NARRA INUYASHA
Kagome era una joven de inigualable belleza. Poseía una estatura promedio, su cabello de un tono oscuro que rozaba el negro azabache, caía en suaves y sedosas ondas que enmarcaban su rostro. Sus ojos, enigmáticos y de un profundo color chocolate, reflejaban una mezcla de determinación y curiosidad. Lleva puestos unos leggins, con una playera holgada que le llegaba hasta las piernas, lo que me impedía distinguir su figura.
Después de nuestra conversación un tanto extraña pero graciosa, la vi alejarse con rapidez, perdiéndola de vista en medio de la oscuridad de la noche. Mi mente estaba llena de preguntas y emociones encontradas, y no podía evitar pensar que este encuentro inusual había marcado el comienzo de algo que cambiaría nuestras vidas para siempre.
Tomé el camino de regreso a casa. A medida que avanzaba por las calles iluminadas por la tenue luz de las farolas, me encontré reflexionando sobre el encuentro con Kagome. Su mirada, llena de matices, me había dejado pensando en lo que podría estar ocultando detrás de esos ojos chocolate. Aunque apenas éramos unos desconocidos, sentía que nuestro destino estaba entrelazado de alguna manera, como si estuviera destinado a conocerla más a fondo. No podía evitar querer descubrir los secretos que guardaba su aparentemente inquebrantable exterior.
Ella era muy diferente a todas las chicas con las que había salido, sabía que no sería fácil ganarme su confianza. Sin embargo, ese pequeño punto era lo que me atraía hacia ella; necesitaba descubrir quién era Kagome.
- ¡Demonios! -dije molesto, llevando mi mano a la frente.
Me di cuenta de que ni siquiera le había preguntado su apellido y, lo que era más importante, no tenía su número de teléfono. No sabía absolutamente nada acerca de ella. Será difícil encontrarla en una ciudad tan grande.
Confieso que, en mis 28 años de vida, me he ganado la fama de mujeriego por mi habilidad para atraer a las mujeres. Siempre he tenido un sinfín de conquistas fugaces que terminaban con una noche de sexo. Pero, a pesar de esa vida despreocupada, siempre he sentido un vacío en mi interior. Todo lo que he vivido ha sido superficial, y nunca he logrado encontrar una conexión verdadera, algo que realmente llene ese espacio en mi corazón. Alguien a quien quisiera amar y proteger con mi vida si fuera necesario.
No podía creer que el destino me estuviera jugando una mala pasada, justo cuando había conocido a Kagome, se me había olvidado conseguir la información básica para estar en contacto con ella. Me enfoqué tanto en intentar acercarme a ella que olvidé todas mis estrategias de mujeriego para obtener sus datos; pero analizando la situación, no lo hubiera conseguido tan fácil, es más, estoy seguro de que Kagome no me habría dado ningún tipo de información más allá de su nombre, su aura misteriosa y reservada me lo dejaba claro. Suspiré resignado y continué mi camino reprochándome el grave error, pero decidido a encontrarla a como diera lugar.
- ¡Ey! Inuyasha -Escuché a lo lejos la voz de Miroku, mi mejor amigo.
- ¿Qué te trae por aquí, Miroku? -pregunté con desgano
Conocí a Miroku en la universidad; un auténtico seductor nato, el típico mujeriego que juraba nunca enamorarse porque creía que el amor solo era una trampa que te "amarra" a una sola persona. A pesar de nuestras personalidades muy diferentes, hemos sido amigos desde entonces, compartiendo innumerables historias de conquistas y desventuras. Me conocía tan bien que se dio cuenta de mi estado de ánimo.
- ¿Qué te pasa amigo? Te ves muy desanimado -preguntó con un poco de preocupación
-No es nada, sólo estoy un poco cansado después de correr -mentí. Estaba seguro de que si le contaba lo que había pasado con Kagome se burlaría de mí.
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UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINO
FanfictionKagome, decidida a proteger su corazón tras una herida pasada, se encuentra con Inuyasha en Tokio. Inicialmente, su encuentro es tenso y cargado de resistencia, pero el humor y la perseverancia de Inuyasha despiertan la curiosidad de Kagome, lo que...