de saltarme encima?!-siguió molestándome y de manera infantil le saqué la lengua.
El estúpido se acercó y acarició mi lengua con la suya, de manera fugaz, entonces me quedé estática, Peter si sabía cómo volver loca a una mujer:
-No vas a lograrlo-intenté mostrarme firme-nunca-se lo susurré cerquita de su cara.
-Hoy no Lali, pero otro día sí...-se agrandó- y vamos a comer el postre, mañana te quiero temprano a la mañana... y no falta mucho para que se haga de día-me lo recordó-¿o tenes pensando dormir acá? Tengo ropa de mujer, de mujeres que se olvidan prendas
Solté una carcajada.
-No pienso lucir ropa de mujeres ajenas-mordí mis labios- y comamos el postre, así me voy y dormis tranquilo en tu camita
Peter se rió y me hizo caso, comimos la torta de chocolate mientras mirábamos en la tele el programa ese en el que te ponen letras y tenes que averiguar que palabra forma.
-¿Algunas vez llamaste para decir la respuesta?-lo miré de reojo.
-Sí... porque creí que la mina iba a atenderme ella.. pero al parecer te atiende una contestadora que te boludea para que le digas veinte veces la respuesta y pierdas plata
Solté una carcajada.
-Te salió mal-lo miré burlona.
-No siempre pierdo-me sonrió y su repentina cercanía me puso nerviosa.
-¡OK!-me puse de pie- gracias por el postre, nos vemos en unas horitas-le iba a dar un beso en la mejilla pero el tonto giró, hizo un giro intencionado para que mi beso termine en sus labios-CHAU-le di la espalda y caminé hacia la puerta, me la abrió y salí disparada, entré a mi auto y no pude evitar sonreír, era un tarado lindo.

Distintos (Laliter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora