8. tal vez

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El agua tibia que los envolvía parecía ser un refugio de todo lo difícil. Lía se dejó llevar en el beso, disfrutando de sentirse querida y deseada.

Estaban tan ensimismados que no se dieron cuenta de cierta presencia fuera del recinto de la piscina, que los veía con ojos furiosos.

Agustín había decidido aprovechar la piscina temperada del hotel para dar unas cuantas vueltas nadando y así despejarse un poco, de la grabación y de Magnolia.

Sin embargo, lejos de encontrar calma, se encontró con algo que no podía tolerar.

Se fue de inmediato del lugar, luego de ver aquel beso, jurando que no permitiría que la situación interfiera con su trabajo.

Los días pasaban, y si bien Enzo seguía siendo tierno, atento y cariñoso con Lía, Agustín se había distanciado por completo de ella.

La chica se encontraba en una encrucijada. La presencia de Enzo era muy especial para ella, pero no podía evitar pensar en el rubio. ¿Qué hizo para merecer su indiferencia?

Su cabeza estaba cargada de dudas, y mientras realizaba todo su trabajo del día, mientras escuchaba las indicaciones de Montse, se notaba lo apagada que estaba. Esto no pasó desapercibido para Paula, que apenas tuvo un momento libre entre escenas, habló con su amiga.

— ¿Y a vos que te pasa?
— Nada, no te preocupes.
— Claramente te pasa algo, dale.

Magnolia aprovechó que estaban en la sala de maquillaje solas para pedirle un consejo a su amiga.

— Agustín lleva días sin hablarme casi.— sinceró— Y no se que hice para que se porte así, pero me tiene angustiada.

La mayor asintió y pensó un poco.

— ¿Sabés que hice cuando empecé a sentir cosas por el chico con el que estoy saliendo ahora?

Magnolia abrió los ojos exageradamente.

— ¿Estás saliendo con alguien?
— Eso no es lo que importa ahora.— dijo la actriz, restándole importancia— Lo que importa es que cuando él empezó con esto de no decirme lo que le pasaba, fui a su habitación y le exigí que fuera sincero conmigo.

Magnolia aún no reaccionaba por completo.

— ¿Habitación?, ¿es del cast?
— No te estás concentrando.
— Perdón.
— El punto es que en cuanto le exigí explicaciones de manera directa, me dijo la verdad, que le gustaba pero que no sabía cómo decirlo.— dijo ella, casi como si lo recordara vívidamente— El chape que se ganó después de esa confesión... digamos que quedó satisfecho.

A pesar de que aún tenía dudas respecto a este misterioso- no tanto- chico del que hablaba su amiga, Lía sabía que ella tenía razón en algo. Debía confrontar de manera directa a Agustín.

— Seguiré tu consejo, lo confrontaré.
— Genial.
— ¿Ahora sí me dirás quién es el afortunado?
— Agus...— dijo casi en un suspiro.

Magnolia se quedó inmóvil, mirando a su amiga con miedo. Cuando Paula salió de su ensoñación y vio la cara de su amiga, agregó el contexto necesario.

— No por dios, no tú Agustín, Agus Della Corte.

Lía sintió el aire volver a sus pulmones.

— Pero Pau, ¡Todos le dicen Della!— exclamó — ¿Cómo me asustas así?
— Bueno, perdón, para mi es Agus.

La maquillista siguió hablando un rato más con su amiga, pidiéndole explicaciones respecto a su romance secreto con Della.

Finalmente decidió ir al cuarto que compartían Enzo, Matías y Agustín, para pedirle explicaciones al último de una ver por todas.

Lía entró en la habitación con determinación, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Encontró a Agustín sentado en su cama, perdido en sus pensamientos, mientras Matías y Enzo jugaban cartas en la otra esquina de la habitación.

— Agustín Pardella.

El nombrado miró confundido.

— ¿Magnolia Walker?
— Me vas a decir de una vez lo que está pasando entre nosotros.

Matías y Enzo, que al parecer no habían sido notados por la chica, miraron la escena interesados.

El rubio miró confundido.

— No sé de qué hablás, Lía.
— De que hace días que me evitas y me ignoras, Agus.— dijo ella, el dolor de colaba un poco en su voz— ¿Qué hice mal?

Agustín bajó la mirada y suspiró.

— Nada, nada, Lía.
— Claramente algo pasó.
— Te digo que no hiciste nada.
— Entonces dime porque mierda actúas...
— ¡Los vi besarse en la piscina!— exclamó Agustín.

La chica miró con confusión a su amigo.

— ¿Y que tiene que ver eso?

Agustín no pensó dos veces lo que diría a continuación.

— Que me puse celoso, eso tiene que ver.

La chilena miró incrédula al rubio.

— Qué audacia, la verdad.— dijo ella— Se ponía celoso de su amiga.

Soltó una carcajada irónica y se fue del lugar.

Agustín quedó confundido, pero por suerte su amigo Matías estaba ahí para explicarle.

— Está enojada porque a ella le gustás hace tiempo, y vos te has dedicado a decirle que no pueden ser más que amigos.— dice él.

El chico quedó perplejo.

no, no le puedo gustar, ella tiene que estar con un pibe de su edad.
bue, ni que fuera una nena pequeña y vos un viejo de mierda. si ella tiene mi misma edad.

El rubio negó con la cabeza.

— No lo entendés.
— Claro que no lo entendemos.— se metió Enzo— Lo único que entiendo yo es que una de las minas más espectaculares que vi alguna vez esta loca por vos, y ¿vos que hacés?, rechazarla y ponerte celoso, todo porque crees que la diferencia de edad es muy grande, bueno, ¿quién es el maduro y quien no en esta situación?

Agustín escuchó todo eso, coincidía con Enzo. No es entendible escuchado de esa forma.

Lía era una chica independiente, que según sus conversaciones buscaba las mismas cosas que él. Además era una mujer adulta, que hace tiempo puede decidir lo que quiere y lo que no.

Quizá todo era solo miedo. Miedo de él a hacerlo mal, miedo de convertirse él en alguien con poder sobre ella, miedo de no ser una buena pareja...

— Estás sobre pensando.— advirtió Matías
— Yo... no rechacé a Lía.
— ¿En serio eso es lo único que te quedó de esta charla?— cuestionó Vogrincic.
— No, sí te escuché, pero me preocupa que ella piense que yo la rechace cuando... en realidad yo pensaba que el rechazado sería yo.

Enzo y Matías se miraron y decidieron dejarlo a solas con sus pensamientos.

Agustín se replanteaba todo lo que había hecho hasta ese momento.

Tal vez si tenía derecho a quererla.

Tal vez no había nada de malo ahí.

Tal vez.

el tesoro || agustín pardellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora