Capitulo 55: Apoyo Parte 1

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Rápidamente y sin esperar alguna orden, el ecuatoriano junto a su hermana boliviana, salieron de aquel lugar dispuestos a ir a aquellas instalaciones, tenían que buscar primero donde se encontraba su sobrino, y para ello, iban a hacer un desastre por completo, si era posible, destruir todas sus instalaciones a nivel mundial, si o si, ellos se iban a arrepentir por ello.

Oye ¡Espera! 


Se escuchó por detrás de ambos, el canadiense, el que los había llevado hasta donde su hermana se encontraba, estaba detrás de él casi corriendo para acercarse ¿Qué pretendía?

Los llevaré a donde quieran — mencionó el blanquirrojo mientras sacaba unas llaves de su bolsillo, acercándose a su auto, este era un Ferrari de carrera, uno que él se ganó en uno de sus tantos pasatiempos, siendo uno de ellos piloto.

Tu- ¿Qué? ¿Quién te invitó? — contrarrestó el omega, cruzándose de brazos ante la exigió del Alpha, no le gustaba que él se metiera en su trabajo.

Hermano, él tiene auto y nosotros no, no esperaré a otro agente para esto y tu menos, así que deja de quejarte y vámonos ya — rodó los ojos la menos obviando aquel hecho, parecía que su hermano mayor no quería tener a ese Alpha cerca, pero ¿Qué podía hacer? Ese era un tema de emergencia, así que él solo tendría que aguantarlo — Ya vámonos 

¿Te molesta mi presencia? 

No me molesta, pero no quisiera lidiar con un civil lastimado, eso es todo — soltó un pesado bufido antes de entrar al auto, en el asiento del copiloto — ¿Si sabes dónde nos vamos a dirigir, verdad? 

Si no mal recuerdo, mencionaste algo de Infierno ¿Verdad? — entró a su auto encendiendo los motores — Abrocha bien tus cinturones Bolivia 

Claro 

Primero tengo que recoger algunas cosas de tu departamento, de verdad quiero destruir por completo ese lugar, y todo lo que necesito está en mi cuarto... Que por casualidad está en tu casa... — mencionó un tanto apenado lo último, era casa gratis, y prácticamente se estaba aprovechando del Alpha, y que él no se enojase por ello, le parecía... Curioso, cualquiera se enojaría, hasta él, pero ¿Por qué ese Alpha no? Aparte de no notarlo en meses.

No es problema, de paso es mejor que cambie de auto, no quisiera ir con este que es más pequeño y demasiado veloz, ya sabes, podríamos chocar en cualquier momento y no quisiera ese tipo de accidente contigo y tu hermana aquí — soltó una suave risa mientras se acercaba al ecuatoriano, acomodando los tres cinturones de seguridad que tenía — Bolivia, por ahí hay un casco, será mejor que te lo pongas 

¿Qué tan rápido irás? 

Llegaremos en menos de 5 minutos, descuiden, será rápido 

Mencionó con simpleza antes de arrancar su auto, mostrando a ambos latinos que ese, podría ser su final si es que el canadiense no conducía bien por las calles, era demasiado rápido, sabían bien que les gustaba a ambos la velocidad, pero cuando se trataba de estar en aviones especializados creados para ello, no en un auto donde, en un movimiento en falso, podrían ir con el mismísimo Inti.

Lo peor de ello, es que tal y como mencionó el canadiense, llegaron en menos de 5 minutos un recorrido que duraba por lo menos, media hora, y sin tráfico alguno.

Y... ¡Listo! ¿Ven? Sanos y a salvo llegando en medio de lo que canta un gallo — exclamó con orgullo antes de voltear a ver a ambos hermanos, soltando una ligera y corta risa al ver como los dos estaban asustados, aferrándose a los asientos del auto como si fuesen gatitos — Oh vamos, no fue tan malo 

Alpha de 3 OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora