mirror ー p. chanyeol

nine

Me separé de Chanyeol, lo cuál no fue fácil porque ahora estaba a su costado, el sosteniendo mi cintura. El rostro de Baekhyun parecía um poema, mientras intentaba conectar los puntos. Simplemente negó on la cabeza.

—¿Que? —Repitió Baekhyun con un rostro de confusión—, ¿Su novio?

—¿Tu eres...? ¿Byunhyun? —Dijo Chanyeol confundido, pestañeando un poco—, Su roomie, ¿No?

Le acaba de decir Byunyun...

—Sora, ¿Él es tu novio? —Preguntó Baekhyun desconcertado—, ¿De verdad?

— ¿Eh? —Pregunté un poco confundida, sin saber que decir, volví a mirar a Chanyeol. Quién asintió y me convenció a asentir igualmente. Aclaré mi garganta.

—Cariño, ¿Por qué estás mojada? —Chanyeol preguntó, peinando mi cabello—. Entra a casa y ponte ropa seca. Puedes resfriarte. —Me pidió com una sonrisa cálida.

«Yo me encargo de Byunhyun. Solo haz lo que te digo.»

—Si... —Dije, bajando la mirada y abriendo la puerta. ¿Cuál era el maldito código?

—Sora. —Llamó, esta vez Baekhyun pidiendo (o demandando) una explicación.

«9487132.» Coloqué esa serie de números y entre a la casa. Corrí a la habitación y empece a caminar de un lado a otro. Volvía a sentir el cosquilleo en todo el cuerpo, sentía el nudo en mi estómago. No entres en pánico. No dejes que la situación te afecte tanto.

«Espero que estés lista pronto, si el enano empieza a gritarme no me molestaré en darle un puñetazo en el medio de la nariz.»

La advertencia de Chanyeol me hizo entrar en razón y en apurarme en alistarme. Entré a la ducha, una vez mas tomado una ducha tibia y salí de aquel lugar como rayo. Me puse lo primero que encontré en mi clóset y salí de allí rápido, trotando a la sala, pude ver cómo Baekhyun parecía tirar humo por los oídos.

—¿Podemos irnos...? —Preguntó Chanyeol dándome una sonrisa. Miré a Baekhyun, quien lo miraba con las manos hechas puños.

«Voy a explicarte todo, solo ven conmigo.»

—S-si. —Le dije, mirando a Baek, quién ahora me miraba con enojo—, Te explico después.

—Hasta luego. Prometo traerla antes de las 12. Y, si no... —Pausó, para mirarme dando una sonrisa coqueta—. No te preocupes, la trataré bien.

Chanyeol agarró mi mano, entrelazando nuestros dedos para así salir de la casa. Miré sobre mi hombro, cómo Baekhyun miraba la situación sin decir nada. Cuando entramos al elevador, le di un empujón a Chanyeol luego de darle varios golpes en su hombro, todo para terminar agachada en el elevador con las manos en mi cabeza.

—¿Qué sucede? —Preguntó el dando una risa.

- ¿Qué sucede contigo? —Le reclamé—, ¿Como tu...? ¿Por qué hiciste eso?

—Fue lo mejor que he hecho. —Me dijo con seguridad—. Byunhyun es un tanto lento, y, créeme, va a empezar a buscar belleza en ti.

Auch.

—Eso... eso no... —Dije perdida mientras miraba las paredes del ascensor—. ¿Por qué?

—Tranquila. —Dijo el liberando una sonrisa—. El no está convencido que una chica como tú consiga a alguien tan apuesto como yo.

—¿Una chica como yo? —Repetí, ahora ofendida, mientras señalaba a mi pecho.

—Una chica tan... miedosa, perdida, callada, simple, acomplejada e insegura. —Me describió, mientras que contaba con sus dedos—. También que eres... perezosa, no usas maquillaje o cuidas tu piel, y tu pelo es un asco.

—¡No soy gorda! —Exclamé.

—Fuiste tu que lo dijiste, cariño. Yo soy lo suficientemente maduro y me encanta agarrar. —Chanyeol contó, mientras se reía. Yo miré a la puerta del ascensor, intentar disimular cómo mis mejillas enrojecían—. Pero, podemos sacar algo bueno de esto... Podemos trabajar en tu cuerpo, que parece ser lo que más te molesta —Me dijo dando una mirada a la puerta acabándose de abrir—. Otra vez, para mi no es problema, me gusta lo que vi.

—Eres un Idiota. —Le dije, dando pasos afuera del ascensor, mientras que el seguía caminando detrás de mi.

—Gracias. —Dijo el con suma tranquilidad. Al salir a la calles estaban húmedas y vacías, me mantuve abrazando mi cuerpo por los frías que eran. Estábamos caminando sin un lugar en especifico. Intentaba repasar una buena excusa para Baekhyun.

—Vamos a Namsan. —Propuso, con tranquilidad mientras jalaba de mi capucha.

— ¿Ahora? —Pregunté, alarmada. Eso quedaba a algunos 30 minutos en específico.

—¿Quieres que nuestra «cita» sea en un aburrido centro comercial? En realidad no tengo idea.

—Primero lo primero, esto no es una cita. Es un problema que me causaste. —Le corregí alterada. Iba a entrar a la histeria en cualquier momento.

—¿Un problema? ¿Por que lo sería? —Pregunto él, en un tono divertido.

—Porque no puedo hacerlo. Soy mala mintiendo y soy débil a todo. Al llegar a casa, me espera un largo interrogatorio y, ¿Sabes que es peor? Que eres solo un tormento. —Le grité, desahogándome.

Varias personas nos estaban mirando en la calle, nuestra discusión estaba a disponibilidad de todas las personas de aquel lugar. Y, claro, varias chicas mirando anonada al alto chico guapo, de pelo largo y ojos oscuros, y pensando en dijo era un desperdicio que yo esté en el que podría ser su lugar.

—Admitiste que era guapo. —Señaló sonriendo.

—Olvídalo. —Dije dando la vuelta para dirigirme a mi casa una vez mas. Pero, fui prisionera de unos brazos y una cabeza en mi cuello, presionada contra mi hombro.

—Te lo diré sólo una vez porque sé que eres inteligente. De dónde vengo, soy lo que las chicas desean, parece que aquí no es diferencia. —Su voz ronca estaba justamente en mis oídos—. Y, que quieras dejarme aquí delante de todos, no es parte de mi rutina... —Sentí sus ojos observarme con dedicación—. Si quieres, podemos volver ahora dónde él. Puedes decirle que sólo soy un obsesionado y que sólo estaba jugando con el. Pero nada va a cambiar. No le vas a decir que su novia te acosa, no le vas a decir tus sentimientos y mucho menos vas a cambiar, ni por mi, ni por el, ni por ti.

—Chanyeol... —Dije, mientras respiraba nerviosa.

—Ese es mi nombre. Dame la respuesta. —Pidió—. Baekhyun o yo. —Deshizo el abrazo y me puso de frente a él.

¿Que es esto? ¿Por que tiene esa intensidad en los ojos? A pesar de tener miedo de responder, moverme un centímetro más o menos, se sentía cómo un caso de vida o muerte.

—Soy el espejo, Sora. —Me recordó—. Puedo ocasionar caos, desorden y destrucción, porque son mis principios, aunque fuera accidental, tu decidiste este destino... Y no me quedaré quieto hasta volver...

Pude sentir como mis rodillas temblaban, aún seguía en trance.

—¿Quieres que me vaya o que me quede? —Preguntó él, esperando por mi respuesta.

Pero no le respondí, y el empezó a caminar en dirección contraría a mi. Siendo yo la que se quedara sola en el medio de la calle. Lo cuál sólo di la vuelta para volver al apartamento. Seguro me arrepentiré, estaba clara que lo haría. Pero era masoquista, al parecer.

«Vas a conocer el peso de tus decisiones, esta vez por tu cuenta.»

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editado 2023