Miércoles por la tarde, el chileno regresaba a su hogar más feliz que nunca, su felicidad estaba desbordando por todos lados, aún no podía creer las noticias que le habían dado. Su pierna se había curado por completo, no había coágulo alguno, estaba tal y como debería, era perfecto, podría regresar a su trabajo de bombero, pero ahora, en ese nuevo lugar.
Mientras caminaba de regreso, cruzó por un parque cerca de la universidad donde estudiaba su esposo México, siempre se preguntaba como eran las clases, apenas recordaba algo que le enseñaron en primaria, pero, no era nada del otro mundo, historia, matemática básica, lo necesario para no ser tan estúpido como para defenderse, pero lo suficientemente estúpido como para ser manipulado por el gobierno, suerte para él que le gustaba informarse él solo, eso, y que su Alpha le enseñara varias cosas muy aparte.
Mirando por todo el lugar, vio como de lejos se encontraba ese alemán que el día anterior le había coqueteado, o eso es lo que parecía, a nadie simplemente le dices que quieres besarlo, eso era muy extraño. Y como lo incomodo demasiado, se dio media vuelta para huir, esperando que no lo haya visto, bueno, al parecer su suerte se había acabado saliendo del hospital.
— ¡Chile! —
Se escuchó de lejos con emoción, esa voz, la podía reconocer en cualquier lado, no era el alemán, era su mejor amigo de su infancia, el que se había ido hace mucho tiempo. Al voltear, fue recibido por un gran abrazo por parte de este, a la vez que lo cargaba y le daba vueltas, a él no le gustaba que hagan eso, mucho menos cargarlo de esa manera.
— ¡Ah! ¡Argentina! ¡Bájame! — gritó realmente asustado el pequeño peli azul, intentando soltarse del abrazo, no recordaba que tan fuerte era el argentino, cuando eran niños y no se descubría su casta, eran del mismo tamaño y fuerza, pero ¿Ahora? Él era demasiado para el menor, aunque por suerte, sintió como lo agarraban de los brazos para alejarlo del argentino — ¿Eh? — se apartó un tanto mareado intentando mantener el equilibro, fueron demasiados giros confusos ¿Hacia dónde estaba su hogar?
— ¿Estás bien Chile? — se escuchó por parte del alemán sorprendiendo un poco al omega, no pensó que de verdad iba a ayudarlo en ese momento, pero lo agradecía bastante.
— Gracias Alemania, de verdad necesitaba esto... — dio un suave suspiro antes de regresar su vista a su amigo argentino, el cual lo veía un tanto sorprendido — ¿Qué sucede? —
— ¿Quién es él, Cielo? — replicó el peliceleste agarrando la mano del chileno para acercarlo más a él, notando una pequeña cosa — Eh... Chile... No sabía que eras un omega — soltó al menor bastante sorprendido, siempre habían estado juntos de niños, nunca se imaginó que iba a ser un omega, tal vez un beta, pero jamás un Omega.
— Pues... Si, lo soy... ¿Qué hay con eso? — retrocedió un par de pasos bastante sorprendido por su reacción, no espero que fuese a comportarse de esa manera.
— No es nada, solo me sorprendió que seas... eso — le dio unas ligeras palmadas en su cabeza antes de apartarse, ese grandote de cabello negro era evidentemente un Alpha, y no uno cualquiera, podía sentir a la perfección que era uno dominante, uno de raza pura — Bueno, nos vemos otro día Chel, y suerte con tu Alpha, adiós —
Y con eso, el argentino simplemente se esfumó, dejando a un muy confundido, pero sobre todo dolido Omega. ¿Su amigo de infancia, le acababa de decir que era...? ¿Eso? ¿Dijo "eso" para describirlo?
¿Por qué? ¿Qué diferencia tenía él antes de su casta, que ahora? Ah claro, ahora era un sucio, y débil omega que solo pensaba en sexo, según toda la sociedad. Si tan solo... No hubiese nacido.
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Alpha de 3 Omegas
Fanfiction¿Acaso esas tradiciones siguen vigentes? Pero... ¡Si son tan jovenes! ¡No es posible! México, un joven Alpha dominante destacado por su amabilidad, va a un viaje de intercambio de universidad por los últimos 2 años que le queda, pero no va solo. Lo...