nineteen

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Todo el día me la pasé pensando en el beso. No porque fuera la primera vez que sucediera –bueno, era básicamente la vez que si lo había disfrutado–, era más por el hecho de que había sido con él. Un sentimiento de culpa, o quizás de arrepentimiento se había apropiado de mí y todo eso había sido desde el momento que el había dicho que lo sentía. ¿Lo decía por el contrato? ¿Porque no le había gustado? ¿Por qué?

Y tal vez por esa misma razón había decidido salir de casa e intentar despejar mi mente haciendo múltiples cosas. Las cuales involucraban a mis ahorros, y al mismo tiempo mi propia zona de comfort. Tiré las bolsas de las tiendas sobre mi cama, y tal vez arrepintiéndome acerca de cómo había elegido ropas acorde con mi tipo de cuerpo, y descubriendo mi propio estilo. O cómo la agradable chica que me ayudaba, decidía qué iba a comprar o no.

Estaba casi lista, o al menos eso creía luego de intentar maquillarme por casi una hora y rindiéndome al ver que el delineado nunca me saldría. Ya estaba vestida, utilizaba tacones nuevos -el cuál agradezco los 6 años de tortura que duré en ballet para no sentirme incómoda en ellos-. Y había peinado mi pelo de una manera que no se sentía tan fresco el corte.

Estuve mirándome en el espejo por unos minutos, alisando la tela del vestido sobre mis piernas mientras sonreía. Era un sentimiento nuevo, me sentía segura, y hermosa.

—Te ves hermosa. —Chanyeol repitió, mientras se recostaba del marco de la puerta del baño. Lo miré sin decir mucho, observando cómo el lucía un traje en combinación de blanco y negro, su pelo recogido hacía atrás y aquella sonría que mostraba cada vez que algo salía cómo el quería—. ¿Estás lista? —Preguntó, yo simplemente asentí mientras caminaba hacía mi habitación por mi bolso, pero antes de poder tomarlo, la mano de Chanyeol tomó mi muñeca deteniéndome—. Olvidé entregarte algo.

—¿Qué? —Pregunté, frunciendo el ceño. Chanyeol tomó unos segundos buscando algo en su bolsillo, y rodeándome para estar detrás de mí. Chanyeol movió sus manos por mi cuello, para luego sentir cómo algo caía de este. Toqué este con mis manos, era un collar que parecía ser de perlas.

—Ahora si estás lista. —Murmuró en mi oído, lo cuál hizo voltearme y mirarle directamente a los ojos. ¿Debería preguntarle?. ¿Qué cosa?

—¿Nos vamos ya? —Pregunté, moviéndome en la habitación tomando mi bolso y asegurándome que todas mis necesidades estuvieran ahí.

Podía decir que había una clara tensión entre ambos, era innegable. Y ambos simplemente ignorábamos cómo esto podía afectarnos. Chanyeol asintió y simplemente esperó por mi para caminar a la puerta. Me detuve viendo cómo el sostenía el manubrio pero aún no abría la puerta.

—¿Lista? —Preguntó, esta vez sonriendo cómo si se tratara de un chiste. Asentí y respiré profundo, y por alguna razón me sentía nerviosa—. Damas primero. —Dijo, abriendo la puerta para dejarme pasar.

Un poco irritada caminé a través de esta, pensando que se trataba de una broma, pero me detuve al darme cuenta que este ya no era mi pasillo y mucho menos mi casa. Me di la vuelta, Chanyeol justo cerraba la puerta y abotonaba la chaqueta de su traje. Detrás de él, la puerta era color negro. Estábamos en una habitación, que podía ser fácilmente mi casa. Muebles detallados en madera, uno que otro mueble cubierto en terciopelo, sábanas de seda, lámparas y detalles de oro en todo mi alrededor.

—¿Dónde es esto? —Pregunté, aún sabiendo la respuesta.

—Ya sabes dónde. —Chanyeol dijo mientras caminaba alrededor de la habitación—. Lamento que fuera mi habitación, no suelo traer chicas aquí arriba, pero quería hablarte de algunas cosas antes de presentarte a todos.

mirror ー p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora