mirror ー p. chanyeol

forty one

14 de diciembre, 2012

Sentía mis manos temblar del enojo mientras caminaba por la calle — o era más porque la temperatura estaba casi llegando a los cero grados y probablemente nevaría. No sabía como había caminado tanto con solo un abrigo encima, y quizás lo que me daba toda esa adrenalina era repetir en mi cabeza que eso que sentía no era más que enojo. No estaba celosa, o eso quería pensar.

Pero no podía engañar a nadie cuando decía que ver a Baekhyun y a la chica que más odiaba juntos no me causaba ningún sentimiento.

Y a pesar de dar millones y millones de vueltas, terminé entrando en una tienda de ropa para distraerme totalmente, y quizás buscar nuevas piezas para mi armario. O comprar una nueva chaqueta para el invierno. No esperaba pasarme ahí varias horas, que aún así pude sentir el enojo irse –o más bien solo aceptarlo– durante todo el tiempo que estuve ahí. Y sumando que la tienda contaba con calefacción.

Tenía varias piezas de ropa entre mis brazos, sabiendo perfectamente que no podía llevármelas todas, y que si intentaba comprarlas terminaría en la calle. Pero probarme cada prenda, y combinarlas no hacía nada de daño.

—Te gustan mucho las camisas. —Escuché a alguien hablarme, me volteé confundida, pensando que era algún empleado de la tienda ofreciéndome ayuda. Pero, estaba en lo contrario.

Era aquel chico del autobús, el cuál había fallado terriblemente de obtener su número, y por el cuál Baekhyun se había burlado de mi por horas, y quizás días. Pude sentir mi respiración parar, a medida de que el tomaba unos pasos cercanos a mí.

—Que bueno que eras tu, hubiera sido raro. —Chanyeol dijo mientras llevaba con el varias gorras en sus manos, al igual que pantalones colgando de su brazo—. A menos que no me recuerdes.

Haciendo una mueca, que lo llevo luego a sonreír, lo único que hice fue asentir.

—Chanyeol, del auto... del autobús. —Respondí, mientras que me reía avergonzada y nerviosa—. No pensé que te vería otra vez...

—¿Eso es bueno o malo? —Preguntó haciendo una mueca. Me reí sin saber que decirle, apreté un poco mis labios al respecto.

—¿Todas esas gorras son para tu hermano? —Cambie de tema, viendo todo lo que llevaba en sus manos. Chanyeol bajó su vista y lo único que hizo fue negar con la cabeza.

—¿Hermano? No, son mías... —Negó con la cabeza—. A parte, mis hermanas me matarían si les llevo esto.

—¿Tantas? —Pregunté sorprendida.

—Son solo 5. —Se defendió—. ¿Cuantas camisas tienes tu ahí?

—Unas... 5. —Le respondí un tanto titubeante, luego de contarlas, apretando mis labios—. Pero no las compraré todas.

—¿Temes a ser compulsiva? —Preguntó de la nada.

—¿Te estás llamando compulsivo?

—Muy bien. —Chanyeol hizo un ademan con la cabeza—. ¿Cuantas planeas llevarte?

—Las que me queden bien. —Le respondí, entonces hice una mueca. Nunca tenía suerte con las prendas de ropa, ya que o me quedaban muy pequeñas, o muy apretadas que no me acentuaban perfectamente.

—Está bien. —Dijo luego de dar un suspiro, lo mire confundida—. Elige una de estas, y la que quieras que me lleve, solo compraré esa. —Me propuso.

—No quiero interferir con tus planes. —Le respondí en un tono bajo, entonces Chanyeol frunció el ceño—. Ni hacer decisiones por ti.