CAPITULO 13: YO TE PROTEGERÉ

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ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas muy fuertes y expresiones subidas de tono.

Narra Kagome

La tarde fue muy amena y divertida. Mis nervios iniciales se habían disipado conforme avanzaba el tiempo, y por el cálido recibimiento de la familia de Inuyasha; me sentí como si estuviera en mi propia casa, y a pesar de ser una familia con un apellido importante, en ningún momento me hicieron de menos, al contrario, me trataron como alguien más de la familia.

-Ya estás más tranquila, ¿Cierto? -La voz de Inuyasha me sacó de mis pensamientos

-Si, tu familia me trató muy bien. Y tú mamá es un verdadero amor.

Rio ante mi comentario y mientras compartimos una risa cómplice, la noche se extendía ante nosotros; la luz de la luna iluminaba el camino mientras Inuyasha conducía hacia mi departamento. Al llegar, nos despedimos con un largo beso; Inuyasha mordió suavemente mi labio inferior, dejando un rastro de pasión en el aire.

-Nos vemos mañana, mi pequeña. -Susurró con ternura.

-Hasta mañana, amor.

Lo vi alejarse perdiéndose entre la luz de la luna, y aunque la noche se volvía más silenciosa, mi corazón resonaba con la calidez de los momentos vividos. Subí hasta mi departamento con una gran sonrisa en mi rostro, la cual se borró de inmediato al abrí la puerta y encender las luces.

-¿Qué haces aquí? -pregunté muy sorprendida y asustada a la vez- ¿Cómo entraste, Koga?

-Se te olvida que me diste la llave de tu departamento, querida Kag. -Respondió con sarcasmo, sentado cómodamente en el sofá.

-Y piensas que soy tan estúpida cómo para no cambiar la chapa de la puerta. -mi molestia era evidente, y aunque los nervios quisieron traicionarme, pude ocultarlo muy bien-. Dime ¿Cómo demonios entraste?

-Eso es lo de menos, "pequeña". Así es como te llama ese imbécil, o ¿Me equivoco?

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, ¿Cómo sabía que Inuyasha me llamaba "pequeña"? Mis pensamientos se agitaron en un torbellino de confusión y preocupación intentando adivinar desde cuándo nos vigila y peor aún, ¿Por qué lo hacía?

-No tienes derecho a entrar aquí, Koga, y menos sin mi permiso. -Mi tono fue firme, aunque mi corazón latía con fuerza.

-Vamos cariño, estoy aquí porque aún te extraño. -La nostalgia en su voz intentaba ablandar mi postura, pero yo no cedí.

-Eso no te da derecho a irrumpir en mi vida, nuestra historia quedó en el pasado. -Respondí con determinación, manteniendo una distancia segura.

-Kagome, aún siento algo por ti y no puedo simplemente dejarlo ir. -Sus ojos intentaban buscar complicidad, pero solo encontraron firmeza en los míos.

-Lo siento, pero necesitas marcharte. -señalé hacia la puerta- No hay lugar para ti aquí.

Koga no apartaba su mirada de la mía, como si buscara alguna huella del amor que alguna vez sentí por él. Sin embargo, ya no quedaba nada de ese sentimiento; solo quedaban las cicatrices del dolor, el sufrimiento, las inseguridades y los miedos que me llevaron a cerrar mi corazón. Gracias a Inuyasha, he logrado sanar esas heridas poco a poco y entregarme por completo a un amor más genuino.

Enfrentarlo en mi departamento se volvía un desafío, pero el aliciente era claro: la fortaleza que encontraba en la conexión con Inuyasha. Sus brazos protectores y su amor incondicional me daban la fuerza necesaria para superar cualquier sombra del pasado.

UN ENCUENTRO QUE CAMBIÓ MI DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora