CAPÍTULO 25: Trauma

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Esa mañana húmeda de abril, Luca había enviado un mensaje corto a su novia.

"Tu padre quiere conocerlas hoy, ¿quieres que pase por ti?"

—¿Falta mucho? —Alma miraba por la ventanilla del lujoso vehículo que había ido a recogerla por su casa junto a Sofía.

Los nervios la carcomían, Luca y Mateo le habían hablado a su padre de ellas, ¿qué clase de hombre sería? ¿Acaso querría recuperar el tiempo perdido? Sería difícil, pero no imposible, sin embargo algo le preocupaba más. Luca no le hablaba durante el largo trayecto por los campos a las afueras de la ciudad de Marimé. Se limitaba a sostenerla de la mano y desviar su mirada cada vez que quería besarlo.

Algo estaba mal, y tras pasar la una verde colina y avistar un avión aterrizado frente a una casa en medio de la nada, Alma y Sofía terminaron de confirmarlo.

Ambas sintieron un ligero pinchazo en su brazo y cayeron en un profundo sueño. No habría explicaciones, no podría haberlas cuando debían subirse a un avión y partir a la sede de la DII, muy lejos de su hogar para ser usadas de conejillos de indias de la Orden de Salomón.



Aún dormidas, Alma y Sofía fueron sometidas a exámenes, estudios, muestras de sangre, de piel, radiografías, y más. Cuando las hermanas terminaron de ser inspeccionadas de pies a cabeza, cada una fue encerrada en una habitación hospitalaria que contenía una cama y un retrete, nada más.

Los resultados obtenidos eran presentados al comité de la Orden de Salomón.

—Los estudios de Alma muestran una buena salud, es perfecta para pasar a la fase de pruebas —señaló Bianca al equipo de médicos—, sin embargo, varios estudios de Sofía han evidenciado posibles problemas congénitos que podrían complicar la prueba, estamos hablando de un alto riesgo de muerte por un paro cardiorespiratorio. Lo mejor sería no desperdiciar recursos en ella.

—De ninguna manera —dijo Leonardo—. Las dos están aquí, las dos saldrán de aquí luego de que usemos el Disociador M. Nadie ajeno a la Orden de Salomón puede abandonar estas instalaciones sabiendo lo que aquí sucede. Estamos corriendo un riesgo muy grande.

—¡Estás lo...! —Luca intentó decir algo, pero Mateo lo detuvo de un tirón en el brazo. Leonardo fingió no escucharlo.

—Haz silencio si no quieres echarlo a perder —farfulló Mateo en su oído.

—Es lo más sensato —expresó Marie Dolfin, quien había viajado hacia las instalaciones para presenciar el proyecto.

Mientras tanto, en un gran monitor se podían ver a al menos veinte miembros de la Orden para organizar un hito histórico. Serían las primeras pruebas para usar el Disociador M en humanos a fin de convertirlos en Grises.

Bianca carraspeó su voz, a pesar de su corta edad le había tocado dirigir gran parte del proyecto. En parte, gracias a la confianza que le depositaba su tío, y otra se lo debía a su gran intelecto y proactividad.

—Hay que hablar sobre el "trauma" que se les inducirá —Bianca tomó tanto aire como pudo antes de escuchar lo que ya se imaginaba.

—Hay que borrar todo —Leonardo se adelantó a cualquier discusión—. Si esto no funciona, si el Disociador M fracasa en convertirlas en Grises, ellas deben volver a su casa sin saber nada de esto. Hasta que no tengamos la fórmula, debemos continuar con la cautela necesaria. Estamos muy cerca de conseguirlo y no podemos correr ningún riesgo. Y quiero que eso incluya el borrado de todo lo que tenga que ver con Mateo y Luca, nada de lo que sucedió este tiempo debe quedar en sus cabezas.

—¡Eso es una locura! —exclamó Luca—. ¡Dijeron que los traumas serán mínimos, todo lo que hemos vivido han sido sucedido durante dos meses enteros!

SOCIEDAD CENTINELA |PARTE III |APOCALIPSIS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora