CAPITULO 3: ¿CÓMO HAS ESTADO PEQUEÑA?

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NARRA INUYASHA

El elegante restaurante estaba lleno de luz y bullicio, creando un ambiente perfecto para celebrar nuestro gran éxito al conseguir a los inversionistas para nuestro nuevo proyecto. Pedimos una botella de Champagne para brindar por nuestro gran éxito. El mesero, amablemente nos sirvió las copas.

-Bien... -tomé la copa mientras carraspeaba un poco- Después de días y noches de arduo trabajo, finalmente conseguimos captar a los mejores inversionistas para nuestro proyecto. Esto no lo habría logrado sin el apoyo de ustedes

-Inuyasha, tu eres la mente maestra en todo esto -dijo Sango emocionada

-Así es amigo, sin tu ingenio y tu liderazgo, no estaríamos aquí- agregó Miroku con una sonrisa.

-Gracias chicos. Aun así, debo reconocer el gran trabajo que realizaron -expresé con gratitud-. Así que... -Levanté mi copa, con una sonrisa sincera mientras miraba a mis amigos- Deseo que tengamos muchos más éxitos juntos y que nuestra amistad siga fortaleciéndose. ¡Salud!

Brindamos con entusiasmo, celebrando no solo nuestro éxito profesional, sino también la fortaleza de nuestra amistad y el espíritu de equipo que nos había llevado tan lejos. A pesar de que era una noche llena de alegría, llegaban a mi mente pequeños pensamientos fugaces sobre Kagome; algo dentro de mí albergaba una tenue esperanza de volver a verla.

-Chicos -La voz de Sango me sacó de mis pensamientos- ¿Qué les parece si para seguir celebrando nos vamos a un bar aquí cerca? -comentó con emoción

-Me parece perfecto -continuó Miroku- ¿Tú qué opinas, Inuyasha?

-Es una excelente idea, nos lo merecemos después de tanto trabajo. -respondí entusiasmado con la idea, permitiéndome olvidar por un momento los pensamientos que habían estado ocupando mi mente.

El mesero llegó con nuestra comida, la cual disfrutamos mucho. Luego, pedimos la cuenta y salimos del lugar con el ánimo en alza y nos dirigimos a mi auto. Iba distraído con mi celular cuando, de repente, tropecé con una chica. Por el impacto estuvo a punto de caer al suelo, pero logré sostenerla de la cintura para evitar que se lastimara. El contacto con ella me hizo sentir una corriente eléctrica recorriendo mi espalda. Cuando nuestras miradas se encontraron, una oleada de emoción y curiosidad me embargó.

-Gracias por ayudarme, Inuyasha. -dijo la chica con una tímida sonrisa

-¡Kagome! -dije sorprendido

Estaba lleno de emoción al encontrarme frente a Kagome en un momento en el que había perdido la esperanza de volver a verla. Miroku y Sango se quedaron asombrados por mi reacción, pero eso pasó a un segundo plano en ese instante; lo que realmente anhelaba era poder hablar con ella. No obstante, a medida que mi mente procesaba la escena, empecé a notar sutiles diferencias que no coincidían con mis recuerdos: su sonrisa, su voz e incluso la expresión de sus ojos, todo parecía distinto. Sacudí la cabeza y, en ese momento, la verdad se hizo evidente: no era Kagome, sino Kikyo. La solté de inmediato y retrocedí unos pasos.

- ¿Quién es Kagome? -Exclamó con furia- ¿Cómo te atreves a llamarme por ese nombre?

-Tranquilízate, Kikyo -mencioné con una profunda decepción en mi voz.

- ¿Que me tranquilice? Hace mucho que no nos vemos, y la última vez me rechazaste, probablemente por estar con esa tal Kagome -respondió con una gran amargura en su tono. No podía permitir que los celos infundados de Kikyo arruinaran nuestra velada de celebración.

-Entre tú y yo no hay nada. Te lo dejé muy claro la última vez -exclamé alejándome de ella. Lo que menos quería era iniciar un discusión que no tendría sentido-. Además, no tengo por qué darte explicaciones si salgo con alguien o no.

UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora