forty three

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17 de enero, 2013

—Me gustas, Baekhyun. —Le dije, finalmente, y sintiendo cómo podía respirar libremente.

Él, en cambio, no dijo nada y terminó mirando la repisa de todos sus cds.

—Me gustaría estar ebria para poder decirlo. —Dije, riéndome un poco al respecto—. Pero, me gustas y... no puedo contenerlo, ¿Lo sabes? —Recogí las lágrimas que amenazaban con bajar mis mejillas, mientras que pestañeaba múltiples veces para que estas se alejaran.

—Sora. —Dijo en un tono suave, mientras tocaba mi hombro con delicadeza.

—¿Te gusto? ¿Puede que yo te guste? —Le pregunté, aunque no tenía esperanza alguna de que así lo fuera. Y lo miré en silencio, sabiendo la respuesta y simplemente me reí—. No importa.

—Eres grandiosa. —Me respondió, entonces yo asentí intentando no reírme. En este momento me arrepentía hasta de haber nacido—. Eres mi mejor amiga y–

Otra vez.

—Entiendo. —Le interrumpí, dejando salir una sonrisa incómoda—. Solo necesitaba dejártelo saber.

Pensaba que estaría completamente herida, y bastante segura de lo que decía. Pero no parecía de esa manera, el sentimiento que tenía ahora mismo era de completa aceptación. Y poco a poco, arrepentimiento.

Pero de repente, el pánico llegó a mi tan pronto aquel pensamiento cruzo por mi mente.

—Que todo este bien entre nosotros. —Le pedí, mientras me ponía de pie—. ¿Podemos actuar como que esta conversación nunca pasó? —Le pregunté, entonces el asintió sin decir nada más—, Bien.

Pero estaba más que clara que esa promesa no iba a servir para nada.

No lo miré al rostro en el momento en que salí de su habitación. No quería que me viera más avergonzada de la cuenta, no quería que me viera destruirme, o al menos, eso pensé que haría cuando me rechazara. Toda avergonzada, llorando, donde quizás haya sido él quién me dejara sola, y pedido quién se olvide de todo lo que pasó.

Quizás estaba siendo muy idealista, y quería sentirme bien al respecto.

Y la única persona a la que podía pensar en buscar ahora mismo era Chanyeol, recordaba que había dicho que vivía frente al parque en el que estaba caminando, pero nunca especificó en cuál. Solo sabía que parecía una tonta, estando de frente a aquellos altos edificios sin hacer una llamada, o dejar un mensaje.

Literalmente no sabía que hacer. Y que estuviera nevando, no ayudaba para nada.

Estaba pensando, quizás más de la cuenta. Miles y miles de pensamientos, de escenarios, lo que pude haber dicho, lo que pudo haber sido. Mi mente se sentía como un lugar seguro en estos momentos, quizás necesitaba la seguridad de que todo podía salir mejor.

Una, y otra, y otra vez.

Creo que mi cabeza tenía nieve, estoy segura que iba a tener una hipotermia por estar aquí, y, definitivamente debí tomar un abrigo más pesado.

—¿Qué haces aquí? —Una voz me sorprendió, luego de que el hubiera colocado un gran abrigo sobre mis hombros—. ¿Te volviste loca?

—Chanyeol. —Dije con sorpresa, pestañeando fuertemente y pensando que era un efecto de mi cabeza.

—Vámonos de aquí. —Dijo, mientras que agarraba mi brazo con firmeza mientras me hacía caminar dentro de la torre de apartamentos. Podía darme cuenta en su rostro que estaba preocupado, y tal vez confundido al respecto.

mirror ー p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora