Capítulo 59: Delirio Parte 2

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Escuchar como el canadiense prácticamente se estaba muriendo por ese omega que, ni parecía tener emociones, era algo que nunca se esperó ver. Es que dicen que el karma pega fuerte, pero esto es otro nivel de locura, el karma sí que se había pasado, y mucho.

Cuando eran jóvenes, el canadiense siempre había despreciado a los omegas hombres, y eso era por la culpa completa de su padre y eso hasta él lo sabía bien. Ese inglés era una completa mierda con sus hijos y con sus creencias, y ahora, que él esté delirando por un omega, es su primer karma.

Su segundo karma es delirar por un omega, siempre decía que sin importar que sea hombre o mujer, jamás se desfallecería por un omega, y ahora, estaba muy seguro que moriría por él. Su tercer karma es enamorarse a primera vista, ese blanquirrojo juraba que era la forma más idiota de enamorarse, porque según su padre, la única forma de enamorarse es conociendo a detalle a esa persona, que el amor a primera vista no existía ni un poco.

Su cuarto karma, es el miedo, miedo por comenzar aquella relación, miedo porque ese omega ecuatoriano nunca lo ame por el simple echo de haber sido actor porno. La misma razón del por qué ellos terminaron, ahora es la razón del miedo del canadiense, por nunca comenzar una relación con ese omega.

Es que el pequeño era el mismo karma del canadiense en persona, por supuesto que el ucraniano estaba más que sorprendido. Eso, o era el karma del padre del canadiense en persona.

Estando en el psicólogo, contó también sobre la vida de su ex, y su psicóloga le mencionó que la gran mayoría de su actitud, era por causa de su padre, que la mayor parte de sus emociones y pensamientos, eran a raíz de ese padre controlador que no parecía querer la felicidad de sus hijos.

Vaya mierda... Caíste muy bajo... — soltó en una risa alzando su mirada al cielo, no podía creerlo... Se notaba que el padre inglés, había perdido con todos sus hijos — Entonces... ¿Qué harás? 

¿Qué voy a hacer? ¿Qué más puedo hacer? Si él es la única causa de mi felicidad... Debería de alejarme ¿Cierto? — Sonaba dudoso, esa pequeña posibilidad de alejarse de menor y nunca más verlo en su vida, lo aterraba, no solo porque iba a sentirse completamente vacío, sino que, sabía bien, que nunca más en su vida, volvería a querer a nadie más, sea Omega, Alpha o Beta, jamás volvería a sentir lo mismo que estaba sintiendo en ese momento.

Si ese es tu plan, es la peor idea que vas a tener en toda tu vida ¿Acaso eres idiota...? 

Insultó al más alto sin poder creer aquello ¿Por qué tenía tanto miedo? Aunque, pensando mejor las cosas, era probable que él nunca haya ido al psicólogo, o al menos no por ayuda familiar, puede que en su trabajo le hayan obligado a ir, pero no tenía ni idea al respecto.

¿Por qué no intentas conocerlo mejor? Que ambos pasen tiempo juntos sin que te desmayes o grites de la emoción ¿Sabes? 

Antes de seguir con la conversación, escuchó como la puerta se abría, y le pareció divertido ver como el canadiense por esto, se volvió a emocionar, antes de desilusionarte por segunda vez, al ver como salía el ruso, curioso por verlos a los dos entablando una conversación.

Oye... Te vez patético — soltó en una risa el ucraniano, haciendo sentir peor al canadiense, que solo le quedó sentarse en el suelo agotado, se notaba que eso le estaba afectando, y mucho.

¿Puedo preguntar si...? — habló el ruso señalando a ambos a la vez, por unos momentos, pensó que el canadiense le estaba rogando disculpas a su hermano menor, pero la intensa risa por parte de este, lo dejó dudando.

Rusia, no te lo vas a creer, aunque te lo diga — soltó en una risa el rubio, ahora retomando todo lo que el canadiense le había mencionado.

Alpha de 3 OmegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora