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Temari

Cite a esos dos en un parque para patrullar la zona, no es una novedad que juntos son un peligro andante, así que lo primero es separarlos y mantenerlos vigilados.

Quien diría que tendría que vigilar a los dueños de Roppongi, solo espero que no me causen problemas o Mikey me jodera a mi, no a ellos.

A lo lejos los veo caminar muy tranquilos hacia nosotras... ¿Por qué siempre caminan como si hubiera una cámara oculta y ellos fueran los protagonistas de un reality o alguna mierda así?

- Hola, Mikey dijo que serían nuestras niñeras -el trencitas lo dice como si fuera divertido para mi vigilar sus traseros.

- Llegan tarde -no tengo por que ser amable con ellos así que solo me doy la vuelta y comienzo a caminar.

- Perdona, nos distrajimos -se encogió de hombros.

- Ya nos vamos -los miro sobre mi hombro y Merlina se adelanta para caminar junto a mi.

Rindou y Saori se quedaron atrás.

- Hola Saori

- Hola Rindou, ¿Cómo estás hoy? -le devuelve el saludo con una sonrisa tierna, no la estoy viendo pero se que es así.

- Bien... oye ¿De qué se encarga el sexto escuadrón?

- Nos encargamos de la protección a las tiendas que nos pagan por eso, hoy es nuestro turno de patrullar.

- ¿Hoy? ¿No lo hacen todos los días?

- No, escucha, nuestro escuadrón al igual que los otros, tienen de 20 a 25 miembros, organizamos los turnos con parejas de dos, tres parejas patrullan la zona en la mañana, tres los hacen en la tarde y tres en la noche, hasta que los negocios cierran, podemos ir alternando los turnos si es necesario, hoy nos toca el turno de la tarde -Saori siempre es muy paciente para explicar todo, me recuerda a mamá.

- ¿Y con nosotros, cuántos miembros hay en su escuadrón?

- Ahora somos 24 miembros -respondió con una sonrisa levantando el índice.

- Aquí nos separamos, Rindou iras conmigo, Saori tu ve con Ran -soy grosera pero no puedo llamarlo Merlina como si nada.

Rindou miró a su hermano con ojos suplicantes... ¿Que se traen estos dos?

- Creo que yo debería ir contigo -sugirió el de cabello bicolor.

- Si, mi hermano es el que necesita supervisión -señala a su hermano con el pulgar.

Ran asiente tratando de convencerme, no le dejaré el hermano más problemático a Saori.

- De acuerdo, Ran vámonos -rendida me doy la vuelta para comenzar a caminar, solo espero que no quiera tener una conversación conmigo.

Merlina comenzó a caminar a mi lado, de vez en cuando siento que me mira de reojo, se lo ve algo incómodo por mi indiferencia.

Luego de unos minutos de cambiar en silencio lo escuché suspirar.

- Entonceeees, ¿Golpean mucha gente cuando cuidan estos lugares?

- A veces, por lo general las personas que ya golpeamos se alejan al vernos, pero siempre aparecen nuevos, si algo pasa dejaré que te encargues -por mucho que me desagrade, ahora va a ser mi subordinado así que tengo que tratarlo igual que a los demás.

En la comisura de sus labios comenzó a formarse una sonrisa malévola al escucharme.

- Oh geni...

- Dámela -frene en seco y extendí la mano hacia él, había olvidado eso.

- Eh? -vio mi mano extendida con cara de confusión.

- La macana, sé que la tienes, dámela -le ordené sin bajar la mano.

- Pero... -con un pequeño puchero sacó el artefacto del bolsillo de su uniforme-. ¿Por qué? -Lo sigue manteniendo en su mano, esperando algún tipo de explicación lógica, la cual no le voy a dar.

- Mientras estés en mi división no la usarás.

- Que aburrido, ¿por qué no? -con el ceño fruncido y un puchero me entregó la macana.

- Porque yo lo digo -no tengo porque darle más explicaciones, aquí las órdenes las doy yo.

Me doy vuelta para seguir caminando.

- Oye espera... ¿No crees que pueda pelear sin esa cosa? -se acerca a mí por la espalda asomando su tonta cara por mi hombro.

- No lo creo, sé que no puedes pelear sin tu juguetito, tampoco sin la ayuda de tu hermano-. Lo mire de arriba a abajo.

Si algo no soporto es que se usen armas para pelear, es obvio quien va a ganar cuando las cosas son así y me parece deshonesto aprovecharse de eso e inmaduro, si no puedes ganar una pelea usando solo tu fuerza, acepta la derrota y ya, no hace falta golpear a alguien en la cabeza con un fierro.

- Me subestimas demasiado preciosa -se endereza para poner una mano en su cadera y me barre con la mirada de una manera muy descarada para mi gusto-. No tienes idea de las cosas que puedo hacer -detiene la mirada en mis pechos que, a pesar de estar vendados se notan grandes.

- ¿Eso tuvo algún tipo de doble sentido ? -no comprendo muy bien las indirectas.

- No lo sé, ¿Quieres que tenga doble sentido? Si me dejaras...

Ni siquiera dejé que terminara de decir la tontería que iba a decir porque de una patada en la cabeza lo deje en el suelo, boca abajo.

Nunca nadie me había hablado así y no me gusta.

- ¿Qué te pareció eso? La había estado practicando mucho -di un saltito de victoria, realmente la había estado practicando, no pensé que justo hoy iba a salir perfecto.

- Eh? -al parecer la patada que le di le reinicio el sistema.

- Mikey me la enseño... bueno de hecho no -recuerdo sus "enseñanzas"-. ¿Sabes? ese enano no podría enseñarle a nadie, él solo te golpea hasta que aprendes a defenderte de él -me puse de cuclillas frente a él, con una mano colgando de mi rodilla y con la otra sujeté su nuca y me acerque a su cara-. Y créeme cuando te digo que no gane mi posición en la Toman solo por ser bonita, tuve que esforzarme más que los demás, y si tú -aprieto más su nuca-. No vas a darme el respeto que merezco, te romperé las piernas y hare que te saquen de mi división, ¿Si fui clara? -sonreí sarcástica burlándome de su confusión por el golpe, tal vez con la concusión perdió la capacidad de entender el idioma, debo cerciorarme.

- Tan clara como el agua, capitán -sonríe mostrando la sangre que mancha sus blanco dientes.

Solo me arrepiento de no haberlos roto, a la próxima intentaré que la patada sea en su boca.

- Perfecto... y que quede claro que a mi me importa un carajo de dónde seas el rey, para mi solo eres un niñito caprichoso con mucho dinero y tiempo libre para hacer tonterías... en pocas palabras, no eres más que un inútil -deje caer su cara al suelto y me reincorporé-. Ahora sigamos -comencé a caminar ignorando las miradas de las personas a nuestro alrededor.


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Ig: Tuamigaalli


 𝑨𝒈𝒓𝒊𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆; Ran Haitani [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 #𝟭]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora