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Temari

Dos días han pasado desde ese suceso y Saori no pierde oportunidad de regañarme por haber golpeado a Ran... No voy a sentirme mal por eso, él se insinuó de una manera muy indecorosa, él debería estar avergonzado.

Espero que ese no sea su método para conquistar chicas, es muy patético.

- Hermana, salgamos a pasear ¿Sí? -Saori se asoma por la puerta de mi habitación.

- De acuerdo, deja que me vista -deje mis deberes en el escritorio y camine a mi armario.

Necesito un paseo para despejarme un poco, la escuela y la pandilla me están consumiendo por completo.

Solo me puse unos jeans anchos, un sweater y tenis blancos, Saori lleva puesta un cardigan rosa
y una falda negra.

- Quiero comprar algunas cosas para la cena de hoy -cuando estamos listas caminamos hacia la puerta donde tomo mis llaves.

Cuando abrí la puerta, me encontré con las dos personas que menos quiero ver hoy, el miope tiene el puño alzado, seguramente estaba por llamar a la puerta... Pero lo que más me aterra es, ¿Cómo saben dónde vivimos?

- ¿Qué hacen aquí? -los mire confundida.

¿Acaso nos están siguiendo?

- Queríamos invitarlas a tomar un café, si no les molesta claro -Rindou pareció un poco dudoso cuando vio mi cara.

- Claro que no molestan, de hecho, estábamos saliendo a dar un paseo -el de anteojos otra vez se sonrojo cuando Saori le hablo, estos chicos son muy raros-. ¡Hola Ran!

- Buenas tarde, Saori -saludó con una sonrisa-. Hola Temari

- Hola -le devuelvo el saludo a regañadientes, y me repetí que ahora son mis subordinados y tengo que tratarlos por igual.

- Vaya, es una casa algo grande para ustedes dos, ¿No crees? -el bicolor mira la estructura de la casa y luego a mi.

- Es la casa de mis padres -me limite a responder, no es de su incumbencia.

- ¿Dónde están tus padres? -preguntó el de anteojos mirando a Saori.

- Emm bueno... -duda antes de responder.

- No están. ¿Ya nos vamos? -empecé a caminar junto a mi hermana sin importarme dejar a esos dos atrás.

Rindou y Saori se fundieron en una larga conversación durante el camino hacia la cafetería, al llegar al lugar, ellos pagaron por nuestra orden, pero al parecer Merlina lo hizo más como una ofrenda de paz.

- Temari, la verdad es que yo quería disculparme por lo del otro día -extendió el café hacia mi.

Que bueno que él se disculpara primero porque yo no iba a hacerlo ni porque Saori me obligara.

- Que no vuelva a repetirse

- De acuerdo -levanta las manos en señal de rendición-. ¿Siempre eres así con todos? -me mira con una ceja arrugada y una sonrisita.

- No, por lo general soy buena, pero tu no me agradas -le di un sorbo al café y comencé a caminar fuera de la tienda.

- Auch, bien, cambiare eso -se ve muy decidido.

- Suerte con eso, trencitas -hice énfasis en la última palabra, su cabello es ridículo.

- Sabes que puedes usar mi nombre ¿no? -se rascó la nuca algo incómodo.

- Si, pero no quiero, no somos amigos -lo miré de reojo.

- Pues que bien, porque no quiero ser tu amigo -arrugó el ceño con un puchero.

- Bien -me encogí de hombros.

Como si me importaran sus dramas.

- ¡BIEN!

- Con permiso, debo ir a la tienda -segui caminando dejándolo atrás.

- Espera voy contigo, se terminaron mis cereales favoritos y son edición limitada, son difíciles de conseguir, ya los busqué en tres tiendas y nada...

- Nunca te callas? -puse cara de hastío, que irritante que hable tanto

- Es que el silencio me aburre, y tu no me hablas de nada -hizo un puchero triste.

No pude evitarlo, se me escapó una pequeña sonrisa al verlo así, parece un gatito triste. Volví a ponerme seria rápido, pero parece que el noto mi sonrisa porque también sonrió.

- Mencionaste a Mikey aquel día, dime, ¿Alguna vez pudiste vencerlo? -preguntó ilusionado.

- Si, una vez cuando éramos niños, pero me pidió la revancha después y desde entonces no pude vencerlo -ese recuerdo aún me atormenta, pero me satisface saber que almenos por un día fui mejor que él.

- Ya veo, sabes ese día me tomaste por sorpresa -se cruza de brazos mirándome con expresión retadora, que ternurita...-. Yo podría ganarte en una pelea.

- Esa es una linda fantasía -sonrió con superioridad-. Pero la realidad es que yo soy tu líder y tú mi subordinado y eso no va a cambiar, aunque me venzas -de igual manera seguirá siendo mi perra.

- Entonces si podría vencerte -respondió convencido.

- Nunca lo sabrás porque no me rebajare a pelear contigo.

Además las peleas internas están prohibidas, espero que Mikey no se entere de la patada que le di a este tonto.

Además las peleas internas están prohibidas, espero que Mikey no se entere de la patada que le di a este tonto

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Ig: Tuamigaalli



 𝑨𝒈𝒓𝒊𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆; Ran Haitani [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 #𝟭]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora