Narra Naraku
-Maldita sea, Suikotsu. Tienes que encontrar una solución inmediata. -Mi voz retumbó con frustración en mi oficina.
Con un gesto brusco, corté la llamada y lancé el celular contra la pared. La situación con las nuevas computadoras que el inútil de Taisho había desarrollado, me estaba sobrepasando; había encontrado errores a los que no les encontraba solución, errores críticos en los diseños que parecían imposibles de corregir. Suikotsu, mi mejor técnico en informática tampoco lograba encontrar una solución.
Inuyasha, Miroku y Sango demostraban una astucia que no esperaba, y eso solo avivaba mi furia. Ahora comprendía por qué Suikotsu no pudo influir en ellos cuando se infiltró como supuesto inversionista. No pudimos convencerlos de realizar los cambios necesarios para llevarlos al fracaso sin tener que intervenir directamente.
Mis pensamientos eran un torbellino de preocupación y enojo. Esta situación amenazaba con arruinar mis planes y mi reputación, y necesitaba una solución urgente antes de que todo se desmoronara por completo. En medio de todo este caos, la única manera de tranquilizarme era la voz de mi prometida, Kikyo. Para mí, ella era mucho más que una compañera; se había convertido en mi confidente, mi amante y la única luz en esta vida tan miserable. Su apoyo incondicional y su astucia eran mis mejores aliados en momentos como este. Juntos habíamos logrado infiltrarnos en Taisho's Tech, y, gracias a sus estrategias, habíamos logrado debilitar emocionalmente a Inuyasha, lo que, a mi parecer, nos daría más tiempo para solucionar los errores del proyecto. Confiaba plenamente en que, junto a Kikyo, encontraríamos una manera de salir adelante, incluso en los momentos más oscuros. Marqué a su número desde el teléfono de mi oficina.
-Naraku
-Kikyo, necesito que vengas a mi oficina de inmediato -dije, tratando de mantener la calma a pesar de mi creciente desesperación.
-Amor... -su voz se escuchaba agitada. Hubo un sutil suspiro al otro lado de la línea, como si tratara de controlar su respiración-. ¿Pasó algo?
-Solamente... necesito verte, eso es todo.
-Bien, tomo una ducha y en seguida voy para allá.
-¿Estás bien? -pregunté con genuina curiosidad al notar que su respiración seguía agitada- Te escucho... cansada
-S-si, estoy bien... estaba... estaba haciendo ejercicio. -respondió muy nerviosa. Kikyo era astuta y siempre mantenía sus secretos bien guardados. Sin embargo, en este momento, había algo en su voz que me hacía dudar.
-Está bien. -dije no muy convencido.- No tardes, por favor.
Colgué la llamada con un atisbo de preocupación. Había algo en la respuesta de Kikyo que no me dejaba tranquilo, algo que no cuadraba del todo. Sin embargo, no tenía tiempo para ponerme a pensar en eso. Los problemas se acumulaban frente a mí y necesitaba encontrar soluciones rápidamente.
-Kanna -llamé a mi secretaria a través del interfono, mi voz reflejaba claramente mi irritación.
-Dígame, señor
-Comunícame con el señor Koga Wolf
-Un momento, por favor.
Mientras esperaba a que mi secretaria conectara la llamada, repasé mentalmente las posibles soluciones a los problemas que enfrentábamos con el proyecto de las nuevas computadoras. Necesitaba nuevamente la ayuda del inepto de Koga Wolf para que contactara al agente de seguridad que nos ayudó con el robo de los archivos de la empresa de Taisho. Aunque, más que ayuda, estaba en la obligación de hacer lo que le ordenara, porque gracias a mí, él podía seguir pagando su maldita adicción, además de haberlo sacado del problema en que se había metido al intentar abusar de la novia de Taisho. No cabe duda de que mi relación con Koga eran más por conveniencia que por confianza mutua.
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UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINO
FanficKagome, decidida a proteger su corazón tras una herida pasada, se encuentra con Inuyasha en Tokio. Inicialmente, su encuentro es tenso y cargado de resistencia, pero el humor y la perseverancia de Inuyasha despiertan la curiosidad de Kagome, lo que...