— Bolivia... —
La escena era curiosa, dentro de aquella gran sala se encontraba el padre inglés, junto a dos de sus hijos menores, el australiano y la pequeña malvinense, los tres, siendo protegidos por lo que parecía ser, una sirvienta de cabello rubio y corto, de ojos rojos, pequeña y omega. Que no dudaba en portar lo que parecía ser una espada, apuntando directamente a la cabeza del mexicano.
— ¿Mph? — al apartarse del Alpha, sus ojos rojos fríos y sin brillo alguno, se tornó de un suave verde esmeralda adorable — ¡Mex! — gritó con alegría antes de botar su espada a un lado, para saltar a los brazos del Alpha latino, el cual al instante la cargó con alegría, dándole vueltas al aire.
— ¡Boli! — gritó el mexicano con emoción al cargar a la pequeña omega, a la cual comenzó a dar vueltas en el aire realmente feliz, hasta el punto de que ambos comenzaron a sacaran sus feromonas realmente felices, hasta que el mexicano escuchó un grito de otro Alpha a un lado.
— Oye, oye ¡Oye! — gritó con enojo el australiano mientras se levantaba de su asiento, caminando directamente para agarrar a la omega menor, sin embargo, antes de llegar a ella, el mexicano agarró su brazo con fuerza, impidiendo que se moviera.
— No toques a mi hermana...
— ¿Hermana...? ¿Tienes hermanos?
— Y ahí es donde te das cuenta, hermanita linda, que los hombres no te prestan la atención que tu requieres — bajó con cuidado a su pequeña hermanita dándole unas palmadas en su cabeza — Déjame adivinar, despistado, alto y fuerte, eres Australia ¿verdad? Y la menor de allá es Malvinas, no me equivoco ¿cierto? Usa
— Vaya, no creí que me estuvieras prestando atención...
— Siempre estoy atento a todo lo que mencionas Usa, además, estar contigo es más sencillo que estar atento a 12 hermanas menores con necesidades diferentes con requerimiento de atención 24/7 que siempre me han considerado como su padre ¿No es así? — acarició la cabeza de su pequeña hermanita, logrando causar un ligero ronroneo de su parte — Hacía mucho que no nos vemos hermanita ¿Cómo te va en tu misión? No has envenenado a nadie ¿O sí?
— Mph... ¿A alguien importante? No — se dejó acariciar unos momentos más antes de apartarse, agarrando aquella espada, o más bien katana, que había dejado a un lado hacía unos momentos atrás, antes de abrazar a su hermano mayor — Pero siempre estoy preparada por si ocurre un accidente, por cierto ¿Por qué es que estás aquí?
— Estamos en la misma misión, la que ese sujeto de allá nos contrató, por cierto ¿Te ha estado tratando bien? ¿Y por qué esa ropa? — se acercó a uno de los muebles junto a la americana, preguntándole con la mirada para ver si quería hablar con su padre a solas, cosa, que ella no aceptó — ¿Usa?
— Le mandé un mensaje a mi hermano Canadá, vendrá en 10 minutos, prefiero hablar de esto con todos mis hermanos presentes
— De acuerdo, lo que tú quieras haremos, no es problema alguno — acarició con delicadeza la mejilla de la omega antes de voltear nuevamente a ver a su hermana, que sin ser nada disimulada, les había tomado una foto a ambos, sin flash, pero se notaba en su sonrisa que eso hacía precisamente — Así que... ¿Esa ropa por qué?
— Ah- El señor de la casa dijo que no podía ser de intercambio, así que me mandó como sirvienta para fingir trabajar aquí ¿Te gusta el traje? — alzó un poco su larga falda para darse una vuelta completa, pero al volver a ver a su hermano, notó como él no estaba nada feliz por aquello — ¿Nii-sama?
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Alpha de 3 Omegas
Fanfiction¿Acaso esas tradiciones siguen vigentes? Pero... ¡Si son tan jovenes! ¡No es posible! México, un joven Alpha dominante destacado por su amabilidad, va a un viaje de intercambio de universidad por los últimos 2 años que le queda, pero no va solo. Lo...