𝐓𝐢𝐧𝐭𝐚 ─𝐓𝐫𝐮𝐞𝐧𝐨

𝟑𝟏

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El viernes había llegado, con eso, la tan polémica juntada.

Al final quedaron en que no iba ninguno, ahorrándose problemas y peleas entre ellos.

—Me dejaste re tirada —Reclamó Milagros, quien hablaba por teléfono con Ariana.

—Te avisé con tiempo, además hubo unos re quilombos por esa juntada de mierda. Mejor nos quedamos los dos acá y fue. Encima, si voy, me tengo que fumar verle la cara a la negra trola esa —Dijo con bronca.

—Bueno ya está. No la viste más a la mina, dejá de pensar en eso.

—¡Le manda mensaje, boluda! —Se quejó la pelirroja. —Dios, no, no. Unas ganas de revolearle el celular y que se cague estallando me dan cuando veo que le llegan mensajes de ella. Alzada de mierda.

—Amor y paz, amiga. Amor y paz —Bromeó la pelinegra.

—Ay no, me hiciste acordar y me enojé ahora —Dijo y su amiga soltó una risa.

—Decile que la bloquee y listo.

—Quedo re tóxica.

—Más tóxica quedás diciendo que le vas a reventar el celular porque le llegó un mensaje —Habló con obviedad.

—Puede ser —Se replanteó lo dicho.

—Bueno, vamos hablando porque me tengo que ir a bañar ya.

—Dale, chau, Mil.

—Chau, Ari —Se despidieron y colgaron la llamada a la misma vez.

—¿Tanto van a hablar? Se ven todos los días —Se quejó Mateo entrando a la habitación.

—Qué tóxico —Rió la chica.

—Estás conmigo ahora —Siguió con su queja y la abrazó.

—Bueno perdón —Rodó los ojos con una sonrisa en su rostro y dejó un beso en los labios del morocho. —. ¿Vamos a ver la peli o no?

—Sí, te estaba esperando a vos. Si te ponés a hablar por teléfono como media hora.

—Parecés un viejo con lo que te gusta quejarte —Bromeó y lo tomó de la mano para salir de la habitación y dirigirse al living, donde se acomodaron en el sillón pegados uno con el otro para comenzar a ver "Son como niños".