thirty five

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8 días

Si me hubieran preguntado que me haría feliz ahora mismo, no me creería a mi misma que fuese estar caminando fuera del hospital hasta el estacionamiento luego de casi una semana y media internada en el hospital.

Todos mis estudios habían salido en orden, y no había ningún riesgo con mi salida a menos que me golpee la cabeza o, básicamente haga algo para provocarme una factura.

—¿A dónde quieres ir antes de llegar a casa? —Baekhyun me preguntaba, mientras aún conducía con cuidado y más emocionado de la cuenta—, ¿Pizza? ¿Tacos? ¿Qué tal sushi?

—Quiero ir a la universidad.

—¿Estas loca? —Preguntó, sorprendido de mi respuesta.

—¿La universidad? —Dijo, un poco escéptico y decepcionado—, ¿Un día que tengo como excusa por motivos familiares para luego volver? Debes de estar jodiendo.

—Quiero hablar con la maestra Sang. —Le expliqué, riéndome un poco—. También quiero pizza. —Le dije y lo mire.

—Puedes volver mañana... —Trato de convencerme. Negué con la cabeza y el suspiró, asintiendo después y cambiando su ruta hacia nuestra alma mater.

Luego de estacionarse cerca de nuestra facultad, me ayudó a bajar del auto con tranquilidad. A pesar de que mis piernas estaban más que bien, tenía que usar medias de compresión para evitar lesionarme una vez más. Baekhyun me hizo sostener su brazo para apoyarme al caminar, y aunque eso me había parecido extraño, no dije nada al respecto.

—Vamos. —Propuso y me dio una sonrisa pequeña. Entramos a los pasillos, donde la mayoría, o todos los estudiantes más bien, nos miraban con curiosidad. Si era verdad que Baekhyun era reconocido por todos, y quizás todos sabían que me había ocurrido.

Aún así, mantuve una sonrisa incómoda, hasta llegar al salón de la maestra Sang y rezando que la clase se hubiera terminado, pero aún no. Ella miró a la puerta, mirándome por el cristal y aún sorprendida se detuvo para caminar y abrir la puerta.

—Oh, Sora. —Ella dijo, en el tono más aliviado posible. Abriendo sus brazos para abrazarme, cuando se separó de mi, sostuvo mi rostro en sus manos—. Me alegra ver que estas bien. ¿Cómo estás? ¿Por qué estás aquí?

—Quería hablar con usted de... —Dije, aclarando mi garganta y ella se quedó esperando mi respuesta—. Mi manuscrito, yo... quería saber si podía revisarlo y...

—Sora, sabes la regla. —Ella respondió, entonces fue cuando la miré confundida—. Ya pasó tiempo de la fecha. Incluso, ya se presentó.

—¿Qué? —Pregunté, confundida. Entonces ella sostuvo mi mano para hacerme entrar al salón.

—Bien, chicos. —Ella dijo, llamando la atención de todos en el salón. Mire a Baekhyun con confusión, y el solo me sonrió mientras nos seguía—. Feliciten a Sora, quien acaba de terminar su tratamiento.

Entonces todos empezaron a aplaudir, muchos con emoción y otros con confusión al igual que yo. No tenía idea de que decir o hacer.

—Felicidades. —Baekhyun murmuró cerca de mi oído, lo cuál me hizo mirarlo preocupada.

—¿Qué paso? ¿Qué hice? —Pregunté, alarmada.

La maestra Sang sonrió mientras caminaba a su escritorio y sacaba de ahí par de libros y caminaba hacía mi otra vez.

—Este es tu manuscrito, y está es la versión final de tu obra. —Ella trajo entre sus manos un libro y me lo pasó—. Tu obra ganó el premio de este año. —Me dijo, lo cuál me dejó mirándola sorprendida.

mirror ー p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora