48. Ladrones, bandidos y canallas

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El sol del mediodía pegaba con fuerza en Germa. Por suerte la brisa marina que se levantaba mientras navegaban hacía soportable el calor de esa tarde de verano. Trafalgar ejercía como capitán de la nave en la que se encontraban y sería el encargado de dejar a Zoro y a Robin en el próximo puerto junto a sus huestes para comenzar el despliegue e ir tomando las pequeñas ciudades de camino a la capital del reino.
Luffy había insistido en pertenecer junto al noble sureño y Zoro decidió concederle el capricho aunque comenzaba a arrepentirse. Haberle consentido implicó tener que compartir navío y aunque la travesía no sería larga Luffy le hizo sufrir todo el camino con sus burdos intentos de flirteo hacia Law desde primera hora de la madrugada. Se encontraba por primera vez en horas disfrutando del silencio en la proa del barco, alejado del resto, observando el mar aprovechando que Luffy había decidido investigar la nave hasta que Trafalgar se acercó a el turbando su momento de paz.

- ¿Os gusta? - preguntó muy sonriente mirando hacia el mar

- No está mal aunque no pensé que marearía tanto viajar en barco

- Lo cierto es que la mitad de vuestros hombres se encuentran descompuestos. Me alegra ver que os encontráis de una pieza

Zoro no le respondió, simplemente le ignoró esperando que volviese a dejarle solo nuevamente pero al parecer fue demasiado sutil pues Law permaneció a su lado aunque agradeció que por lo menos lo hiciese en silencio. Fue así hasta que Luffy se descolgó de una soga quedando colgado por el rabo, boca abajo a pocos centímetros de su rostro, asustándolo y haciéndole retroceder hasta casi caer por la borda.

- ¡Más cuidado!

- Perdona Zoro - comentó despreocupado y risueño mientras rascaba su cabeza - Os vi juntos pasándolo bien y quise unirme

Se soltó y cayó al suelo de pie aún sonriente. No tenía muy claro como podría verse desde fuera que lo pasaban bien mientras permanecían en absoluto silencio el uno al lado del otro. Más cuando con todas sus fuerzas deseaba quedarse solo. No le gustaba la gente demasiado y menos los desconocidos. Eso era Trafalgar para él. Un noble extranjero en el que no confiaba y muy probablemente jamás llegaría a hacerlo. A veces envidiaba la capacidad de Luffy para conseguir charlar con cualquiera. A él se le hacía extraño y constantemente tenía la sensación de estar haciendo el ridículo, sin embargo a su amigo le salía natural. No parecía costarle encontrar temas de conversación y mantener charlas amenas con cualquiera, sin que se sintiese el momento forzado o incómodo.

- ¿De qué hablabais? - preguntó sonriente mirando a ambos

- De nada en especial - respondió directamente Law con una sutil sonrisa - ¿Puedo haceros una pregunta?

- ¡Las que queráis Torao!

- ¿No os resulta doloroso colgaros así por la cola?

- No

- ¿Tiene sensibilidad? Perdonad la pregunta si es ofensiva pero os encuentro fascinantes

- ¿De verdad? - respondió emocionado. Era evidente que había decidido ignorar el plural y tomarse las palabras de Law como un cumplido personal - Sí claro que tiene - acto seguido la zarandeó ante el rostro de Trafalgar - ¿Queréis tocarla?

- ¿Puedo?

Luffy simplemente asintió con ímpetu y Zoro hizo rodar sus ojos. Sentía que sobraba por completo en el espacio. Su cabeza daba vueltas tratando de armar una excusa para largarse de ahí sin ser descortés o desagradable aunque tenía claro que si no se le ocurría algo pronto huiría sin decir nada.

- Fascinante - comentó Law estudiando el rabo con detenimiento - ¿Los dibujos a qué se deben? ¿Por qué se mueven?

- Son sombras

EL REINO DE LAS SOMBRAS (Zosan/Sanzo + 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora