8. Confesiones nocturnas

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Tras el beso, el bochorno y una larga noche queriendo que se lo tragara la tierra decidió superar la situación

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Tras el beso, el bochorno y una larga noche queriendo que se lo tragara la tierra decidió superar la situación. No era para tanto. Besó a su prometido, vaya cosa. Racionalizarlo era sencillo pero una parte pequeña dentro de él chillaba que debía tener cuidado, estaba jugando con fuego y notaba como perdía el control de la situación a menudo. Por suerte era un experto haciendo oídos sordos a todo aquello que le molestara así que ignoró por completo esa pequeña preocupación enterrándola en su interior. Quedaban dos días para la boda. Solamente llevaba un mes viviendo en el castillo pero se había adaptado muy rápido a su nuevo hogar. Seguía prefiriendo las playas y el ambiente de Puerto del Sol pero teniendo en cuenta que había tenido que acostumbrarse a los monstruos y al frío consideraba que cualquiera le daría una palmadita en la espalda y brindaría por su genialidad.

Se fue a la alcoba de Zoro donde sabía que el sastre estaría haciendo las pruebas finales para la boda. Se había encargado de darle a Ivankov vía libre para añadir algo de color a su atuendo pues sospechaba que si le permitía escoger a Zoro iría enfundado en negro de pies a cabeza. En cuanto entró por la puerta pudo verle con la túnica que le había diseñado el sastre. Forrada en tonos amarillos y dorados, adornada con pequeños soles para obligarle a ir a juego y que llevase el blasón de la casa Vinsmoke de forma sutil. No llevaba camisa bajo la túnica por lo que pudo ver el torso desnudo de su prometido. Se sorprendió un poco al ver una gigantesca cicatriz que le atravesaba el pecho del hombro izquierdo a la cadera derecha pero no le disgustó. De hecho podía afirmar que apreciaba las vistas.

- Príncipe Sanji me alegra veros

- Lo mismo digo Ivankov, habéis hecho un buen trabajo. Ha quedado muy bien - dijo aproximándose para examinar la prenda de cerca

- No pienso llevar esto

- ¿No os gusta? - preguntó el sastre ofendido

- Demasiado colorido, además ¿creíais que no me daría cuenta de que llevo el sol de los Vinsmoke?

- Es un emblema bonito. Mucho mejor que el cuervo de la casa Roronoa ¿Hay algo que no sea sombrío? Hasta vuestro lema es macabro - comentó sentándose sobre la cama al lado de las muchas telas de muestra que Ivankov llevaba siempre consigo

- Es mejor que la mierda esa de fortuna, honor y gloria. Es un lema ridículo

- ¡Repite eso bastardo!

Zoro se giró y le miró serio.

- Es un lema ridículo. Casi tanto como vuestras cejas rizadas producto de la endogamia

A Sanji le hirvió la sangre e Ivankov al ver el ambiente caldeado decidió irse con discreción. Los últimos días en un intento por pasar página y restablecer el orden social de su relación con Zoro, que según él mismo era quedar siempre por encima del monarca. Sanji se había esforzado en picarle. Al principio el rey le ignoraba pero por desgracia para él aprendió rápido. Zoro le devolvía cada chanza, burla e insulto y debía reconocer que no se le daba mal del todo. Las únicas a las que todavía era algo reticente eran las bromas e insinuaciones carnales por lo que decidió recuperar el equilibrio de poder. Respiró hondo para calmarse y sonrió. Le devolvió la mirada mientras se ponía en pie y caminaba lentamente hacia él. Agarró las solapas de la túnica y las alzó lentamente, ajustándolas a su cuello. Se pegó al cuerpo ajeno todo lo que pudo, asegurándose de que sus rostros permaneciesen prácticamente pegados. No le miraba directamente a los ojos pero se encargaba de realizar respiraciones pesadas cerca de su cuello.

EL REINO DE LAS SOMBRAS (Zosan/Sanzo + 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora