𝟎𝟖

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Ariana se encontraba tatuando a una chica, un jueves común y rutinario.

En cuanto terminó, salió del cuarto y dirigió a la chica al mostrador, donde estaba Noelia.

—¿Todo bien? —Preguntó Mateo, sonriendo. La pelirroja se asustó al escucharlo ya que no había notado su presencia.

—¿Qué hacés acá? —Habló sorprendida.

—Te vine a ver, ¿no puedo? —Se acercó más a ella.

—Obvio que sí, pero no sabía que venías, no me lo esperé.

—No iba a esperar hasta el finde, se hace eterna la semana sino —Explicó el morocho y ella sonrió.

—Sos un tierno —Contestó y lo abrazó, él dejó un beso en su cabeza.

—¿Merendamos? —Preguntó Mateo una vez que se separaron del abrazo. —Traje unas facturas.

—Dale vamos —Respondió la más baja y lo tomó de la mano para guiarlo hacia el sillón de siempre. —. Noe, vení a merendar con nosotros —Dijo una vez ya sentados. La clienta ya se había ido.

Se puso a preparar el mate y la morocha llevó el termo cargado de agua caliente.

—¿Y ustedes qué onda? —Preguntó López al ver las manos de ambos jóvenes unidas.

—Ahí andamos —Contestó Ariana luego de unos segundos sin saber qué decir, Mateo asintió ante aquella respuesta.

—¿Vos no comés? —Le preguntó Palacios de la nada a la pelirroja. Ella lo miró extrañada y con algo de miedo al no entender a qué se refería. —Factura digo —Aclaró al ver la cara de la chica. Últimamente estaba bastante perseguida con ese tema.

—Ah, no tengo hambre —Mateo notó como se apagó un poco luego de la respuesta.

—¿Estás bien? —Habló preocupado y pasó su brazo por los hombros de la menor. Ella asintió con la cabeza y tomó del mate que tenía en la mano.

El teléfono del local sonó y Noelia se fue a atender al mostrador, donde este se encontraba.

—¿Querés venir a mi casa cuando termines? —Propuso el cantante. —Y dormimos juntitos —Dijo y apretó más a la chica contra él, esta puso su cabeza sobre el hombro del morocho.

—¿No te jode?

—Si me jodiera no te estaría invitando —Contestó obvio y ambos rieron.

—Bueno, qué sé yo —Trató de excusarse Ariana, Mateo sonrió ante los nervios de ella y dejó un pico en sus labios.

—¡Ah bueno! ¡Lo que acabo de ver! —Gritó Noelia. Solía ser bastante intensa.

—Vos —La señaló Ariana e hizo gesto de un cierre en su boca, el cual cerraba. La morocha asintió ante lo pedido.

𝐓𝐢𝐧𝐭𝐚 ─𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora