Magnolia solía pensar que lo último que querría ser en la vida, sería ser una niña mimada. Por lo tanto pasó mucho tiempo de su vida aprendiendo a cocinar, viendo a las empleadas de la casa hacer las camas, lavar la ropa y limpiar para así tener un conocimiento básico de lo que ello era.
Cuando empezó a vivir sola se las pudo arreglar bastante bien. Pero no podía negar que había extrañado esto, el bajar al comedor y tener delante suyo un desayuno ya armado.
— ¡Rosita!, no sabía que aún estabas aquí— dijo Lía al ver a la empleada.
Rosita fue su última nana, desde los 14 hasta que se fue a los 17. Era inusual que una empleada se quedara tanto tiempo en casa de los Walker, generalmente había una distinta cada año, pero la "eficiencia" de Rosita, según decían los padres de Magnolia, no podía ser encontrada dos veces.
Es por eso que Rosita, a pesar de no ser una persona demasiado cercana a ella, si que tenía un vasto conocimiento de los gustos y disgustos de la señorita Magnolia.
— Aquí me ve, señorita Magnolia, enseguida le traigo su jugo de naranja.
Tuvo el impulso de pedirle que sólo le dijera Magnolia, pero sabía que no lograría nada con eso.
— Buenos días, Lía.
Su madre le dio un beso en la mejilla, algo que desconcertó a la chica, pues no recordaba la última vez que su madre había hecho eso de manera tan genuina y amorosa.
— Buenos días, mamá.
No quiso reparar en ello, tampoco en la forma en que por primera vez en su vida la había llamado por su apodo en vez de su nombre completo.
Notó que el apetito de su madre había cambiado, nunca fue una persona que comiera poco, sin embargo en este desayuno había dejado la mitad de su ensalada de frutas intacta.
Cuando quiso cuestionarla al respecto, su madre le hizo una propuesta.
— Lía, ¿por qué no invitas a tus amigos a la casa un tiempo?— sugirió — tu padre se va a ir un par de semanas a Suiza por unos negocios, aprovecha.
La chica miró con una sonrisa, pero a la vez extrañada a su madre.
— ¿Mis amigos que viven en Argentina y Uruguay?
María Elena asintió.
— Sí, ¿qué tan difícil puede ser?
— ¿Pedirles que compren un pasaje de avión de la nada?, es un poco difícil, maLa señora asintió, recordando que era el mundo real.
— ¿Y si usas el avión?
— ¿El privado de papá?, ¿no lo está usando?La conversación parecía surrealista, pero esa era la clase de lujos que la familia Walker tenía y que rara vez compartían con su hija.
— No, está vez fue con uno de sus socios.
La chica comenzó a pensar en la posibilidad, cada vez más real de hacer aquello.
"Qué locura, los chicos no se lo podrán creer", pensó.
— ¿Estás segura que quisieras que trajera a mis amigos acá?— cuestionó ella— Son un poco escandalosos.
Su madre sonrió
— Estoy segurísima, es tu casa, y por lo que me has contado te mereces unas buenas vacaciones.
La mayoría del tiempo le costaba creer a la mujer que tenía al frente suyo. Esta amable señora viejita que contrastaba con la frialdad que solía tener antes. Mas no tenía ganas de cuestionarlo.
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el tesoro || agustín pardella
FanfictionMagnolia Walker nunca sintió lo que era tener una familia, hasta que llegó a trabajar como maquillista en "La sociedad de la nieve". No solo encontró en ese cast una familia y amigos, sino también, el amor, aunque le parezca que sea uno no correspon...