𝐓𝐢𝐧𝐭𝐚 ─𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨

𝟏𝟒

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Ariana se despertó algo perdida, no tenía ni idea de la hora ni dónde estaba su celular.

Lo buscó entre las frazadas hasta que lo oyó caer al piso, lo levantó casi rezando por que no se haya roto.

—Todavía ni me levanté y ya me cagué el día —Se quejó al ver la raya que había en la pantalla del celular, por suerte para ella, era en el protector.

Se levantó frustrada y luego de ir al baño se tiró al sillón sin tener ni idea de qué hacer.

Se sentía vacía de nuevo, algo le faltaba.

Su conciencia era lo que más la atormentaba, el remordimiento.

Pero no podía permitirse salir lastimada.

Decidió ponerse a limpiar para distraerse.

Conectó el parlante al celular para luego abrir Spotify y puso "Mala mía" de Lit Killah y Duki.

Estaba a media limpieza cuando en el parlante comenzó a escucharse el sonido de llamada.

—Amiga —Habló al contestar luego de desconectar el parlante.

—¿Qué onda, Ari? ¿Te sentís bien? —Preguntó Milagros, del otro lado del teléfono.

—Sí, ¿por qué preguntás? —Cuestionó nerviosa.

—Pasé por el local y vi que estaba cerrado, me pareció raro, ¿pasó algo? ¿Querés que vaya a tu casa?

—No no, está todo bien —Contestó rápidamente.

—¿Segura? No me mientas, no es normal que no abras el local. Decime por qué no estás ahí.

—Estoy con Mateo, no tenía ganas de ir —Mintió como último recurso, sabía que, si decía la verdad, su amiga iba a darle la cagada a pedos de su vida.

—Aah, bueno te dejo entonces. Llamame cualquier cosa.

—Dale, dale. Te amo, Mil.

—Yo también, Ari —Respondió la pelinegra y colgó.