CAPITULO 22: TODAVÍA NO TE OLVIDO

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Narra Inuyasha

-¡Inuyasha! -mi padre entró en la habitación observando todo el desastre que había a mi alrededor-. Hijo, ¿Qué... qué es todo esto?

-Acaso no lo ves -empecé a hablar de forma balbuceante e incoherente debido al alcohol-. Todo esto... es... lo que queda... de mi vida.

-Hijo, no puedes destruirte de esta manera - se sentó a mi lado, su voz era un eco lejano en mi mente nublada por la borrachera-. Tú madre está muy preocupada por ti.

-¿Ya encontraste a Kag? -pregunté sin darle importancia a sus palabras

-Sobre eso...

-Dijiste que... la encontrarías... - mi voz se quebró y mi mirada se desvió hacia la nada, incapaz de soportar la compasión en los ojos de mi padre.

-Sobre eso...

-Ni siquiera la has buscado, ¿verdad? -interrumpí, cortando cualquier explicación que intentara darme.

-Inuyasha, escúchame -mi padre intentó mantener la calma mientras hablaba-. Encontré a Kagome, pero...

-¿Dónde está? -Con gran dificultad me puse de pie, y un terrible mareo me hizo tambalear-. Tengo que ir a buscarla.

-Quizás ella no quiere regresar

-¡Eso es mentira! Kagome me ama, ella volverá conmigo -grité, mi voz resonó en la habitación vacía mientras luchaba por mantener el equilibrio.

Las lágrimas brotaron nuevamente, empañando mi visión mientras luchaba por aceptar la dolorosa realidad. Me negaba a creer que Kagome hubiera aceptado alejarse de mí sin ni siquiera aclarar las cosas. Lo que sea que haya visto o escuchado, era producto de una maldita trampa orquestada por Kikyo. Kagome tenía que saber la verdad, tenía que entender que nunca dejaría de luchar por nuestro amor.

-Inuyasha, necesitas enfrentar la realidad. Kagome ha seguido adelante con su vida, y tú debes hacer lo mismo -mi padre me miró con tristeza.

-¡No! No puedo aceptarlo, ella es mi todo, mi razón de ser -mis palabras se ahogaron en un sollozo, y me dejé caer en el suelo, sintiendo el peso de mi desesperación aplastándome.

-Hijo, escúchame -mi padre se arrodilló a mi lado, colocando una mano reconfortante sobre mi hombro-. Sé que esto es difícil de aceptar, pero debes seguir adelante. -En ese momento me entregó un sobre y lo miré a los ojos-. Tienes mucho por lo que vivir, mucho por lo que luchar.

-¿Qué sentido tiene seguir adelante si Kagome no está a mi lado? -mi voz sonaba hueca y desesperada, incapaz de encontrar consuelo en las palabras de mi padre. La idea de un futuro sin ella era simplemente insoportable.

-Deberás aceptar la realidad y continuar con tu vida. -Las palabras de mi padre me golpearon como un tsunami, arrasando cualquier atisbo de esperanza que quedara en mi corazón destrozado.

Miré el sobre que me había entregado, ¿Qué podría haber dentro? Seguramente la explicación lógica del por qué mi padre aseguraba que Kagome no regresaría. No estaba seguro de si quería abrirlo y enfrentar la verdad que podría contener.

-¿Para qué me diste esto? -pregunté con voz ronca, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse una vez más.

Mi padre me miró con tristeza, como si lamentara tener que hacerme enfrentar esta nueva tormenta emocional.

-Porque necesitas saber la verdad, Inuyasha. -Su voz era suave pero firme.

-¡No! -grité y aventé el sobre a los pies de mi padre-. Sólo dime en dónde está Kag y yo me encargaré del resto.

UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora