1. momento de prueba

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La vida de Magnolia no había sido muy tranquila.

Ella suele decir que empezó mal, al nacer de una madre soltera, sola en el mundo, que murió por complicaciones del parto.

Algunos piensan que tuvo la bendición de encontrar a los Walker, mas ella siempre supo que aquella era una maldición.

Fue criada para lucir bien en las fotos de la familia mas poderosa de todo Chile, pero nunca para interactuar con ella mas allá de lo estrictamente necesario. Su madre no era una madre y su padre no era un padre, ese rol lo cumplía un ejército de empleadas que se encargaban criarla y llevarla por buen camino. Nunca pasó con ellas más de un año, por lo que no había tiempo de encariñarse.

Como ven, aquella vida no podía ser fácil bajo ninguna lógica, y si le agregamos la rebeldía innata de Magnolia, tenemos aún más conflictos de los que nos podríamos imaginar.

Lo cierto es que apenas pudo escapar de esa forma de vida, con la excusa de estudiar en el extranjero, lo hizo. Estudió Cine con una mención en maquillaje de efectos especiales en España, donde conoció a J.A Bayona en una clase que este dio en su facultad.

Aquello la llevaba acá, a este momento en el que veía impresionada el correo que le acababa de llegar con la propuesta de trabajo que le había hecho su antiguo profesor, ahora que había sacado su título.

Releyó el título de la película unas diez veces, pues sonaba increíble.

"La sociedad de la nieve"

Había escuchado sobre aquel accidente de los rugbiers en Los Andes algunas veces. En Chile siempre se recordaba el momento del rescate.

decidida contestó su correo.

"Hola Jota.

Por supuesto que me encantaría ser parte de este proyecto. ¿Cuando puedo empezar?

Iré comenzando mi investigación desde ahora.

Saludos.

Magnolia Walker"

Hizo un gesto de rechazo al ver su apellido, era inevitable no relacionarlo a esas personas que se hacían llamar sus padres.

Suspiró para mandar el correo y luego empezar a investigar todo lo que pudiera sobre aquel accidente.

Nunca supo muy bien su valor fuera de su apellido. El maquillaje había sido la única cosa en la que había resultado buena, pero no había podido probarse a si misma si era realmente algo a lo que valdría la pena dedicarse o no. Nadie jamás pensaría que una Walker tendría el autoestima en el suelo.

Esa noche investigó todo lo que pudo sobre el accidente. Abrió un power point en el que empezó a poner fotos de cada sobreviviente, agregando fotos de su vida antes, durante y después de la tragedia.

Había un montón de cosas con las que trabajar, por lo que se alegró muchísimo cuando Jota le dijo que fuera a primera hora en la mañana para que el resto de la producción evalué su trabajo y de paso, convenza a todos de que era más que apta para el trabajo. Las palabras "más que apta" hicieron a Lía tener escalofríos.

A la mañana siguiente, las pocas horas de sueño le habían afectado de manera visible en la cara, disimuló sus ojeras con corrector de distintos colores para que se camuflara con el tono de su piel -ventajas de ser maquillista al fin y al cabo- puso un poco de rubor y salió a la dirección que le mandó Jota.

Madrid estaba decorado entero con temática navideña, es lo que tiene diciembre por estos lados, parafernalia por la navidad y un frío terrible al que Lía, aún no se acostumbraba. Aunque hubiera pasado ya cuatro años en esa ciudad añoraba los veranos a fin de año.

el tesoro || agustín pardellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora