fifteen

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Todo se volvió realidad cuando llegué a casa. Estaba sola, solamente yo en la fría, y oscura casa. Me quité las plataformas y caminé mirándome al espejo. Viendo cómo me veía... tan absurda, patética y miserable que me estoy viendo justo ahora.

Caminé por el pasillo, y una puerta entreabierta entre en esta, la habitación de Baekhyun. Estaba ordenada, quitando los varios ganchos de ropa estaban dispersos sobre el colchón. Me senté en el banco frente al teclado que tenía y suspire.

Miré las partituras ya hechas de este. Y empecé a tocar la melodía. No era una experta en piano, pero lo poco que había aprendido era suficiente para saber lo básico.

Baekhyun había modificado y cambiado el sentimiento de esta. Creo que sabía como trabajarla.

Saque la lapicera. Y empecé a escribir las letras y afinaciones de aquellas. No me fijaba en la hora. Solo revisaba y modificaba eso sin parar, cómo si mi enojo y tristeza estaban siendo canalizados mediante la escritura.

—¿No estas cansada? —La voz de Chanyeol se escucho, estaba apoyado del marco de la puerta mirándome con tranquilidad.

—No. —Dije terminando de hacer las revisiones.

—¿Qué tanto haces? —Preguntó mientras caminaba hacía mi.

—La canción... La canción de Baekhyun... —Murmuré mientras suspiraba y empezaba a tocarla nuevamente, y esta vez cantarla en mi mente.

—¿Te gusta el dolor? —Preguntó, mirándome a mis ojos fijamente, pude ver que estaba molesta.

—Es algo a lo que ya sabía que iba a pasar. —Le dije cerrando el cuaderno y dejándolo sobre el piano.

Suspiré y me paré de aquella silla revisando la hora en mi teléfono. Eran más de las tres de la mañana. Empecé a caminar hacía mi habitación, colocarme el pijama y dormirme. Pero antes de que pudiese salir por la puerta, esta se cerró como si alguien la hubiera estrellado.

El sonido me hizo erizar, pero no me sorprendió lo suficiente para espantarme. Antes de que pudiera dar un paso mas, estaba de espaldas a la puerta con un cuerpo presionándome.

—¿Sabes cuanto tiempo llevo aquí? Mirándote, sin pedirme algo, sin preguntarme cosas, sin discutir sobre ti conmigo. —Murmuraba Chanyeol mirándome a los ojos—. No quiero quedarme aquí. Y tampoco quiero que seas una tonta que nunca consigue lo que quiere.

—Chanyeol... —Murmuré.

—Yo soy tu reflejo, Sora, se supone que tú y yo somos uno. Y tu, no eres así. Tu vas a ir a conseguir lo que quieres. Todo lo que quieras lo vas a conseguir cuando te mires en realidad. —Hablaba el mientras aún me miraba a los ojos. Tomó mis hombros, el cuál no dudé en sentir una pequeña electricidad en mi cuerpo—. Si es a él al que quieres, consíguelo.

Bajé la mirada, algo lastimada.

—No, no... No lo haré. No voy a conseguir nada. Trate de ir donde el, me confesé como una tonta, y el me rechazó. —Le conté. Las lagrimas bajaron por mis mejillas nuevamente—. Incluso me abandonó en el parque. El me dejo sola...

—Te dije que no estabas sola... Te dije que estabas conmigo. —Me recordó.

En estos momentos, creo que explote.

—¡Mentiroso! Estuve sola, todo ese tiempo. No me impediste que lo hiciera. Ni siquiera me volviste a hablar durante el viaje. No hiciste lo que se supone que haces. —Dije mientras empezaba a explotar mi ira, empezando a golpear su pecho—. Tú sabías que no quería decirle. Que no esperaba decírselo. Pero, estaba desesperada,  y por eso nuestra amistad va a cambiar. Lo único que teníamos.

Entré en el estado de desesperación, los golpes y todo lo que decía en sentía que me iba a ahogar en cualquier momento. Chanyeol sólo me miraba, sin decir nada, sin moverse y siempre se quedaba frente a mí en silencio. El tomó mi mano y la colocó en su pecho.

—¿Sientes algo...? —Preguntó en un susurro, lo miré luego de procesar lo que sucedía. Sentía un corazón latir, muy débil, demasiado lento. Lo miré, pensando que le estaba dando un infarto. ¿Debía llevarlo al hospital? Ni siquiera sé conducir.

—Es la primera vez que late. —Me confesó.

—¿Qué? Eso... no. —Dije pestañeando sorprendida.

—Esta latiendo por ti. En este momento. —Comentaba, hablando en serio—. No sé que haz hecho, o que haz dicho. Pero, hiciste vivir a mi corazón.

—¿Qué? ¿Está...? ¿Estaba muerto? ¿Qué? —Dije mientras lo miraba con atención, no se si seguía ebria o el me estaba jugando una broma de mal gusto.

—Hay una leyenda en mi planeta donde dicen, que el corazón empieza a latir desde el momento en el que encuentran a su alma gemela.

¿Su alma gemela? ¿Su corazón late? ¿Por mí?

—¿Puedes lograr todo sin llorar? Aunque no parezca, me duele verte así. —Dijo mientras limpiaba las lagrimas de mis mejillas con sus manos calientes—. Sé que puedes hacerlo sin ayuda del contrato. Lo veo en ti.

Y ahí fue donde mi cerebro decidió tener una idea.

—El contrato... —Lo recordé—. ¿Dónde esta?

—Está dónde siempre. —Chanyeol dijo, sosteniendo mis hombros—. Pero no lo necesitas. Escúchame.

—Chanyeol, suéltame. —Le pedí, lo cuál el hizo sin ponerme otra prueba. Fui y abrí la puerta detrás de mi y fui a mi habitación. Yendo a mi tocador y abriendo la gaveta donde se encontraba.

Ahí estaba, el papel liso debajo los interiores. Lo tomé entre mis manos y los coloqué en la mesa, leyéndolo nuevamente.

No tenía nada que perder, ¿No?

—¿Que piensas que vas a hacer? —La voz de Chanyeol se escuchó desde la puerta—, No cometas una locura, por favor.

Lo ignoré y alcancé la pluma en el mismo escritorio. Tome esta y firmé el papel ignorando todo lo que ocurría.

—Kwon Sora. —El murmulló entre dientes—. Por favor para ahora.

—Tu... tu tienes que volver a tu mundo... Esta es la única forma que hay... Yo... yo tengo que ayudarte. —Decía mientras lo miraba.

Tomé el papel entre mis manos y el me lo arrebató.

—No hagas más. No vas a sellarlo. —Dijo el decidido a romper la hoja.

Sentí mi dedo arder de repente, me había cortado, seguramente. Intenté quitarle el papel de la hoja, forcejeando con el pero no lograba quitárselo.

—¡Sora, basta ya! —Gritó enojado. El papel cayó al suelo, y mis brazos también lo hicieron, me había rendido.

—Podemos buscar otra solución juntos, pero no... —Me advirtió. Escuché algo parecido a una turbina de avión entre mis oídos. Para luego sentir mis párpados cerrados.

Miré al suelo, dónde el contrato estaba sellado con una gota de mi sangre que mi dedo había derramado debido al corte. Y la mirada de Chanyeol con una cara de completa frustración y furia me miraban.

O tal vez eso fue lo último que ví antes de cerrar los ojos y ver completamente negro.

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editado 2023

mirror ー p. chanyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora