EL REINO DE LAS SOMBRAS (Zosan/Sanzo + 18)

46. Trampantojo

En cuanto la instrucción terminó Zoro ordenó a Brook que llevasen a Trafalgar al despacho que había declarado como propio y salió de allí a paso rápido mientras Law permanecía ajeno a la que se le venía encima charlando con Luffy y Chopper. Sanji le siguió de cerca pero no fue hasta que llegó al despacho que se atrevió a decir nada por si Zoro estallaba por el camino.

- Ha sido una buena clase

- ¿Una buena clase? ¡Dijo que tenía a los cincuenta mejores marineros del reino y el muy desgraciado pone a su servicio a dar lecciones!

- Yo se navegar y te aseguro que esa gente también

- ¡No ha cumplido con su parte del trato! - dijo golpeando la mesa con el puño cerrado más que enfadado

Por desgracia no tuvo tiempo de replicarle. Llamaron a la puerta y Zoro hizo pasar a la vez que se sentaba sobre la silla tras el escritorio. Sanji se colocó a su lado mientras Law entraba al despacho.

- ¿Os ha gustado la instrucción? Creo que con dos o tres semanas de clases diarias mañana y tarde podremos zarpar hacia Puerto del Sol

- ¿Habláis enserio? Me prometisteis a los mejores navegantes del reino y me encuentro con vuestra copera como encargada de las lecciones Trafalgar, debería colgaros por esto

- Técnicamente dije que eran de los mejores navegantes del reino, no los mejores. No hay mentira alguna en ello majestad, en Germa todo el mundo sabe navegar a la perfección

Le dedicó una mirada interrogativa a Sanji que permanecía a su lado en silencio esperando que confirmase o desmintiese la afirmación.

- Es cierto que en el reino todo el mundo sabe manejar un navío pero de ahí a vender al servicio de vuestro palacio como grandes marineros hay un mundo mi señor

- Puedo aseguraros que vuestras huestes navegarán antes de que finalice el mes como si llevasen haciéndolo desde la más tierna infancia y que la armada de Germa pensará que son sus propios hombres los que llevan el timón e izan las velas

- Iréis en primera línea en el ataque con vuestros cincuenta y tres hombres

- Majestad con el debido respeto, son miembros del servicio no soldados

- Asegurasteis que navegaríais con vuestros propios blasones bajo mi mando y es una orden Trafalgar. Si son tan buenos como decís no tendréis problemas en evitar los cañonazos. Ahora marchaos

Law abandonó la estancia tras una breve reverencia y Zoro dejó caer su frente contra el escritorio frustrado.

- Nada me sale bien

- No te rindas todavía - dijo Sanji sentándose en el reposabrazos del asiento para frotar su espalda en señal de ánimo

- Por el momento tenemos cinco mil navíos frente a los ochenta mil que me dijiste que tiene tu familia. Aunque nuestro ejército de tierra sea superior ¿Cómo se supone que sitiaré la capital si mis barcos no sobreviven a la primera batalla?

- Dudo que ahora mismo tengan suficientes hombres como para sacar la flota al completo

- Estoy seguro de que aún así nos duplican en número, por no hablar de la experiencia en combates navales

- ¿Pretendes retirarte entonces?

- No, no puedo hacer eso. He llegado demasiado lejos

- Se te ocurrirá algo, ya lo verás - dijo besando su cabeza - entre los dos estoy seguro de que podremos montar una buena estrategia

Zoro no dijo nada más, simplemente frotó sus ojos cansado y le pidió a Sanji que se retirase. Se encontraba agotado, llevaba toda la mañana con jaqueca y la jugada de Law había sido la gota que colmó el vaso de su paciencia y optimismo. Permaneció encerrado en el despacho hasta el ocaso. Se dirigió a su alcoba con la esperanza de lograr dormir algo pero en cuanto apareció pudo ver a Perona sentada en una de las butacas de la estancia, frente a un gran ventanal con vistas al mar mientras jugaba con el niño.