𝑨𝒈𝒓𝒊𝒅𝒖𝒍𝒄𝒆; Ran Haitani [𝗧𝗿𝗶𝗹𝗼𝗴𝗶𝗮 #𝟭]

Cap.19 (Segunda temporada)

Temari

Hoy vine a la pastelería un poco tarde, estoy muy ocupada con la boda, pero no es excusa para dejar a mis chicas solas aquí.

Cuando llegué me encontré con Naya, su turno está a punto de terminar.

Cuando entré a la cocina me puse el delantal y me até el cabello.

Cuando me vio entrar pareció un poco sorprendida.

—Hola desaparecida —sonrió con malicia—. ¿Cómo vas con tu boda?

La mesa de la cocina está llena de cupcakes y Naya les está poniendo crema.

—Todo va sobre ruedas —tome una de las mangas pasteleras y comencé a decorar algunos cupcakes—. Aunque son muchas cosas que planear en tan poco tiempo.

—Y tus amigos guapos irán? —se giró hacia mí poniéndose una mano en la cintura—. Podría tener suerte —levantó las cejas con picardía.

—Estás más que invitada, si lo que quieres es verlos —me encogí de hombros.

—¡Oye! No me malinterpretes, si quiero ver cómo te casas.

Le dediqué una sonrisa divertida.

—Pero...

—Pero no puedo contener la saliva en mi boca cuando veo a tus amigos —confesó sin pudor alguno.

Naya me agrada porque no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa.

No pude evitar carcajearme por eso.

—¿Cómo le está yendo a Runa? —pregunte con una sonrisa intentando cambiar el tema.

—Aprendió rápido —asintió con la cabeza, satisfecha—. Pero últimamente está muy estresada por sus exámenes.

—¿Ah sí? ¿Qué estudia?

—Enfermería, le demanda mucho tiempo por eso solo viene a trabajar medio tiempo.

—Si, me dijo eso.

Entiendo a la pobre Runa, mi hermana también vive estresada por la universidad.

Pasamos un par de minutos en silencio, cuando termine de decorar me puse a hacer mezcla para mochis, le llevaré algunos a Saori, tanto estudio y estrés le pasó factura y ahora sus defensas están bajas.

Siempre fue muy raro para nosotras enfermarnos.

Escuché la puerta de la cocina abrirse, cuando mire sobre mi hombro vi a Mizuki bostezando.

—Llegó la amargada —canturreo Naya.

—No sé cómo haces tú para ser tan feliz —la pelinegra la miró con ojos enterrados—. ¿Desayunas arcoíris en las mañanas?

—Algo así.

—Aja... Hola Temari —tomó su delantal—. ¿Cómo va tu boda?

—Muy bien, gracias por preguntar —le sonreí conmovida, a pesar de ser alérgica al amor le importa mucho cómo van los preparativos de mi boda.

—¿Me acompañaras a su boda? —Naya la miró con ojos suplicantes.

—Olvídalo —torció el gesto—. Estará lleno de gente.

—No habrá tanta gente como crees —negué con la cabeza—. Solo invité a algunos amigos.

—Muy guapos amigos —remarcó—.  Tal vez uno de ellos podría darte una buena follada y quitarte esa cara de amargada que tienes.

—Jamás, ningún idiota va a entrar en mi vagina.

Luego de unos minutos Naya se fue y Aoi llegó a su turno.