Alpha de 3 Omegas

Capitulo 28: Necesitar

El incontrolable llanto de una pequeña niña pelirroja lo dejó sin palabras a aquel joven de aquello blanco, nunca había visto llorar a alguien de esa manera, y si no fuera por las lágrimas que caían de sus mejillas, ni siquiera adivinaría que era un llanto en sí ¿Acaso necesitaba un abrazo? ¿O algo?

Recapitulando, ese día, él junto a su compañero de pelea, China, habían entrenado sin parar por tres días seguidos, hasta literalmente romperse los huesos, él en su pierna izquierda, y su amigo asiático en el brazo derecho. Había sido una pelea justa, los dos no se iban a detener por nada en el mundo, si no fuese porque, los padres de ambos los separaron para llevarlos a la enfermería, en contra de su voluntad.

Ambos ya eran algo mayores, tenían 8 años, habían estado dentro de aquella agencia desde que tenían 6 años, al igual que muchos de los agentes de ese lugar, ingresar a esa edad era algo normal, sobre todo si era por la familia, era extraño ver a un agente fuera de un rango familiar.

En la enfermería, por supuesto, ambos siendo unos niños seguían discutiendo respecto de quién había ganado en aquella pelea, ninguno de los dos daría su brazo a torcer, pese que uno tenía un brazo roto. Sus respectivos padres también se estaban cansando de ellos, he iban a gritarles al respecto, sin embargo, un fuerte sonido de las puertas abriéndose de par en par en aquella enfermería sacaron a todos de aquella pequeña pelea de ambos Alphas menores.

Aquel sonido les llamó la atención por completo, ambos mayores habían entrado corriendo mientras sonreían, pero sobre todo el más alto, el cual llevaba en brazos a un pequeño bulto que no dejaba de temblar. Para la suerte de ambos jóvenes Alphas, estaban lo suficientemente cerca para ver todo lo que sucedía desde sus camillas.

— ¿Qué es lo que llevan ahí? — preguntó el padre del asiático acercándose curioso de aquella situación, conocían muy bien a ese par, los más locos de toda la agencia, pero, sobre todo, los más sádicos, y si era que ellos estaban felices por algo, no debía de ser bueno.

— Imperio, si te lo digo no me lo vas a creer, en serio ¡Esto es mucho mejor de lo que cualquiera de los dos pudo haberse imaginado! — gritó con emoción el omega, no podía expresar del todo la felicidad que estaba conteniéndose en ese momento.

— ¿Podemos saber que es? Porque si Tahuantinsuyo debe de estar así de feliz, no es nada bueno, y eso todos lo sabemos —

— ¡Oye! —

— Escandinavia tiene razón, si ustedes dos están felices, no deben de ser buenas noticias — replicó el asiático al lado de su amigo, aunque ambos fueran rivales para saber cual de sus dos hijos eran los mejores, seguían apoyándose el uno al otro si se trataba de otros agentes, sobre todo ese par.

— Para su información, no es nada malo, solo vean y guarden silencio ¿Quieren? — al descubrir aquel pequeño bulto tembloroso, los cuatro Alphas tanto mayores como menores, se acercaron para ver, sorprendiéndose con demasía al fijarse como, en esa pequeña camilla infantil, envuelta en aquellas sábanas que el inca había envuelto, se encontraba una pequeña niña, la cual temblaba de dolor en cada momento a la vez que sangraba.

— ¿Qué mierda le hicieron? — mencionó el nórdico con evidente terror mientras alejaba al mayor de sus hijos de ese par de amantes, eso no era bueno, para nada bueno — Díganme ¡¿Qué le hicieron?! ¡¿Por qué tiene esas orejas y cola?! —

— E-Es... ¡Es solo una niña par de imbéciles! ¡¿Por qué tiene esa forma?! ¡¿Por qué-...?! — no podía explicarse el cómo es que ella tiene esa forma, se supone que ya nadie puede convertirse en Zou, esa forma mitad animal, mitad lobo en el caso de la pequeña, se prohibió hacía más de 200 años, por el riesgo que llevaba tanto al usuario como a los que le rodeaban, a morir.