CAPITULO 14: ENTRE SOMBRAS Y PROMESAS

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Narra Kagome

Un ligero cosquilleo sobre mi mejilla me despertó; sonreí ligeramente y sin abrir los ojos me aferré a los brazos de Inuyasha. Sin embargo, algo no cuadraba. Sus dedos recorrieron mi espalda y sus caricias llegaron hasta mi pierna, pero se sentían totalmente extrañas, como si quemaran mi piel. Fue en ese momento que abrí los ojos y me encontré con una mirada helada, llena de odio; era Koga.

El azul intenso de su mirada ahora estaban llenos de malicia. Su mirada perforaba la mía, y su presencia se mezclaba con la oscuridad de la habitación. Su odio se reflejaba en cada gesto, y su presencia alteraba la paz que Inuyasha me proporcionaba.

-Hola, preciosa -murmuró dándome un beso en la raíz de mis cabellos-. Te dije que un día serías mía.

-Suéltame -supliqué, luchando contra su agarre.

-¿Pensaste que te librarías de mí tan fácilmente, Kagome? -susurró con voz ronca.

Se subió a horcajadas sobre mi y comenzó a besarme. Aunque intenté liberarme, la fuerza de Koga era abrumadora. Sentí sus labios llegar hasta mi oído y susurró

-Te haré gritar como nunca, y tu querido Inuyasha será testigo de cómo lo vas a disfrutar. -expresó con gran resentimiento.

Inuyasha estaba frente a la cama, atado a una silla, un pañuelo sobre la boca, su rostro marcado por golpes y sangre, con lágrimas de desesperación en sus ojos mientras luchaba por liberarse. Koga soltó una carcajada llena de malicia, rasgó mi ropa y besó mi cuerpo; sentí que se acercaba el fin de mi vida; por más que intenté alejarlo no podía. El peso de su cuerpo sobre el mío me impidió seguir moviéndome.

Lograba escuchar los quejidos de Inuyasha mientras fallaba en sus intento por liberarse de aquel amarre. Un golpe en seco se escuchó en la habitación, Koga volteó y se río al ver a Inuyasha tirado con la silla en el suelo.

-Espero que disfrutes de escuchar a tu novia gritar como una zorra. -comenzó a decir mientras se desabrochaba el pantalón.- La voy a follar tan duro que nunca más se atreverá a acostarse contigo.

Sus palabras me dieron mucho miedo y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Abrió mis piernas bruscamente y de una sola estocada me penetró, haciéndome gritar de dolor y de indignación.

-¡INUYASHAAAAAA!

Narra Inuyasha

-¡INUYASHAAAAAA! -El grito horrorizado de Kagome me despertó de inmediato. Estaba teniendo una pesadilla, en su rostro se reflejaba el miedo y la desesperación.

-Kagome, tranquila. Estás a salvo. -susurré tratando de despertarla.

La abracé con fuerza, tratando de calmarla mientras sus ojos se abrían abruptamente. Su cuerpo temblaba y su respiración estaba totalmente agitada; cuando me miró, sus lágrimas comenzaron a caer descontroladamente.

-Era Koga. -dijo entre sollozos- te había golpeado y quiso...

-Pequeña, fue solo una pesadilla. -Besé su frente tratando de brindarle seguridad- Todo está bien, estás conmigo.

Asintió en silencio y ocultó su rostro entre mi pecho. El llanto gradualmente se calmó hasta que soltó un suspiro profundo. Kagome no había logrado conciliar el sueño en toda la noche, y cuando finalmente lo hizo, la maldita pesadilla con Koga la despertó atemorizada.

La rabia brotó en mí al recordar su pasado y cómo, en el presente, Koga se encargó de desmoronar su paz y tranquilidad, dejando cicatrices en su amor propio. La culpa me envolvió en ese momento.

UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora