CAPITULO 32: INTRIGA Y REVELACIONES

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Narra Kikyo

Las últimas palabras de Naraku antes de cortar su llamada con Inuyasha, retumbaron en mis oídos como un eco siniestro: "tu mujercita y tu bastardo se mueren". Kagome está embarazada, y enterarme de esa manera me hizo sentir una pesadez en mi cuerpo mientras el recuerdo de mi propio embarazo interrumpido en el pasado se entrelazaba con la preocupación por ella y su bebé.

Recordé el momento en que descubrí que estaba embarazada de Naraku, un giro del destino que nunca imaginé enfrentar. En aquel entonces, el miedo y la incertidumbre se apoderaron de mí. No estaba preparada para ser madre, la sola idea de traer una vida al mundo en medio de aquella inestabilidad que atravesábamos me aterraba.

Pero a pesar de mis temores, una parte de mí se aferraba a la esperanza, a la felicidad y a la posibilidad de que este nuevo ser pudiera traer luz a nuestras vidas, de que pudiéramos salir adelante juntos. Sin embargo, aquel sueño se desvaneció cuando Naraku reveló su verdadera naturaleza.

Flash Back

-Hola, princesa -Naraku me saludó con un dulce y tierno beso en los labios

-Hola, amor -respondí con una amplia sonrisa.

Mi corazón palpitaba con una mezcla vibrante de emoción y nerviosismo. Hacía apenas una semana que había descubierto que estaba embarazada. Mi alegría era inmensurable; faltaba solo un mes para mi boda, y ahora, con la llegada de un bebé, mi anhelo de formar una hermosa familia finalmente se estaba materializando. Inspiré profundamente, llena de determinación, lista para revelar la noticia que transformaría nuestras vidas por completo.

-Naraku -comencé, con voz temblorosa pero llena de esperanza-, tengo algo muy importante que decirte. -Respire profundamente buscando el valor necesario para darle la buena noticia-. ¡Vamos a ser padres! -exclamé con gran emoción.

Observé su rostro atentamente, buscando cualquier signo de la alegría que yo sentía. En su lugar, el silencio se extendió entre nosotros, vi cómo su sonrisa se desvanecía lentamente, reemplazada por una expresión inexpresiva que no lograba descifrar. Mi corazón comenzó a latir más fuerte, cuando sus ojos finalmente se encontraron con los míos, pero no con la calidez de siempre. Su voz, cuando habló, carecía de cualquier entusiasmo.

-¿Estás segura de lo que me estás diciendo, Kikyo? -preguntó fríamente.

-S-sí, estoy completamente segura -respondí, tratando de mantener la compostura, aunque mi corazón se desmoronaba con su reacción distante-. Mi amor... ¿no estás feliz? -pregunté en medio de un susurro temeroso.

Él tardó en responder, como si las palabras le costaran más de lo usual. Finalmente, su voz rompió el silencio, fría y desprovista de la calidez de antes.

-Feliz, ¿por qué debería estarlo? Esto complica todo. No estamos en posición de traer una vida a este caos. Deberías haber sido más cuidadosa. -Sus palabras me golpearon como una ráfaga de viento helado, dejándome sin aliento. -Sabes perfectamente que no he logrado consolidar mi empresa, y si seguí adelante con la idea de la boda es porque tú estás muy entusiasmada, pero éste no es el mejor momento.

Quería encontrar las palabras adecuadas para responder, para hacerle ver cuánto significaba esto para mí, cómo podría unirnos más que nunca. Pero la frialdad en su tono y la distancia en su mirada me lo impedían. Me sentía desconcertada y dolorosamente sola en un momento que había pensado compartiríamos con alegría.

-Pero... pensé que podríamos ver esto como una señal, una razón para luchar por un futuro mejor juntos. -finalmente respondí con desesperación

UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora