Ariana, una chica mentalmente inestable, conoce a Mateo, un cantante quien no buscaba amor, pero ambos fueron unidos por el destino para mejorar la vida del otro.
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La alarma del celular de Ariana sonó, interrumpiendo los sueños de la jóven. El chico ni se inmutó.
En cuanto esta quiso salir de la cama, sintió un peso en su cintura, intentó zafarse del agarre lo más despacio posible.
—¿A dónde te querés ir? —Habló Mateo, con voz ronca, y apretó a la pelirroja contra él, sin dejarla salir.
—Me tengo que levantar, si querés dormí un toque más vos y yo después te levanto —Explicó, y el morocho, sin otra opción, la soltó.
Ariana continuó su mañana como hacía siempre, a excepción de que luego de un rato fue a despertar al teñido.
—¿Hacemos algo mañana, aprovechando que es sábado? Corte, te paso a buscar cuando salís —Propuso él una vez que ya estaban en el auto, en dirección al local de Ariana.
—Iba a pasar a buscar a mi sobrinito para que se quede a dormir en mi casa —Contó con algo de culpa por no poder aceptar.
—Bueno no pasa nada, lo dejamos para otro día —Contestó, algo desilusionado, pero entendiendo la situación.
Ella pareció pensarlo, no iba a cancelarle a su pequeño sobrino, pero tampoco quería desaprovechar la oportunidad de pasar su día libre con Mateo.
—¿A vos te gustan los nenes, no? —Preguntó la pelirroja. Él asintió con una sonrisa. —¿Querés venir el sábado y nos quedamos los tres? —Aquella propuesta pareció sorprenderlo, y a la vez sintió la ilusión invadirlo.
—De una —Aseguró de manera rápida. —. Mañana te paso a buscar a vos y lo vamos a buscar juntos —Ella asintió emocionada.
El camino siguió tranquilo, iban escuchando música sin hablar mucho, no era necesario, les encantaba ese ambiente cálido, en el cual solo se dedicaban miradas y sonrisas de a ratos.
—Gracias por traerme —Dijo Ariana una vez que llegaron a la puerta del local. Él sonrió en respuesta.
—Más tarde vengo si no te jode —La pelirroja asintió estando de acuerdo. —. Ahora me voy a dormir porque estoy cagado de sueño.
—Bueno dale, te espero entonces —Avisó antes de abrir la puerta del automóvil. —. Nos vemos después —Se despidió y se dieron corto beso de despedida.
En cuanto la menor entró al lugar, Mateo arrancó el auto y se fue hacia su casa, mientras que Ariana limpiaba un poco y esperaba a su empleada.
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