Sábado por la mañana, la pequeña blanquiceleste había salido una vez más a la ciudad, amaba pasar por los parques del lugar, ver todo lo que podía ofrecerle aquel lugar, aparte de hacer las compras que su hermana mayor le había mandado.
A ella le encantaba disfrutar su día a día, no solo quedarse sentada a esperar al kazajo y los demás, mucho menos esperar a su esposo, el cual parecía ignorarlos desde hacía ya tres días. Siempre se preguntó por qué hacía ese tipo de cosas, hasta que el día de ayer, no les mencionó a sus hermanos, pero el día anterior lo vio con la misma chica con quien se acostaba desde hace ya 4 años.
Ella no era ninguna idiota, solo no quería ver la realidad que, al parecer, le había pegado fuerte el día anterior. Tanto así que le dijo al kazajo que él era mucho mejor que su esposo en muchos aspectos, aunque se arrepentía de haberle confesado aquello.
Después de eso, él no volvió a hablarle, se quedó a su lado, pero no le mencionó nada en la noche, ni esa mañana, y eso la dejó un tanto triste. No tenía derecho alguno a haberle dicho eso, solo eran amigos, aunque cree que ni eso son, solo, conocidos que viven juntos ¿Verdad? Y eso de vivir juntos es temporal, porque le pedirá a su esposo el divorcio, ni loca pensaba quedarse con él después de ese engaño.
¿Y si le hablaba mejor a su padre? Él no vive lejos de donde está, nunca en su vida había estado tan cerca de su padre, podría explicarle la situación y quedarse con él, después de todo, su padre no tenía la misma cultura que su familia materna, era por eso que él se alejo de todos ellos, y les había dado la opción de seguirlo, opción que ninguno aceptó en su momento, pero que ahora no le parecía mala idea.
Caminando por el lugar adentrada en sus pensamientos, escucha un enorme clac son, siendo seguido por las llantas intentando frenar algo grande, al voltear a ver, un enorme camión iba directamente a ella, y por la distancia junto con el alcance, iba a ser su fin, solo pudo escuchar a alguien gritando antes de desmayarse.
— ¡¡Cuidado!! —
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No sabía cuánto tiempo había pasado, pero al despertar solo pudo sentir un fuerte dolor en sus brazos y pecho, parecía estar en un lugar realmente pequeño y apretado, no podía ver del todo bien porque todo estaba borroso y apenas podía moverse un poco.
— Veo que-... Despertaste... —
Se escuchó una voz contraria, ahora que lo pensaba mejor, en donde estaba era suave y cálido, todo lo contrario, no era un suelo frío y pavimentado como se lo imaginaba ¿Había estado encima de alguien todo ese tiempo? Y ahora que estaba más que despierta, ese alguien era otro Alpha. Intentó alejarse de él, pero chocó contra algo frío y duro, parecía un tipo de metal por como lo sintió.
— ¡Au!... Lo siento por eso... — intentó acomodarse mejor para, por lo menos, estar un poco separada de él, pero cada pequeño movimiento que hacía, solo causaba que se acercasen más, así que al final, se rindió quedándose encima de su pecho — Lo lamento... —
— No es problema alguno, desde que desperté, pasaron como unos 10 minutos en esta posición, al menos no es tan cansado como se ve, he estado en peores situaciones, créeme — soltó una pequeña risa intentando animar el ambiente, pero al ver la mirada de la pequeña omega, supo que no puede hacer mucho en esas circunstancias — Lo siento... Solo intento que toda esta situación no sea mucho peor para los dos... ¿Te duele algo? ¿Sientes algún dolor? —
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Alpha de 3 Omegas
Fiksi Penggemar¿Acaso esas tradiciones siguen vigentes? Pero... ¡Si son tan jovenes! ¡No es posible! México, un joven Alpha dominante destacado por su amabilidad, va a un viaje de intercambio de universidad por los últimos 2 años que le queda, pero no va solo. Lo...