mirror ー p. chanyeol

sixteen

30 días

Desperté con un fuerte dolor de cabeza, al inicio estaba confundida de que estaba sintiendo al momento era una migraña o una resaca, pero entonces todos los recuerdos llegaron uno a uno, después todos al mismo tiempo. Y las náuseas volvieron a mi. Recordando lentamente lo que me había pasado. Lo que había hecho. Lo que había dicho.

Me levanté corriendo y fui al baño directamente, levantando la tapa y empezando a vomitar hasta más no poder. Me senté junto a la tapa, mientras miraba todo a mi alrededor. Mi habitación era la misma, yo seguía igual, sólo que ahora estaba durmiendo en solo ropa interior.

Me levanté del suelo, lavando así mi cara y mis dientes. Enjuagándome la boca una y otra vez. No tenía ganas de hacer nada, solo quería dormir toda la tarde.

Volviendo a tumbarme en el colchón, pude notar algo sobre mi mesa de noche. La hoja blanca que parecía ser nada más y nada menos que el contrato.

Me giré sobre la cama, y alcancé este. Al hacerlo, pude notar las dos cosas más obvias. Estaba firmado por mi y lo había sellado. Mire mi mano, donde dos de mis dedos estaban protegidos por unas benditas con diseños de caricaturas. Las removí y había una fina herida abierta que seguía una línea recta. Era muy delicada.

Lo mas importante aquí: He firmado el contrato.

—Lo hiciste. —La voz de Chanyeol se escucho al entrar la puerta con una bandeja de desayuno. Me senté en la cama confundida.

—Esto... —Pregunté refiriéndome al contrato.

—Tú lo firmaste. Insististe tanto en hacerlo. —Me informó—. Te dije que no lo hicieras, justo en el momento, te cortaste y la sangre llego al papel.

—Oh... —Dije comprendiendo y recordando lo que había sucedido. Otra vez quería actuar como la heroica de la historia.

—Tenemos un mes, empezando por hoy. —Dijo el mientras daba un suspiro—. Come esto. Te ayudará con la resaca.

Mire la bandeja. Era un desayuno simple, pero por la apariencia se veía balanceado.

—Usa la ropa que te deje en el baño. Esperaré afuera. —Dijo para darme una última mirada y salir de la habitación. Sentí que el aire era muy tenso. Comí algunas gachas, aun sintiéndome nauseabunda, y caminé al baño.

Sobre la tapa del toilette estaba un set deportivo junto a unas zapatillas nuevas. Apreté los labios sin mirarla con atención, mientras entraba a la ducha y dejaba que el agua fría se llevara mis pensamientos. Sobretodo como Baekhyun me rechazaba justo después de haberme confesado.

—Soy una idiota. —Me regañé a mi misma dando una fuerte respiración.

Al salir de la ducha, me vestí y coloque las zapatillas deportivas que combinaban con el conjunto. Hice una cola alta, y estaba lista. Caminé a la sala, algo desentendida sobre lo que iba a suceder desde ahora. Chanyeol estaba sentado en el sillón usando su teléfono celular –que nunca había visto con uno– con tranquilidad. Aclaré mi garganta, llamando su atención y el me miró.

—Bien, vámonos. —Dijo, poniéndose de pie mientras tomaba dos botellas de agua—. Tenemos un largo día. —Dijo mientras se paraba y se dirigía a la puerta.

—¿A donde vamos? —Dije siguiéndolo, ya teniendo una idea. El me miró dando una sonrisa ladeada.

—A correr.

—¿Qué?

—Nos vamos a correr. —Dijo el asintiendo—. ¿En qué día exactamente llega Byunhyun?