CAPÍTULO 8: CONFESIONES

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Narra Kagome

Desperté con una sensación extraña, como si mi cabeza estuviera flotando en una nube de algodón. La cama era sorprendentemente cómoda, y las sábanas suaves me envolvían con ternura. Mantuve los ojos cerrados, sumergiéndome en esa placidez. El aire llevaba consigo un sutil aroma a café, creando una atmósfera acogedora que contrastaba con el habitual olor a lavanda de mi habitación.

Abrí los ojos lentamente, parpadeando contra la luz que se filtraba por las cortinas. Para mi sorpresa, no reconocí la habitación y un escalofrío recorrió mi espalda al darme cuenta de que no estaba en mi casa. Observé a mi alrededor en busca de detalles que pudieran darme indicios de mi ubicación, pero no encontré nada concreto. Solo percibía un ambiente acogedor, con las paredes pintadas en tonos cálidos que ofrecían una sensación de calma.

Mis recuerdos empezaron a regresar lentamente, recordando la confesión con Inuyasha, la mezcla de emociones, el beso y las caricias apasionadas. Fue en ese momento que la realidad de la situación me golpeó como una ola; estaba en la habitación de Inuyasha Taisho. Me incorporé de golpe, y la ansiedad se apoderó de mí: estaba en ropa interior ¿Dónde estaba el resto de mi ropa? Y, ¿Cómo había llegado a su habitación?

Con cautela, me levanté de la cama. Mis pasos eran silenciosos mientras recorría la habitación en busca de mi vestido, y lo encontré tirado al pie de la cama, y la angustia creció en mi pecho mientras la incertidumbre se intensificaba. Intenté recordar los eventos de la noche anterior, pero mis recuerdos eran fragmentados, como piezas de un rompecabezas que se resistían a encajar.

Flash Back

-No quiero estar sola esta noche -confesé tímidamente aun acostada sobre la alfombra. Inuyasha me acarició el cabello con ternura y asintió.

-Entonces, no estarás sola. Permaneceré contigo toda la noche.

Inuyasha me cargó entre sus brazos en forma nupcial y me llevó hacia su habitación. Me recostó suavemente en su cama y se acomodó a mi lado.

Fin Flash Back

Me puse el vestido y me senté a un lado de la cama intentado controlar mi ansiedad, pero por más que quisiera, no lograba tranquilizarme y mucho menos podía recordar; difícilmente pude visualizar un beso entre Inuyasha y yo.

-¿Por qué no puedo recordar? ¿Qué pasó anoche? -dije con gran preocupación

Apreté mis sienes, como si al hacerlo pudiera exprimir la verdad de mi memoria. Las imágenes seguían siendo borrosas, y la incertidumbre se aferraba a mi mente. El corazón latía con fuerza, una mezcla de ansiedad y confusión que nublaba mi capacidad de entender lo que había sucedido. La habitación, que antes irradiaba calidez, ahora parecía contener preguntas sin respuestas. De pronto, otras imágenes un poco más claras lograron llegar a mi mente.

Flash Back

-Inuyasha

-Dime -me miró a los ojos y me perdí en el dorado de su mirada

-Hazme mujer -solté de golpe.

-¿Qué? -dijo incrédulo

No podía creer lo que le estaba pidiendo, sólo se quedó en silencio por un momento, procesando mis palabras. La sorpresa y la incredulidad se reflejaban en su rostro.

-Kagome, ¿entiendes lo que me estás diciendo? -preguntó finalmente, con cautela.

Sin pensarlo dos veces, me abalancé hacia él y lo besé. Fue un impulso, una manera de desafiar la confusión que se había apoderado de mí. Inuyasha respondió al beso con sorpresa inicial, pero luego se dejó llevar por el momento.

UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora