forty four

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1ro de julio, 2013

—Le caíste bien a mis padres. —Comentaba Chanyeol, tosí mientras dejaba que el vino bajara por mi garganta. Hice una leve mueca.

—Bueno, no sé si creerte. —Le respondí mientras le miraba de reojo.

—Tienes que confiar en mí, Sora. —Chanyeol se rió—. Hice todo en mi alcance para que sea así. Hasta le compre el vestido a mi hermana bajo tu nombre para que lo creyera.

—¿Este vestido? —Pregunté, mientras tocaba la falda de este. Chanyeol asintió mientras tomaba de su whiskey, no dije nada al respecto y simplemente mire a mi alrededor. Era más que obvio que no iba a encajar aquí, no usando lo que siempre usaba, o lo que más me costara—, ¿Puedo preguntarte cuánto costó?

—No. —Chanyeol respondió con una sonrisa tranquila—. Conociéndote me vas a querer matar y seguro llorarás diciendo que no mereces eso.

No dije nada al respecto. Las cosas entre Chanyeol y yo luego de nuestro momento se habían vuelto un poco complicadas. Aunque hayamos hablado sobre lo que pasó, y que sería de nosotros era algo que estaba bajo control. O eso queríamos creer ambos.

Continuamos hablando como si nada, ignorando que hace un par de meses lo arruine todo por una idiotez. Chanyeol era simplemente demasiado bueno para ignorar todo eso. Chanyeol seguía con su vida normal, me escribía y salíamos a comer, y mientras eso me contaba sobre su relación, lo cuál se encontraba casi igual de caótica como era mi situación con Baekhyun. Que por los momentos eran un poco agitadas debido a que él no sabía como continuar como si nada.

—Tus hermanas son lindas. —Le conté mientras caminábamos por el jardín, un poco alejados de la fiesta.

La casa de los padres de Chanyeol –como era de esperarse– era la casa más grande que he visto en mi vida. Con jardines extensos, e incluso un pequeño lago.

—Son insoportables. —Chanyeol respondió—. Raro que no te han hecho sentir incomoda.

—Tienen cosas más importantes que hacer. —Le respondí—. Gracias por invitarme.

—A ti por venir. —Dijo mientras miraba el lago con tranquilidad—. ¿Sabías que mis hermanas y yo nadábamos aquí casi todos los días?

—¿En este lago? —Le pregunté, frunciendo el ceño. El asintió—, ¿Y no es hondo?

—Uhmm... —Chanyeol frunció el ceño—. No recuerdo mucho. Creo que... por aquí. —Dijo mientras ponía su mano en la mitad de su pecho.

—Oh, claro, tu que mides casi 2 metros. —Dije mientras le miraba y cruzaba los brazos—. Yo de seguro me ahogo.

—No creo. —Chanyeol dijo, entonces le miré—. ¿Quieres entrar?

—¿Estás loco? —Le pregunté—, No.

—Oh, vamos, un chapuzón no hace daño. —Dijo riéndose, quitándose los zapatos de sus pies y desabotonando su camisa.

—¿Y si alguien nos ve?

—¿Por qué nos tiene que importar? —Chanyeol se rió—, Estamos en mi casa, Sora. A nadie le tiene que importar que estemos haciendo.

Y había sido como si sus palabras tuvieran peso, una y dos y luego miles de gotas empezaron a caer del cielo. Miré a mi alrededor buscando refugio, pero solo las manos de Chanyeol sosteniendo las mías llamaron mi atención.

—Ahora importa menos que nunca. —Me dijo, sonriendo triunfante. Suspiré, mientras quitaba mis zapatos de mis pies.

—¿Invocaste esta lluvia?

mirror ー p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora