𝑨𝒈𝒓𝒊𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆; Ran Haitani [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 #𝟭]

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Temari

Siento como alguien me sacude el hombro, escucho una voz pero no entiendo que dice, abrí los ojos un poco y vi a mi hermana intentando despertarme, me obligue a abrirlos completamente y me levante quedando sentada sobre la cama.

- Hola... -En la mañana mi voz se escucha como la de una niñita de tres años, necesito agua.

- Buenos días dormilona -esta vez fue el turno de Saori de llamarme así, por lo general siempre soy yo la que despierta temprano.

- ¿Qué pasa? -arrugué el ceño tallándome los ojos.

- Iremos de picnic con papá, ven y ayúdame a preparar la comida -me tomo de la mano para sacarme de la cama.

Con una mano sujeté el pijama de Saori y la seguí por las escaleras hasta la cocina tratando de desperezarme.

- ¿Por qué no le pides a papá que te ayude?

- Porque quiero que lo hagas tú -respondió obvia.

Cuando llegamos a la cocina me senté sobre el banquillo de la isla y me acosté sobre mi brazo.

- ¡!¡¡No te duermas!!

- No estaba dormida, andaba de parrand... digo, visualice tus palabras -levanté la cabeza con los ojos cerrados-. No quiero ni imaginar qué hora es Saori -mire por la ventana de la cocina y afuera todavía está oscuro.

Saori desvió la mirada como si no me hubiera escuchado y sacó los ingredientes.

- Tú te encargas de los Dorayaki -puso los ingredientes frente a mi.

- Si sabes que estas cosas se pueden comprar? -la mire con una ceja arrugada-. Además primero quiero mi café -me levanté de la banqueta y caminé hacia la cafetera.

- Pero será más especial si las preparamos nosotras

- Los de la cafetería también son especiales, deberías ver la cara de Mikey cuando come uno -le di un sorbo a la infusión-. Los hacen con mucho amor.

- Bien... si no quieres cocinar, yo lo haré... pero tú me contaras que paso con Ran anoche cuando los dos desaparecieron -puso los puños en su cintura.

- ¡Ya verás!! Haré los mejores dorayaki que alguna vez hayan probado, el viejo los amara -deje la taza de café y me lavé las manos para comenzar a preparar la mezcla.

Saori se quedó en silencio y cada tanto siento su mirada en mi nuca mientras bato los huevos y ella prepara los Takoyaki.

- ¿No me contaras lo que pasó? -preguntó después de un par de minutos de cocinar en silencio.

- No pasó nada -me encogí de hombros-. No sé porque insistes tanto.

- ¿Está segura? -sonrió pícara-. Cuando volviste estabas sonrojada.

- No es verdad, solo me sonrojo cuando estoy ebria.

- Mhm -levanto las cejas-. Ran parecía muy feliz cuando volvió a la mesa.

- Y?

- Cuando se levantó dijo que iría a fumar.

- Aja... Tal vez había ido a fumar...