Narra Naraku
Enero, 2017
El día estaba soleado, el clima perfecto para ir caminando a la universidad. Había quedado de acuerdo con Inuyasha y Miroku encontrarnos en la biblioteca del campus para dar inicio al diseño de nuestro proyecto final, el último desafío antes de obtener nuestro título.
Al caminar por las calles que conducían a la universidad, mi mente vagaba entre pensamientos sobre lo que este proyecto significaba no solo para mi carrera académica, sino para mi futuro. Sabía que el éxito de esta tarea no solo dependía de la precisión académica, sino también de la habilidad para trabajar en equipo, algo en lo que, confieso, no siempre había sido el mejor.
La posibilidad de fallar en esta presentación no era algo que pudiera permitirme; necesitaba, a toda costa, graduarme con los más altos honores para concretar el sueño de establecer mi propia empresa. En mi vocabulario, la palabra "fracaso" simplemente no existía, lo que significaba que debía emplear todos los medios necesarios para asegurar mi éxito, sin importar el costo o a quién pudiera perjudicar en el proceso. Comencé a considerar opciones que nunca antes habría contemplado; entre ellas, la más arriesgada, pero potencialmente la más efectiva, surgía una idea que me llenaba de un profundo conflicto interno.
Llegué a la biblioteca y ahí estaba Inuyasha y Miroku esperándome, entre libros y computadoras, leyendo, haciendo anotaciones. Me acerqué a ellos decidido a exponerle la solución para nuestro proyecto.
-Hola muchachos. -saludé efusivamente tratando de ocultar mi nerviosismo.
-Hola, Naraku -respondieron al unísono.
-¿Listo para continuar con el proyecto? -preguntó Inuyasha. Tomé asiento frente a ellos, consciente de que lo que estaba a punto de sugerir podría cambiar la dinámica de nuestro equipo para siempre.
-Chicos, he estado pensando mucho sobre nuestro proyecto final y cómo podemos asegurarnos de que no solo cumplamos con los requisitos, sino que realmente nos destaquemos. -Comencé, intentando sonar lo más convincente posible. Ellos me miraron con duda-. Creo que tengo una propuesta que podría interesarnos a todos y ayudarnos a obtener los más altos honores.
Inuyasha y Miroku intercambiaron miradas, evidentemente intrigados. Me incliné un poco hacia adelante, bajando la voz como si estuviera a punto de revelar el secreto más grande del mundo.
-¿Qué dirían si les propongo que tomemos el trabajo de alguien más? Alguien que lo haya presentado años atrás y obtuviera el más alto puntaje de toda su generación. Podemos analizarlo y hacer las modificaciones necesarias para que pase como nuestro.
Observé detenidamente sus expresiones, tratando de descifrar su postura ante mi propuesta. Lo que sugería era, sin duda, un atajo moralmente dudoso, un sendero lleno de riesgos que, si se descubría, podría no solo manchar nuestra reputación sino también poner fin a nuestras aspiraciones profesionales antes de siquiera despegar. No obstante, la urgencia por cimentar mi futuro me había empujado a explorar todas las opciones posibles, incluso aquellas que rozaban los límites de la ética.
-¡Estas loco, Naraku! -exclamó Miroku con un tono lleno de sorpresa contenida que no lograba ocultar su asombro.
-¿Sabes que eso nos puede traer muchos problemas? -continuó Inuyasha cerrando con firmeza uno de los libros que había estado consultando-. Tenemos ideas sobresalientes, Naraku. Podemos obtener las mejores calificaciones con nuestro propio esfuerzo. -afirmó con convicción.
-¿Se han puesto a pensar en lo que pasaría si el día de la presentación ese proyecto fracasa? También sería el fin de nuestra carrera - repliqué, enfatizando cada palabra para resaltar la gravedad de mi preocupación-. Yo, por mi parte, no puedo permitirme ese lujo. Necesito garantizar mi futuro a toda costa.
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UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINO
FanficKagome, decidida a proteger su corazón tras una herida pasada, se encuentra con Inuyasha en Tokio. Inicialmente, su encuentro es tenso y cargado de resistencia, pero el humor y la perseverancia de Inuyasha despiertan la curiosidad de Kagome, lo que...