18. Cumplir con el deber

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Se encontraba completamente angustiado por sentirse contra la espada y la pared

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Se encontraba completamente angustiado por sentirse contra la espada y la pared. No quería defraudar a su familia pero por otro lado tampoco estaba preparado. Desde su llegada solo había tenido contratiempos constantes que tuvo que capear como buenamente pudo por lo que tenía claro que no sobreviviría sin Zoro en el trono. Los nobles todavía eran reticentes a su presencia en el reino y tampoco es que quisiera destruir a toda la gente que vivía en paz bajo el reinado de Zoro. Tenía la certeza de que en cuanto su padre descubriese que eran raros los esclavizaría y vendería como piezas de colección por los cuatro reinos restantes. No le gustaba para nada esa idea y tampoco la de asesinar a Zoro. Pensó que podría hacerlo sin problemas pero él nunca había matado a nadie y mucho menos se veía capaz de asesinar a sangre fría al que ahora era su marido. Zoro era buena persona, le caía bien y se mentiría a si mismo si dijese que no estaba interesado en el monarca. No creía estar enamorado pero desde luego que empezaba a costarle imaginarse su día a día sin él.

Caminaba ansioso por el castillo tratando de calmar sus nervios a base de paseos erráticos hasta que llegó al salón del trono. Vio el inmenso trono de hierro ante él vacío y decidió sentarse pero a diferencia de la primera vez no le causó alegría alguna verse en el si no que una profunda tristeza se instauró en su pecho. No se sentía capaz de hacer lo que debía, no podía. Zoro se había portado bien con él al igual que Perona, sus amigos y consejeros. Mucho mejor que cualquier persona del reino Germa e incluso su propia familia. No es que tuviese una mala relación con sus hermanos pero tampoco buena, realmente no los conocía ni tenía intención de hacerlo. Lo poco que había visto de ellos es que eran sanguinarios y extremadamente interesados. Su padre por otro lado le despreciaba, siempre lo hizo y más desde que ejecutó a su madre. Según sus propias palabras le recordaba a ella y eso no lo soportaba. Aún así tenía la necesidad de complacerle y obedecía cada una de sus ordenes desde que le alcanzaba la memoria. Salió del salón del trono con la intención de retomar su paseo hasta que vio a Zoro junto a Nami y Chopper en uno de los patios cubiertos. Charlaba despreocupado con sus dos amigos, muy sonriente mientras escuchaba atentamente lo que el joven doctor le contaba. Contempló su ancha sonrisa y el gesto relajado en su rostro, muy distinto al habitual ceño fruncido que mostraba ante todos aquellos que no le agradaban o simplemente desconocía. Cuando se percató de su presencia y puso sus ojos sobre él le sonrió, inconscientemente devolvió el gesto y se acercó en cuanto Nami y Chopper se marcharon.

- Te veo muy contento ¿Ha pasado algo bueno?

- Nada en particular, solo charlaba con Chopper y Nami

- Los aprecias mucho

- Sí, son dignos de confianza y buenos amigos desde hace muchos años

- Llevo un par de días sin ver a Luffy por el castillo ¿ha salido?

- Sí, partió a sus tierras para estar junto a su abuelo y su hermano. Pasará allí unos días. Es el aniversario de la muerte de Ace y le gusta estar con su familia estos días

EL REINO DE LAS SOMBRAS (Zosan/Sanzo + 18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora